Casa da Balea, vida peregrina en Corcubi¨®n

Balea en gallego quiere decir ballena. Y a ese orbe mar¨ªtimo est¨¢n dedicadas las estancias del peque?o emprendimiento hotelero de Ant¨®n Pombo, un periodista de viajes y doctor en Historia Contempor¨¢nea por la Universidad de Santiago de Compostela que se ha pasado media vida documentando la ruta jacobea que pasa por delante de su casa desde la asociaci¨®n Fraternidad Internacional del Camino de Santiago (FICS). Corcubi¨®n, en plena Costa da Morte, desempe?¨® un protagonismo sin igual en la caza de rorcuales durante gran parte del siglo XX. As¨ª que no resulta extra?o comprobar que los arpones, los candiles, los astrolabios, sextantes, arcones y hasta huesos gigantescos configuren el decorado principal de esta casa centenaria con balconadas y galer¨ªas orientadas a la r¨ªa donde fondeaban los grandes barcos balleneros.

Xon¨¢s exhibe como cabecero una escultura alusiva a la vida de Jon¨¢s firmada por ?lvaro de la Vega. Caneli?as recuerda en el mural de la artista Laura Velasco al ¨²ltimo barco ballenero que hubo en Espa?a. San Brand¨¢n reproduce adosada al muro de piedra una miniatura medieval del viaje de este monje que buscaba la eternidad y se encontr¨® varado en una isla-ballena. Greenpeace rinde homenaje a esta asociaci¨®n internacional que contribuy¨® a la moratoria de su caza, por lo que sus socios reciben un descuento del 10% en la habitaci¨®n. Simbad gira en torno a un ¨®leo de Zamora Tamayo alusivo a las Mil y una noches. Y, claro, la suite abuhardillada Moby Dick, que evoca el camarote de aquellos simples cascarones flotantes en la persecuci¨®n de su ideal cet¨¢ceo.

La atenci¨®n de Roc¨ªo Pamp¨ªn, copropietaria de la casa, resta fiereza al relato marino. Sus hu¨¦spedes, viajeros a?orantes de oc¨¦ano o peregrinos del Camino, perciben una agradable fragancia nada m¨¢s entrar. Aromas que contin¨²an por las diversas estancias y en la terraza con vistas al mar, donde se sirve el desayuno, en un buen tono dif¨ªcil de olvidar. A estos peregrinos que optan por una segunda noche solo por volver a desayunar aqu¨ª, Ant¨®n y Roc¨ªo les obsequian con el traslado de sus mochilas y una recogida gratuita en el lugar en que se encuentren durante su viaje final a pie por el camino inici¨¢tico de las estrellas y del buen coraz¨®n.