Si hay palmera, es casa indiana
Colombres, en Asturias, es uno de los epicentros de las mansiones que levantaron, para deslumbrar, aquellos que hicieron fortuna en las Am¨¦ricas
Dejaron su pa¨ªs, cruzaron el mar y se fueron a hacer las Am¨¦ricas. Entre mediados del siglo XIX y principios del XX se produjo en Espa?a un fen¨®meno de emigraci¨®n masiva al continente americano en busca de una vida mejor. Es uno de los movimientos m¨¢s importantes de la historia reciente espa?ola, aunque no se recuerde lo suficiente (sobre todo en estos tiempos en los que las migraciones son uno de los grandes retos a abordar). Algunos de aquellos emigrantes, de aquellos llamados indianos, hicieron fortuna, regresaron a casa y levantaron suntuosas mansiones que daban fe de su ¨¦xito. Los que se hab¨ªan ido con una mano delante y otra detr¨¢s regresaban enriquecidos, para envidia de los vecinos del pueblo.
La arquitectura indiana es uno de los legados que nos dej¨® aquel fen¨®meno social. Las casas indianas, chalets o palacetes aislados, se encuentran en los lugares de Espa?a que emitieron aquella emigraci¨®n. Sobre todo la cornisa norte ¡ªGij¨®n y Santander eran puertos desde donde part¨ªan muchos emigrantes¡ª, pero tambi¨¦n otras regiones como Andaluc¨ªa o Catalu?a. Muchas de las casas de indiano muestran una gran palmera en su jard¨ªn, adem¨¢s de buganvillas, camelias o magnolios. Es un buen pasatiempo recorrer el litoral cant¨¢brico descubri¨¦ndolas.
¡°Desarrollaron una arquitectura ajena a la tradicional¡±, explica Marta Llavona, arquitecta y autora, junto con el fot¨®grafo Alejandro Bra?a, del libro Un viaje en el tiempo: recorridos por las casas de indianos en Asturias (Ediciones Nuevedoce). ¡°Es una arquitectura de ida y vuelta: hab¨ªa llegado a Am¨¦rica desde pa¨ªses como Francia y luego regresaba a Espa?a con los indianos¡±, a?ade.
No hay un estilo ¨²nico: se trata de un eclecticismo que mezcla el clasicismo, el modernismo, el historicismo, los toques regionalistas, etc¨¦tera. Eso s¨ª, siempre tratan de impresionar, al modo de los nuevos ricos. Los indianos consultaban libros de modelos (como las actuales revistas de arquitectura) o copiaban de la casa del de al lado. Sus sue?os de grandeza los cumpl¨ªan el arquitecto y, muchas veces, el maestro de obras. ¡°Tienen estancias que no eran habituales en los hogares rurales: comedores, salones, salitas de billar, gabinetes, salas de costura¡ Se trata de realizar una vida burguesa y traen consigo, adem¨¢s, las ideas higienistas¡±, explica la arquitecta. Eran una demostraci¨®n de su nuevo estatus.
Uno de los epicentros de lo indiano es el pueblo asturiano de Colombres, en el concejo de Ribadedeva, situado en la parte oriental del Principado, cerca de la frontera con Cantabria. Aqu¨ª se encuentran varias casas indianas bien conservadas en la conocida como la Ruta de la Huella Indiana (ribadedeva.info), entre ellas la Quinta Buenavista, Villa Delfina, la Casa de los Leones, la Casa Roja de D. Eduardo S¨¢nchez Escalante o Villa Manola, esta ¨²ltima en el cercano pueblo marinero de Bustio.
La Quinta Guadalupe
Por encima de todas ellas destaca una, la que mand¨® construir en 1906 ??igo Noriega Laso, que hab¨ªa hecho fortuna en M¨¦xico. La Quinta Guadalupe es ahora la Fundaci¨®n Archivo de Indianos - Museo de la Emigraci¨®n (archivodeindianos.es). El conjunto hist¨®rico, declarado bien de inter¨¦s cultural, abarca legados de pueblos cercanos a Colombres, reconocido como Pueblo Ejemplar en 2015 por la Fundaci¨®n Princesa de Asturias, como Bustio, Noriega o Villanueva. Como su nombre indica, es un archivo que recoge material de ese movimiento y un museo. Y como cuenta su director, Santiago Gonz¨¢lez Romero, tambi¨¦n es un punto de encuentro de los descendientes de la emigraci¨®n. ¡°De Asturias partieron unas 300.000 personas, varones en su mayor¨ªa, casi la mitad del censo¡±, explica. ¡°Nuestro centro es un archivo etnohist¨®rico centrado en los mundos sociales de la emigraci¨®n¡±. Se muestran numerosos documentos, fotograf¨ªas y objetos de los centros asturianos que se formaron en Am¨¦rica y de todo tipo de instituciones que sirvieron para formar una red de solidaridad entre emigrantes. Se recoge material hasta de los exiliados espa?oles en M¨¦xico despu¨¦s de la Guerra Civil, con especial atenci¨®n al general Miaja, que dirigi¨® la defensa de Madrid.
La palmera y la casa grande no son los ¨²nicos estereotipos en torno a esta figura casi literaria del indiano: ¡°Siempre pensamos en el indiano exitoso que vuelve a Espa?a, pero esos son los menos. La mayor¨ªa se casan, forman familias y se quedan en Am¨¦rica, ayudando a vertebrar aquellos pa¨ªses y fortaleciendo los lazos entre Espa?a y ese continente¡±, apunta Gonz¨¢lez Romero. No solo fueron importantes los que regresaron: las remesas que se enviaron desde Am¨¦rica ayudaron al desarrollo de Espa?a, a la inversi¨®n en negocios, a la construcci¨®n de escuelas, edificios oficiales, iglesias, plazas o carreteras.
El estado de conservaci¨®n de estas mansiones es muy variable. Las que han continuado habitadas se encuentran en buen estado, algunas se han convertido en restaurantes o instituciones (como el Archivo de Indianos), otras en viviendas o pisos de alquiler tur¨ªstico, manteniendo las fachadas y reformando el interior. Las hay que est¨¢n en ruinas: se dan casos en los que la herencia se ha fragmentado demasiado y nadie se acaba haciendo cargo del edificio. Herencia entre muchos se la lleva el diablo, como suele decirse.
Otras rutas de casas indianas se articulan en ciudades y concejos asturianos como Luarca, Pravia, Llanes, Navia, Boal o Somao, Pueblo Ejemplar de Asturias 2020. Pero tambi¨¦n fuera del Principado: en Catalu?a existe la Red de Municipios Indianos (municipisindians.cat), formada por localidades como Blanes, Begur, Lloret de Mar, Sitges o Tossa de Mar. En el Pa¨ªs Vasco aguarda una ruta indiana m¨¢s en la localidad de Amurrio, tambi¨¦n la hay en la gallega Ribadeo. Etc¨¦tera. Ahora que las migraciones son una tendencia en alza y un reto para el futuro, suele decirse que en Espa?a hemos sido emigrantes y que esa emigraci¨®n fue vital para el pa¨ªs. Suele decirse, pero no suele entenderse del todo. Estas casas indianas son la prueba material de ese pasado que muchas veces preferimos no tener en cuenta.
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