Marrakech, vibrante arte contempor¨¢neo
Enclaves tur¨ªsticos aparte, la ciudad marroqu¨ª se ofrece como refugio de las manifestaciones art¨ªsticas africanas m¨¢s innovadoras, entre palacios, jardines y su animado zoco
Marrakech es una terraza desde la que se ve la nieve de las cumbres del Atlas y los fuegos de Djemaa el Fna. Fuegos de velas en faroles artesanales que iluminan escenas de cuentacuentos y de brasas para asar carnes en una de las plazas m¨¢s ic¨®nicas del mundo, donde se teatraliza la tradici¨®n oral del relato burlesco, se ponen a bailar serpientes al son de agudas trompetas o se recolectan monedas a cambio de acrobacias. Por debajo del bullicio tur¨ªstico de la medina est¨¢ la verdad de esa metr¨®polis fundada por los almor¨¢vides en 1062, que fue capital imperial, y la verdad africana del palmeral en tierra roja, del mismo rojo que ti?e los ladrillos de sus casas. La ciudad ocre es, a decir verdad, un gran n¨²cleo urbano rosado, de largas avenidas y parques de datileras bajo un sol perenne y al pie de un macizo imponente. Solidez de desierto y monta?a de la que nace el arte, porque hay artesan¨ªa centenaria y arte contempor¨¢neo, que se instala entre los huecos ornamentales y en todos sus materiales: la arcilla, el textil, los azulejos, la madera, los cueros con sus olores, el ¨¢mbar y el almizcle.
Una ciudad de terrazas con vistas, como la del m¨ªtico Caf¨¦ de France (1) o, enfrente, la del restaurante Argana (2), hamanes como Rosa Bonheur (3) y el minarete de la mezquita de la Koutoubia (4), gemelo de la Giralda. Pero tambi¨¦n de eventos, grandes auditorios y discotecas, gastronom¨ªa internacional e infraestructuras flamantes tras la cumbre de Cambio Clim¨¢tico de 2016, que ha cedido su sello de capital africana de la Cultura 2020 a Rabat, pero que sigue ostentando su capitalidad continental sin necesidad de etiquetas.
9.00. Talento africano
Despu¨¦s del caf¨¦ en el riad ¡ªcasas antiguas de la vieja medina reconvertidas en hoteles con encanto¡ª donde nos alojemos, la jornada perfecta empezar¨ªa con un encuentro de arte contempor¨¢neo africano en el Museo de Arte Contempor¨¢neo Africano Al Maaden (Macaal) (5), actualmente cerrado por la covid-19. Inaugurado en 2018, une arte digital, pinturas, esculturas y v¨ªdeo dedicado a promocionar el talento de los creadores del continente. En el parque del museo, Al Maaden (6), que funciona como campo de golf, s¨ª puede visitarse la exposici¨®n permanente de esculturas, con obras de artistas destacados como Moataz Nasr, Claude Gilli, Daniel Hourd¨¦, Adiba Mkinsi, Antonio Segu¨ª, Sunil Gawde, Mahi Binebine, Hassan Darsi, Yazid Oulab y Abdelkrim Ouazzani. Las vistas desde aqu¨ª son soberbias.
11.00. Creatividad entre olivos
Si tenemos la buena fortuna de coincidir con una de las ediciones de la feria de galer¨ªas 1-54 (African Art Fair), que se celebra anualmente en tres sedes (Marrakech, Londres y Nueva York), ser¨¢ imprescindible acercarse al majestuoso palacio de La Mamounia (7) para estar al tanto de lo que promueven las galer¨ªas de arte africano y de la di¨¢spora. La otra posibilidad de acercarse a la creatividad contempor¨¢nea del continente es reservar plaza para una visita a Le Jardin Rouge de la Fundaci¨®n Montresso. Es una finca plena de olivares que ofrece residencia de artistas y espacios expositivos, a unos 45 minutos de Kech ¡ªcomo llaman a la ciudad los locales¡ª. All¨ª, adem¨¢s de contemplar, podemos dialogar con los propios artistas en acci¨®n. En ese marco se celebra cada a?o una muestra llamada In-discipline, que esta temporada reuni¨® obras de artistas de la regi¨®n del r¨ªo Congo, apadrinados por Vitshois Mwilambwe Bondo, fundador de Kin ArtStudio.
13.30. Tay¨ªn o cusc¨²s
Tras visitar los jardines de la Menara?(8)¡ªen el itinerario tur¨ªstico tradicional de Marrakech¡ª, es hora de comer. Entre las opciones est¨¢n el pescado y otros frutos de mar frescos que llegan desde Agadir, en la costa atl¨¢ntica, y que se pueden degustar en un comedor familiar como El Bahria (75 Boulevard Moulay Rachid) (9), donde es posible elegir una pieza del frigor¨ªfico y que la asen en el momento. Para un men¨² internacional o un tay¨ªn m¨¢s sofisticado, nada mejor que La Table du March¨¦ (10), en la zona L¡¯Hivernage. Y siempre nos queda la posibilidad de un cusc¨²s en una de las terrazas de la plaza de los Ferblantiers (hojalateros) (11). En este ¨²ltimo caso, tendremos a solo cinco minutos a pie el palacio El Badi (12), del siglo XVI, cuyo museo puede visitarse a cualquier hora, y la extraordinaria arquitectura de las tumbas saad¨ªes (Rue de La Kasbah) (13), de la ¨¦poca dorada marrakech¨ª; ambos imprescindibles.
17.00. Compras y dos museos
Cerca del cementerio jud¨ªo, dejando atr¨¢s los muros de estilo morisco del palacio Bahia (14), del siglo XIX, desembocaremos en otra de las puertas (bab, en ¨¢rabe) de la medina, para hacer alguna compra en el inquieto zoco de Marrakech (15) o para seguir serpenteando por las callejuelas hasta La Maison de la Photographie (16). Seguramente nos apetecer¨¢ o¨ªr algo de m¨²sica del lugar, por lo que podemos buscar gnawa tradicional o las fusiones m¨¢s contempor¨¢neas de dos artistas nacidos en esta ciudad como son Aziz Sahmaoui y Oum. Luego se puede optar por un plan m¨¢s tranquilo, como disfrutar de la calma del Museo Bereber del Jard¨ªn Majorelle (17) o, cuando reabra tras la pandemia, descubrir el Museo Yves Saint Laurent (18), inau?gurado hace un par de temporadas en honor al modisto franc¨¦s, que adoraba esta ciudad.
20.00. Para una noche infinita
El palacio El Badi, del siglo XVI, y la extraordinaria arquitectura de las tumbas saad¨ªes son visitas obligadas
El cielo nocturno de Marrakech es el del S¨¢hara, infinito en tiempo y en espacio. Para celebrar tan imponente protecci¨®n, nada mejor que cenar en Le Foundouk (19), cerca de la plaza Djemaa el Fna, donde suele haber m¨²sica, espect¨¢culos y buenos c¨®cteles, todo lo cual invita a ponerse c¨®modo y pasar un buen rato entre cojines y m¨²sica ¨¢rabe. Si a¨²n tenemos ganas de marcha, la oferta es diversa, con discotecas abiertas hasta bien entrada la madrugada, sobre todo en el barrio de Gu¨¦liz, aunque tambi¨¦n podemos escoger cena con show en el Buddha Bar (buddhabarmarrakech.com) (20). Para los que llevan buena marcha, aqu¨ª hay una cita imperdible con la m¨²sica electr¨®nica, que discurre cada septiembre, con un cartel internacional de lujo: el Oasis Festival. Aunque, de nuevo por la covid, habr¨¢ que esperar hasta 2021.
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