Los rincones preferidos de Rafael Moneo
El monasterio de La Mejorada, en la provincia de Valladolid, que el arquitecto navarro ha convertido a lo largo de 20 a?os en una bodega, inicia una ruta entre vi?edos, pueblos y castillos mud¨¦jares con final en su Tudela natal
Rafael Moneo, que atraviesa los 80 en plena forma, es un caminante empedernido. Un d¨ªa de oto?o del a?o 2000, animado por unos amigos navarros, vinateros, con los que suele pasear y conversar (otra de las artes que domina), el arquitecto recal¨® en la provincia de Valladolid. El prop¨®sito de la excursi¨®n era conocer los restos del monasterio de La Mejorada, del siglo XV, en Olmedo, que fue testigo ¨²nico de un momento esplendoroso de Castilla. ¡°Estaba rodeado de alg¨²n vi?edo y con una magn¨ªfica capilla mud¨¦jar, incluida en muchas historias de la arquitectura, pero que se encontraba en un estado ruinoso¡±, recuerda. Proyectar una nueva vida a esa decadencia, ¡°y devolverle la dignidad que acompa?a al entorno¡±, fue lo que le anim¨® a comprar la propiedad y construir ah¨ª una bodega.
Tras una rehabilitaci¨®n larga y laboriosa, ¡°pero modesta¡±, puntualiza Moneo, el conjunto monumental abri¨® al p¨²blico en 2013. Y se ha convertido casi en su segunda tierra, o tercera, junto con Madrid, donde reside, y su Tudela natal. Y as¨ª, a su condici¨®n de arquitecto reconocido internacionalmente ¡ªgan¨® el Premio Pritzker en 1996¡ª se a?ade la de bodeguero, cerrando un c¨ªrculo, pues, seg¨²n cuenta, la cultura del vino siempre estuvo presente en su casa familiar.
Ese trayecto tan singular de Madrid a La Mejorada, tan habitual para ¨¦l en los ¨²ltimos 20 a?os, lo descubre aqu¨ª. Un recorrido entre los campos de Castilla, pueblos hist¨®ricos como Olmedo, Coca o Medina del Campo, su restaurante de cabecera en la zona y hasta un balneario, con final en Tudela (Navarra).
Refugio de reyes
La ruta empieza en el monasterio de La Mejorada, a unos 150 kil¨®metros al noroeste de Madrid, a 50 de Valladolid y a 6 de Olmedo. Este lugar, al que se llega por un camino flanqueado de pinares trazado por el arquitecto, debe su nombre a que una vecina de Olmedo fue mejorada en la herencia de sus padres con esta finca que est¨¢ en medio de la nada, en plena Castilla y en plena soledad. ¡°Y, sin embargo, fue uno de los focos de poder m¨¢s importantes de los siglos XV y XVI, protegido por reyes y nobles. Lo fund¨® el infante de Castilla Fernando de Antequera, o de Trast¨¢mara, futuro rey Fernando I de Arag¨®n. Entonces se daba una circunstancia muy importante, la gente se mov¨ªa en funci¨®n de d¨®nde pod¨ªa pasar la noche, y un monasterio estaba acompa?ado por una hospeder¨ªa. Por esta pasaron Isabel la Cat¨®lica y el rey Fernando, Carlos V y Felipe II¡±, explica Moneo. Y hasta Crist¨®bal Col¨®n: ¡°Aqu¨ª redact¨®, en 1497, El memorial de La Mejorada, en el que aconseja a los Reyes Cat¨®licos d¨®nde poner la l¨ªnea que divida el Atl¨¢ntico, la demarcaci¨®n de los mares y tierras entre los reinos de Castilla y Portugal¡±. Su importancia qued¨® tambi¨¦n patente unos a?os m¨¢s adelante, cuando el retablo de la iglesia se encarg¨®, en 1523, al c¨¦lebre escultor Alonso Berruguete. Considerada una de sus obras m¨¢s admiradas, hoy est¨¢ en el Museo de Escultura de Valladolid.
En sus inicios, el monasterio era de la orden de los Jer¨®nimos, ¡°la predilecta de la Corona espa?ola, en el sentido de que la orden est¨¢ en El Escorial, en Guadalupe, Sevilla¡ En el siglo XVIII intentan ampliar el claustro, y lo dejan a medio hacer. Un siglo m¨¢s tarde, durante la guerra de la Independencia, fue saqueado; despu¨¦s, acab¨® en manos de los dominicos, que abrieron un colegio, hasta que lo vendieron y fue explotaci¨®n agr¨ªcola, colonia de verano¡ Cuando llegamos all¨ª estaba en una situaci¨®n dram¨¢tica¡±, repasa su historia Moneo. El arquitecto empez¨® rehabilitando las tapias, un per¨ªmetro rectangular de 650 metros por 300 que rodea el edificio: ¡°Una tarea que casi nadie har¨ªa porque es muy trabajosa y artesanal¡±. Despu¨¦s intervino en las dependencias: el palomar (¡°una pieza importante, regalo de Isabel la Cat¨®lica¡±), la pesquera (¡°donde se criaba el pescado para la Cuaresma¡±), las puertas de entrada, los almacenes¡ Y, por ¨²ltimo, el claustro, que ampli¨® con una galer¨ªa exterior y en el que est¨¢ instalada la bodega.
Entre los sitios favoritos de Moneo en la zona est¨¢n los mosaicos romanos de Puras y un restaurante con estrella Michelin
Tras tantos avatares, de la iglesia solo qued¨® en pie la capilla, ¡°la responsable de que yo est¨¦ aqu¨ª¡±, admite. Declarada bien de inter¨¦s cultural en 1931, su restauraci¨®n est¨¢ a¨²n inacabada. ¡°No se sabe bien d¨®nde termina la intervenci¨®n¡±, reflexiona. En realidad, est¨¢ limpi¨¢ndola de los restos que, bajo su magn¨ªfica c¨²pula azul, se a?adieron desde el g¨®tico y hasta el Renacimiento, con mucho respeto hacia su valor: ¡°Est¨¢ incluida en la Historia de la arquitectura cristiana, de Vicente Lamp¨¦rez, o en Historia de la arquitectura espa?ola, de Bernard Bevan, que tradujo Fernando Chueca, y que muestra un fen¨®meno curioso: los Reyes de Castilla, tras haber conocido Andaluc¨ªa, cuando vuelven a sus tierras se interesan por el arte musulm¨¢n y recuperan o incorporan a la arquitectura castellana alguna referencia hispano-musulmana¡±. La capilla est¨¢ inconclusa tambi¨¦n porque ¨¦l se toma todo el tiempo del mundo para los detalles, como el pomo de la puerta, una reinterpretaci¨®n suya de un detalle del remate de una verja de Gaud¨ª.
42 hect¨¢reas de vi?edos
La bodega produce al a?o 60.000 botellas, ¡°y est¨¢ preparada para mucho m¨¢s¡±, presume. ¡°Pretende servirse solo de las uvas que cultivamos, sobre todo tempranillo, y otras variedades como merlot, cabernet sauvignon o shiraz, y lo hacemos sin regatear esfuerzos para que tengan la mayor calidad y reflejen fielmente el paisaje¡±. En la finca de 140 hect¨¢reas, 42 est¨¢n dedicadas a vi?edo. Sus vinos, denominaci¨®n de origen Vinos de la Tierra de Castilla, los define como ¡°limpios, honestos, equilibrados y, a poder ser, elegantes, que no sea el exceso ni la rareza lo que los caracterice¡±.
Esta no es la primera bodega que lleva la firma de Moneo. La familia Chivite le encarg¨® las de Se?or¨ªo de Ar¨ªnzano (Navarra); ?lvaro Palacios hizo lo propio en Corull¨®n (Le¨®n), que realiz¨® junto al estudio Canals Moneo, donde trabaja su hija Clara, un t¨¢ndem que se ha repetido en la Bodega Ribas, en Consell (Mallorca). Su proyecto en La Mejorada implica tambi¨¦n un plan de recuperaci¨®n del paisaje: ¡°La restauraci¨®n se ha hecho con mucha modestia, pero acompa?ada siempre de la voluntad de prolongar decentemente su vida. El viajero no se va a encontrar solo con un monasterio, ser¨ªa equivocado; m¨¢s bien se ve cu¨¢l puede ser su evoluci¨®n desde aquellos d¨ªas de gloria que tantas cosas encierran ¡ªtanto que casi no me atrevo a hacer lo m¨ªo¡ª, rescatando un tipo de hacer uso de la tierra, el vi?edo. Quien vaya se va a encontrar con una lecci¨®n de la historia de Castilla, de las piedras, pero tambi¨¦n de las gentes y de sus campos¡±.
Tierra de pinares
Tras la visita a la finca y la bodega, es hora de sentarse a la mesa. Y Moneo tiene clara su opci¨®n: La Botica, en Matapozuelos, a 15 kil¨®metros del monasterio. ¡°Siempre comemos muy bien, con una buena bodega tambi¨¦n, ya que es zona de Rueda¡±. Esta antigua casa de labranza donde un tiempo estuvo la farmacia ostenta la ¨²nica estrella Michelin en varios kil¨®metros a la redonda. A los fogones, Miguel ?ngel de la Cruz, que propone una cocina delicada pegada a la tierra castellana. Famosa es su morcilla con toques de miel y un postre con ralladura de pi?a verde (la del pino pi?onero), que se dan tan bien en esta comarca conocida como tierra de pinares que son una aut¨¦ntica industria. El monasterio, de hecho, tambi¨¦n tiene ocho hect¨¢reas dedicadas al pi?¨®n ib¨¦rico.
El castillo de La Mota
No muy lejos, a unos 18 kil¨®metros del restaurante, est¨¢ Medina del Campo, municipio que se ve desde el torre¨®n de La Mejorada. ¡°Fue una gran bolsa de negocios, los grandes banqueros y mercaderes de Castilla estaban aqu¨ª y ese esplendor se siente a¨²n en algunas de sus iglesias, como la colegiata de San Antol¨ªn, en la plaza Mayor¡±, describe el arquitecto. Con m¨¢s de 14.000 metros cuadrados, su plaza Mayor est¨¢ considerada una de las mayores de Europa, y su mercado o Reales Carnicer¨ªas, uno de los m¨¢s antiguos (1562), es fiel reflejo de ese poder¨ªo. Otra parada que propone aqu¨ª Moneo es visitar el castillo de La Mota, mud¨¦jar y peculiar por sus usos: ¡°Ah¨ª muri¨® Isabel la Cat¨®lica, vivi¨® un tiempo Juana?I de Castilla, la Loca, y fue centro de la secci¨®n femenina despu¨¦s de la Guerra Civil¡±. Y, qu¨¦ casualidad, su suegro, Luis M. Feduchi, arquitecto del famoso edificio Capitol, en la Gran V¨ªa de Madrid, lo restaur¨® en los a?os cuarenta del pasado siglo.
De convento a balneario
A unos 22 kil¨®metros se encuentra la siguiente parada: Olmedo, ¡°una ciudad amurallada llena de referentes hist¨®ricos; no con muchos monumentos, pero s¨ª con resonancias de El caballero de Olmedo [de Lope de Vega], como su palacio¡±. Tras visitar la iglesia de Santa Mar¨ªa, para cambiar de aires Moneo anima a ir al cercano balneario del hotel Castilla Termal, ¡°levantado sobre las ruinas de un antiguo convento del siglo XII, hermoso como algunos m¨¢s de aqu¨ª¡±.
Muy cerca de este municipio vallisoletano se encuentra un museo con otras huellas hist¨®ricas: el de las Villas Romanas / Villa de Almenara (+34 983 62 60 36), en Puras, con un soberbio muestrario de mosaicos. ¡°Todo el centro de Castilla estuvo ocupado a partir del Imperio Romano por villas important¨ªsimas que se convert¨ªan casi en autosuficientes. Es su momento de esplendor en que lo cotidiano no est¨¢ amparado en una ciudad, hablamos de los siglos III y IV¡±, explica el arquitecto.
?vila o Segovia
En este punto de la ruta, Moneo propone dos opciones. Una, desviarse 30 kil¨®metros hasta Ar¨¦valo, ya en la provincia de ?vila, ¡°donde hay mucho arte mud¨¦jar, una buena iglesia de los jesuitas y muchos sitios donde comer cordero¡±. O, a una distancia parecida y para ¨¦l lugar imprescindible, acercarse a Coca, en Segovia. ¡°Su castillo del siglo XVI es, seguramente, el m¨¢s espectacular y especial, nunca defrauda. Resulta dif¨ªcil encarnar una masa de ladrillo de ese calibre, esa representaci¨®n del poder del se?or Mendoza, que era m¨¢s que un poder f¨¢ctico, y que acaba siendo propiedad de la Casa Ducal de Alba¡±. Lo subraya dibujando en un papel el esqueleto de esa enormidad con el gran foso de agua sobre el r¨ªo Voltoya. La segunda visita que propone es la parroquia de Santa Mar¨ªa la Mayor, en la plaza Mayor de Coca: ¡°Un ejemplo de tardog¨®tico sofisticado interesant¨ªsimo, con varios sepulcros de obispos y de la familia Mendoza¡±.
Un salto a Navarra
Una ruta que incluya los rincones favoritos de Rafael Moneo pasa, s¨ª o s¨ª, por Tudela, donde naci¨® el arquitecto en 1937. ¡°Si algo siento de La Mejorada, que ha estado muy presente en los ¨²ltimos a?os de mi vida, es que me ha distra¨ªdo de all¨ª. La ciudad est¨¢ llena de cosas bellas, y el que vaya no debe dejar de ver la catedral, hermos¨ªsima y menos conocida de lo que debiera¡±. Otras de sus paradas son la Casa del Reloj, el palacio del Marqu¨¦s de San Adri¨¢n y la Casa del Almirante. ¡°Es un pueblo que ha tenido su riqueza, la que daba el ser cabeza de un puente, que configuraba casi un territorio. Me gustar¨ªa destacar sus campos, y la importancia del perfil del Moncayo, es una maravilla verlo de azul intenso en verano y con las nieves en invierno. Tudela es para m¨ª el peque?o mundo en el que me crie, crec¨ª, viv¨ª y donde despert¨¦ al mundo¡±.
Hoy se pregunta cu¨¢ntos d¨ªas le ha robado la bodega a su tierra de origen, revisa en una peque?a agenda negra y suman unos cuantos. ¡°Pero el inter¨¦s ahora por La Mejorada no implica que olvide de d¨®nde soy y de d¨®nde vengo, algo completamente distinto¡±.
Deliciosas pistas
Para recorrer La Mejorada es necesario reservar. Hay visitas de dos tipos (de 10 y 14 euros), y ambas incluyen una cata de sus cuatro vinos. El ¨²ltimo, Nuevo Villalar (2018-2019), es un tempranillo joven al que han reducido de 12 a 6 meses de barrica para destacar m¨¢s la fruta.
Alrededor de la bodega de Rafael Moneo, adem¨¢s del restaurante La Botica, hay otros santos lugares para comer y comprar manjares. En Olmedo se encuentran los chocolates artesanos de Fr¨ªas, una peque?a reposter¨ªa de 1899, y hay que hacerse con unos quesos de peque?os obradores en Los Quesos de Juan, en Medina del Campo. Para comer un buen cochinillo o lechazo, en Ar¨¦valo est¨¢ el asador Las Cubas, con el horno de le?a a la vista.
Y en su Tudela natal, el arquitecto recomienda Remigio; Pichorradicas; el restaurante 33 y Mes¨®n Juli¨¢n, con una cocina pegada a la huerta navarra.
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