Frescura salina

No extra?a que Mar de Frades se atreva a romper con un tab¨² como el que dicta que en R¨ªas Baixas, concretamente en su epicentro del valle del Saln¨¦s, tan solo deben elaborarse blancos de albari?o, la uva reina y se?ora de la denominaci¨®n de origen. Ya rompi¨® otro tab¨² en su d¨ªa utilizando la primera botella azul para un vino. Esta vez la cosa no va de dise?o, aunque sigue presente en su etiqueta termosensible, donde aparece un peque?o barco cuando el vino alcanza su temperatura ¨®ptima de consumo. La herej¨ªa estriba en elaborar en Meis un vino de godello, la prestigiosa y minoritaria uva, hoy en boga en otras zonas. Una audacia que se sostiene, pese a la juventud del vi?edo, gracias al excelente trabajo de la en¨®loga Paula Fandi?o: rigurosa selecci¨®n de cepas y racimos, reposo sobre l¨ªas de 12 meses, y una parte del vino criado durante tres meses en barricas de roble franc¨¦s.

Todo un logro que seduce por su limpia impronta floral, el impacto frutal (albaricoque, lichi, maracuy¨¢), las notas c¨ªtricas y recuerdos de levadura. Sabroso, equilibrado, envolvente, tiene la frescura salina de los grandes vinos atl¨¢nticos, al tiempo que regala un paladar cargado de fruta, con un recorrido en boca suave, largo y persistente, de evocadores recuerdos a roca ba?ada por el mar.