Palacio de las Salinas, balneario ¡®belle ¨¦poque¡¯ en la meseta castellana

El 3 de marzo de 1893, cuando se public¨® la Real Orden por la que se declaraban de utilidad p¨²blica las aguas cloruros¨®dicas, c¨¢lcicas, sulfatadas y bromadas del p¨¢ramo de las Salinas, cerca de Medina del Campo, no exist¨ªa ninguna posibilidad de que el tren acercara a los ag¨¹istas madrile?os en solo 58 minutos, como lo hace hoy. Ya desde el siglo XVII se ten¨ªa constancia de las propiedades mineromedicinales de estos cuatro manantiales, por lo que era cuesti¨®n de ilustrados su aprovechamiento mediante la construcci¨®n, en 1912, de un hotel balneario encargado a los arquitectos del palacio de la Magdalena de Santander, Javier Gonz¨¢lez Riancho y Gonzalo Bringas Vega.

De estilo ecl¨¦ctico y se?orial, como nadie esperar¨ªa en un lugar como este de piel ¨¢spera y mesetaria, el sanatorio de escrofulosos conserva un aire abracadabrante. El acceso sigue un estanque lineal precedido por una rotonda con fontana que se inspira en los palacios aristocr¨¢ticos de la campi?a inglesa.

Un vest¨ªbulo suntuoso distribuye los altos corredores y los pisos de habitaciones a trav¨¦s de una escalera alfombrada muy del gusto belle ¨¦poque. Ciertas estridencias barrocas se entremezclan con detalles ultrafuncionales del termalismo vigente, que igual atrae a j¨®venes que se escapan de la gran ciudad como a la tercera edad. A medio camino del comedor se exhiben unos collages de los primeros d¨ªas del balneario. En noches de verano, un piano anima la velada. En invierno se vive m¨¢s la soledad balnearia.

Es cuando m¨¢s apetece refugiarse entre las paredes tintadas de sus dormitorios, aunque la iluminaci¨®n s¨ª parece artr¨ªtica. Algunos han sido reformados, otros conservan los estampados de mesa camilla y los cabeceros de estilo remordimiento que han caracterizado la ¨²ltima ¨¦poca del hotel, en l¨ªnea con el columnario y el suelo escaqueado del restaurante. Muy recomendables las habitaciones que proyectan al exterior una balconada con balaustres cl¨¢sicos en la primera planta, realzada desde el atardecer por el alm¨ªbar luminot¨¦cnico de la fachada.

Fibromialgia. Reumatismo. Artrosis cr¨®nica. Aqu¨ª brotan aguas de fuerte mineralizaci¨®n, indicadas bajo control m¨¦dico para el asma, enfermedades de la piel y dolencias de la vida urbana que se curan solo de pensar en un masaje de espalda o una envoltura con biofango, cacao y algas.