Rumbo a Groenlandia, la isla que no est¨¢ en venta
De Nuuk a la impresionante bah¨ªa de Disko y el glaciar de Ilulissat, una aventura entre hielos y casas de colores por la tierra danesa del pueblo inuit
Todo el mundo habla de ella desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declarara hace unos d¨ªas su inter¨¦s en comprarla. ?Qu¨¦ se dice de ella? Que si es la isla m¨¢s grande del planeta, que el 80% de su superficie est¨¢ cubierta por una costra de hielo que puede alcanzar tres kil¨®metros de espesor. Que se derriten sus glaciares, lo que har¨ªa crecer el nivel de los oc¨¦anos de forma alarmante. Y que, por el contrario, ese deshielo permitir¨ªa la explotaci¨®n de petr¨®leo, minerales o ¡°tierras raras¡± que codician las grandes potencias.
Pero ?c¨®mo es Groenlandia? ?Y qu¨¦ se puede ver o hacer all¨ª? Una cosa es cierta, m¨¢s all¨¢ de cifras y t¨®picos: est¨¢ lejos y es un territorio bastante raro. Solo se puede vivir en las orillas. No hay carreteras, ni ¨¢rboles, ni ovejas, ni vacas, ni gatos. Perros s¨ª, y muchos, pero son animales de trabajo, aunque los trineos de perros se van sustituyendo por motos de nieve. Las casas se encaraman a las rocas, a un lado y otro de pistas de tierra, atrapadas en una mara?a de escaleras y tuber¨ªas vistas (que protegen las conducciones de agua, luz o gas¨®leo) y que ser¨ªan la estampa de una poblaci¨®n de c¨®mic futurista si no fuera por los colores chillones de sus fachadas de madera.
Aparte de la capital, Nuuk (donde lo m¨¢s de ver es el Museo Nacional, una especie de ¨¢lbum de familia), solo hay cuatro o cinco ciudades, todas por debajo de los 5.000 vecinos, m¨¢s una docena de pueblos y un centenar de asentamientos min¨²sculos: en total, no llegan a 60.000 habitantes. Lo que hace inviable la independencia de Dinamarca que propugnan algunos partidos locales. Desde 1728 hasta 1953 fue colonia danesa. En 1979 obtuvieron un esbozo de autonom¨ªa, que se ampli¨® en 2009; ahora solo dependen de Dinamarca para cuestiones militares, de pol¨ªtica exterior y econ¨®micas: el dinero que reciben de la corona danesa es vital, tanto o m¨¢s que la pesca de gambas o flet¨¢n.
As¨ª que, aparte de su Parlamento auton¨®mico en Nuuk, cuentan con dos representantes en el Parlamento dan¨¦s. Cada vez m¨¢s, el idioma dan¨¦s cede ante el groenland¨¦s, prol¨ªfico en consonantes. Y que ha dado a la humanidad vocablos como kayak o anorak. Groenlandia, en esa lengua, se dice Kalaallit Nunaat, habitada en un 82% por inuits (inuit significa ¡°ser humano¡±, ¡°gente¡±; y adem¨¢s de Dinamarca, tambi¨¦n pueblan zonas de Alaska, Canad¨¢ y Rusia). Cada vez, sin embargo, hay un mayor mestizaje, por los j¨®venes inuits que acuden a la metr¨®poli a rematar sus estudios.
En Uummannaq se pueden ver algunas casas antiguas, de piedras ensambladas con turba y musgo
Dicho todo lo cual, la aventura es posible. Cuatro horas de avi¨®n desde Copenhague hasta Kangerlussuaq, el mayor aeropuerto de la isla. Luego hay que moverse navegando. Hay muchos cruceros en verano (como los de Hurtigruten). Kangerlussuaq era una antigua base estadounidense que Dinamarca compr¨® a EE?UU en 1992 por ?un d¨®lar! Hay un peque?o museo sobre los tiempos de la base y se pueden realizar excursiones a glaciares cercanos.
Traj¨ªn de pescadores
Desde ah¨ª suelen partir los barcos tur¨ªsticos rumbo al norte. Durante la navegaci¨®n hay tiempo para la lectura. En espa?ol, por ejemplo, viene muy al caso El chico que quer¨ªa convertirse en ser humano, de Jorn Riel. M¨¢s recientes son Los poetas del ?rtico, de Francesc Bail¨®n, o Groenlandia cruje, de Ander Izagirre. Una de las primeras y m¨¢s gratas escalas es Sisimiut, la segunda ciudad m¨¢s grande despu¨¦s de la capital. En el puerto, gran traj¨ªn de pescadores y peque?as embarcaciones, pero tambi¨¦n de contenedores y lotes para una de las mayores factor¨ªas de pescado de la isla. En lo alto de un promontorio, junto a la iglesia de madera y la tumba del misionero Gustav Olsen, hay un peque?o museo. Muy curioso es el cementerio, a las afueras. Para llegar a ¨¦l hay que pasar frente al centro comercial, por donde vagan bandadas de adolescentes ataviados como los de cualquier ciudad europea (por cierto, Groenlandia se sali¨® de la Uni¨®n Europea en 1985). En las afueras se pueden visitar tumbas prehist¨®ricas; el lugar ha estado habitado desde hace m¨¢s de 4.000 a?os.
Gu¨ªa
- Air Greenland vuela directo a Kangerlussuaq desde Copenhague. Un vuelo de ida y vuelta cuesta unos 690 euros, y el trayecto dura cuatro horas y veinte minutos.
- Hurtigruten ofrece cruceros por Groenlandia.
- Turismo de Groenlandia.
- greenland-guide.dk
Otro de los asentamientos m¨¢s pintorescos es Uummannaq, al pie de dos picachos rodeados de icebergs. All¨ª se pueden ver algunas caba?as antiguas, que eran de piedras ensambladas con turba y musgo; el igl¨² de hielo era solo un refugio temporal, cuando sal¨ªan a cazar osos o focas, que lo mismo pod¨ªan hacer con matojos (como se ve en la pel¨ªcula de Kurosawa Ders¨² Uzal¨¢).
El plato fuerte para el turista es la bah¨ªa e isla de Disko. All¨ª se encuentra el glaciar de Ilulissat, que es patrimonio mundial y arroja cada a?o unas 40 mil millones de toneladas de hielo al fiordo (la cifra var¨ªa de a?o en a?o), seg¨²n el Instituto Meteorol¨®gico de Dinamarca. En Ilulissat naci¨® el explorador Knud Rasmussen en 1879. No es raro avistar ballenas entre los bloques que se van desgajando del glaciar.
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