Los palacios de ¡®El Gatopardo¡¯
En la sala del gran baile de la pel¨ªcula de Visconti se hace realidad el suntuoso mundo de Lampedusa. Una ruta siciliana entre Palermo y Santa Margherita di Belice
Hasta pocos meses antes de su destrucci¨®n (abril de 1943) dorm¨ªa en la habitaci¨®n en que hab¨ªa nacido. Y me sent¨ªa contento en la seguridad de que hab¨ªa de morir en aquella casa, quiz¨¢ en aquella misma habitaci¨®n¡±, escribe Giuseppe Tomasi di Lampedusa en Los lugares de mi infancia. El arist¨®crata y escritor amaba aquel palacio del Vicolo Lampedusa en Palermo como a un componente m¨¢s de su familia. ?l lo recuerda como inmenso, casi 2.000 metros cuadrados. Un ala estaba habitada por su familia, sus abuelos paternos en otra y los t¨ªos solteros en el segundo piso. Ten¨ªa tres patios, cuatro terrazas, jard¨ªn, unas escaleras ampl¨ªsimas, caballerizas y los salones se suced¨ªan, unos tras otros, a lo largo de la fachada, decorados con frescos, esculturas, mobiliario y cuadros.
Al final de la Segunda Guerra Mundial, una bomba fabricada en Pittsburgh, Pensilvania, acab¨® con siglos de arte y esplendor. En la pel¨ªcula dirigida por Roberto And¨° Il manoscritto del Principe, hay una escena de intensa melancol¨ªa cuando Lampedusa (maravillosamente interpretado por Michel Bouquet; Jean Moreau hace de esposa), sintiendo cercana la muerte, se acerca a visitar las ruinas de su casa natal. Un guarda le abre la puerta y contempla c¨®mo tambi¨¦n su mundo y su vida se derrumban. Este filme, producido por Tornatore, biograf¨ªa los ¨²ltimos a?os del escritor. A?os productivos de creaci¨®n, pero con una gran sensaci¨®n de fracaso. El palacio, o lo poco que queda de ¨¦l, sigue a¨²n all¨ª luchando contra la intemperie.
Gu¨ªa
Informaci¨®n y visitas
? Turismo de Palermo (www.visitpalermo.it).
? Palacio Lanza Tomasi. Butera, 28. Palermo.
? Palacio Valguarnera-Gangi (0039 09 16 16 27 18). Piazza Croce dei Vespri, 3. Palermo.
? Ayuntamiento de Santa Margherita (santamargheritadibelice.ag.it).
? Museo de la Memoria. Plaza de Matteotti. Santa Margherita di Belice.
? Museo de El Gatopardo. Palacio Filangeri Cut¨°. Plaza de Matteotti. Santa Margherita di Belice.
Lampedusa recogi¨® todo lo que se pudo salvar, entre otras cosas su extraordinaria, heredada y ampliada biblioteca; y se fue a vivir al palacio Lanza Tomasi, en la Via Butera n¨²mero 28, tambi¨¦n en el casco antiguo de la ciudad de Palermo, pero frente al mar. En esta biblioteca, perfectamente reconstruida, est¨¢n las huellas de la escritura de Lampedusa, los grandes escritores franceses ¡ªsu amor infinito por Stendhal¡ª, ingleses, italianos y, tambi¨¦n, espa?oles. Hay valiosas ediciones del Quijote, y primeras de otros muchos. ?l hablaba todas estas lenguas. El palacio Lanza Tomasi fue construido a finales del siglo XVII, se edific¨® sobre las murallas defensivas que los espa?oles hab¨ªan levantado un siglo antes. En 1849 el inmueble fue comprado por el pr¨ªncipe Fabrizio Giulio Tomasi di Lampedusa con el dinero que le pagaron ¡ªuna indemnizaci¨®n¡ª por la expropiaci¨®n de la hoy tristemente famosa isla de Lampedusa. La suma fue entregada por el rey de N¨¢poles y de las dos Sicilias, los Borbones italianos familia directa de los espa?oles. El pr¨ªncipe Fabrizio inspir¨® el personaje de El Gatopardo a su bisnieto. En 1862 los De Pace, ricos armadores, compraron la mitad del palacio y lo adaptaron a su gusto: construyeron una imponente escalera de m¨¢rmol y un gran sal¨®n de baile. En 1948 el pr¨ªncipe Giuseppe Tomasi di Lampedusa compr¨® a los De Pace el palacio donde residir¨ªa hasta su muerte, en 1957, sin haber visto su magistral novela publicada, pues fue rechazada por el novelista y editor siciliano Elio Vitorini.
El fot¨®grafo local Nicola Scafidi dej¨® constancia del rodaje del filme: Luchino Visconti buscando exteriores, Burt Lancaster recibiendo en el aeropuerto de Palermo a su esposa, la llegada al mismo aer¨®dromo de Claudia Cardinale, Alain Delon entrando en el hotel Villa Igea, las batallas garibaldinas¡ Tambi¨¦n fotografi¨® el acto de presentaci¨®n de la novela en la capital de Sicilia, en el mes de enero de 1959. El encargado de hablar de El Gatopardo fue Leonardo Sciascia, en presencia de un numeroso p¨²blico entre el que se encontraba la viuda del novelista, la arist¨®crata lituana y psicoanalista Alexandra Wolf-Stomersee, y el hijo adoptivo de ambos, el tambi¨¦n arist¨®crata y luego escritor y gran music¨®logo Gioacchino Lanza Tomasi. Precisamente ¨¦l, duque de Palma, cuya madre espa?ola era hija del marqu¨¦s de Villaurrutia, escritor (miembro de la Real Academia de la Historia), diplom¨¢tico y ministro de Estado durante una de las etapas del reinado de Alfonso XIII, unific¨® la propiedad y ha restaurado todo el edificio.
Lujo dieciochesco
Los lugares gatopardianos, tanto los puramente literarios como los m¨²ltiples escenarios que sirvieron para el rodaje de la pel¨ªcula de Visconti, son muchos no solo en Palermo, sino tambi¨¦n en otros puntos de la isla. Uno de los momentos m¨¢s memorables en la novela, pero sobre todo en la pel¨ªcula, es el baile final. El palacio de los Monteleone, donde se lleva a cabo, fue derribado debido a obras de ampliaci¨®n urban¨ªstica a comienzos del siglo pasado. Por lo tanto, Visconti eligi¨® el palacio Valguarnera-Gangi, que est¨¢ en la plaza Croce dei Vespri (donde tuvieron lugar en 1282 las v¨ªsperas sicilianas, con la expulsi¨®n de los Anjou, los franceses, que dio pie a la llegada de los aragoneses y, posteriormente, a la incorporaci¨®n a la corona espa?ola), no muy lejos de la plaza de San Dom¨¦nico.
El palacio Valguarnera-Gangi lo levant¨®, en el siglo XVIII, el pr¨ªncipe Valguarnera. Luego pas¨® a los Mantegna di Gangi. Tiene forma de L. Una gran escalera conduce al primer piso, donde est¨¢n los salones y una amplia terraza que tambi¨¦n tiene un destacado protagonismo en el filme. El sal¨®n principal es el del baile de la pel¨ªcu?la. Est¨¢ tal cual aparece en ella con sus grandes ara?as, sus techos repletos de magn¨ªficos frescos, jarrones, relojes, mobiliario, incluso aquellos gigantescos pufs donde saltaban las feas muchachitas que le hacen pensar al pr¨ªncipe de Salina si no ser¨ªa ¨¦l el guardi¨¢n de aquel jard¨ªn zool¨®gico.
El palacio es hoy propiedad de la misma familia que acometi¨® una profunda labor de restauraci¨®n. En el sal¨®n de baile, junto a un piano de cola repleto de fotos de reyes dedicadas a los diferentes propietarios, entre ellas una de Alfonso XIII, hay un ¨¢lbum con todos los recortes de prensa sobre el rodaje y la pel¨ªcula. Una carta manuscrita de Visconti agradece las facilidades para la filmaci¨®n. La due?a me dice que hoy no lo hubiera permitido, pues fueron muchos y graves los da?os que sufri¨® el inmueble.
El recorrido gatopardiano fuera de Palermo nos puede llevar a Santa Margherita di Belice, que hoy se apoda como la Citt¨¤ del Gatopardo. Fundada en el a?o 1572 por el bar¨®n Antonio Corbera, antepasado del escritor, est¨¢ situada en la zona sur-occidental de Sicilia junto a la confluencia de varios r¨ªos y las provincias de Palermo, Trapani y Agrigento. Griegos, romanos y ¨¢rabes la poblaron, sucesivamente, en la antig¨¹edad.
Para Lampedusa, el palacio de Santa Margherita era el perdido para¨ªso terrenal de su infancia. Aqu¨ª pasaba la familia largos meses estivales, e incluso oto?ales. Construido en el a?o 1680, fue completamente reconstruido en 1810. El palacio ten¨ªa 100 habitaciones, iglesia, un enorme jard¨ªn y huertos. Pero adem¨¢s dispon¨ªa de un teatro de 300 localidades, donde Lampedusa vio por primera vez una proyecci¨®n cinematogr¨¢fica. La biblioteca era impresionante por su aspecto y las joyas bibliogr¨¢ficas que conservaba. En El Gatopardo se habla de ella, de su contenido, de los autores, de la censura, de la ignorancia cultural de los conciudadanos del pr¨ªncipe y el m¨ªnimo nivel de lectura insular. Lampedusa se form¨® all¨ª. Palacio e iglesia quedaron destruidos por el terremoto del a?o 1968. El palacio fue medio reconstruido sin tener ya nada que ver con el original. En ¨¦l se aloja ahora el Ayuntamiento, el jard¨ªn de El Gatopardo y la instituci¨®n cultural que lleva el nombre del escritor traducido a casi todos los idiomas, y que otorga un premio internacional que han obtenido, en los ¨²ltimos a?os, Magris, Ishiguro, Amos Oz, Vargas Llosa y Javier Mar¨ªas, entre otros.
De la iglesia solo se conservan lienzos y muros con algunas pinturas. Hace pocos a?os se cubri¨® para alojar el Museo de la Memoria, basado, fundamentalmente, en el ingente archivo fotogr¨¢fico de Nicola Scafidi. Este fot¨®grafo fue el primero que lleg¨® tras el terremoto y document¨® aquella tragedia. El jard¨ªn es el ¨²nico que guarda el aroma nost¨¢lgico de los tiempos que cant¨® el escritor. Santa Margherita, de casi 6.000 habitantes, se encuentra un poco alejada de Palermo y muy cerca de Segesta y Selinunte. Esta villa cuida la memoria de quien la promovi¨® en el mundo. Hace pocos a?os se inaugur¨® un museo de El Gatopardo compuesto por pinturas, documentos, libros, ropas y materiales audiovisuales, as¨ª como manuscritos y correspondencia del escritor.
El premio Nobel de literatura Eugenio Montale acert¨® plenamente al describir la alta figura intelectual y moral de Lampedusa: ¡°Un gran se?or, un ser sofisticado en el m¨¢s alto significado de la palabra, un hombre que lo ha entendido todo en la vida, un poeta-narrador dotado de una impecable clarividencia y de un sentido de la existencia que es al tiempo estoico y profundamente caritativo¡±.
C¨¦sar Antonio Molina es director de La Casa del Lector y fue ministro de Cultura.
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