El fot¨®grafo y dise?ador gr¨¢fico franc¨¦s Francis Meslet, de confesi¨®n cristiana, no practicante, se propuso retratar lugares de culto abandonados. "El declinar de la religi¨®n y la p¨¦rdida de fe es un hecho en nuestra sociedad", razona. De este inter¨¦s ha surgido el libro 'Iglesias abandonadas - Lugares de culto en ruinas', publicado por la Editorial Jonglez, que ha recibido la menci¨®n de honor en los International Photography Awards. Son 287 fotos de 37 lugares, en Francia, B¨¦lgica, Alemania, Italia y Portugal. Publicamos 10 de esos retratos con la ¨²nica condici¨®n de no ofrecer localizaciones exactas, para preservar lo que queda de saqueos y pillajes. Solo en Francia, y solo en 2019, el Observatorio del Patrimonio Religioso contabiliz¨® no menos de 103 iglesias cerradas o amenazadas de cierre, 65 v¨ªctimas de actos de vandalismo y 20 destruidas por fuego. Y unas 20 han sido demolidas desde el a?o 2000. "Tienen un toque po¨¦tico", subraya Meslet. Como esta figura que ha llamado 'Madre de todas las sabidur¨ªas', y que encontr¨®, sitiada por los escombros, en una abad¨ªa en Francia.?Couverture_MESLET_JONGLEZ_01 / Cover Die Porzellanheiligen / Kirche 13., 14., 16. und 19. Jahrhundert, Frankreich, Nouvelle-Aquitaine. ? Francis MesletHay mucha investigaci¨®n detr¨¢s de cada viaje fotogr¨¢fico por carretera que emprende Meslet, que lee art¨ªculos sobre patrimonio religioso en peligro y sobre asociaciones que lo defienden. Internet es una gran herramienta. Otra es Google Earth. Despu¨¦s de tomar las im¨¢genes para su libro, pidi¨® a un grupo de profesionales, sus "espectadores", que las describieran. "Le di tres a cada uno, de tres sitios diferentes, sin informaci¨®n adicional. Su misi¨®n era escribir unas 20 l¨ªneas sobre cada fotograf¨ªa". Como ¨¦sta, titulada 'Fascinaci¨®n' y tomada en un colegio y capilla cat¨®licos del siglo XIX, en la Regi¨®n Centro-Valle del Loira (Francia).?MESLET_JONGLEZ_02 / Seite 25 Reiche mir den Himmel / Kirche 13. Jahrhundert, Frankreich, Bourgogne-Franche-Comt¨¦. ? Francis Meslet"Los fieles se marcharon despu¨¦s del servicio y nunca regresaron. ?Sab¨ªan que era la ¨²ltima misa?", se pregunta Meslet ante esta imagen tomada en esta iglesia francesa. "Todo parece estar perfectamente en orden. Las sillas de madera y paja cansadas mantienen su posici¨®n lo mejor que pueden, apenas sacudidas por el recuerdo de los traseros que se han levantado de ellas [...]". El fot¨®grafo observa un ¨®rgano "con pedales sueltos" a la derecha y "el p¨²lpito de madera de color gris lechoso" a la izquierda. "El coro es largo y alto, acentuando la sensaci¨®n de vac¨ªo pesado. Grandes ventanales con vidrieras sencillas dejan entrar abundante luz [...] En lo alto, cuatro santos en fayenza, encaramados en su pedestal, se desaf¨ªan con la mirada. Juana de Arco rubia por el sol, que hay que decir que por aqu¨ª quema. San Mart¨ªn ha preferido guardar su manto para protegerse de las abluciones celestes, santa Rita, desesperada, aprieta el velo negro que cubre sus cabellos. Sin duda alguna, las palomas parecen tener pasi¨®n por Cristo. De todas las perchas que tiene el coro, prefieren meditar sobre la divina cabeza. Muchas de ellas han encontrado calma y alivio en ella", escribe.?MESLET_JONGLEZ_03 / Seite 13 Die Kirchen ziehen sich zur¨¹ck, um zu sterben / Kapelle 13. Jahrhundert, Italien, Piemont. ? Francis MesletLa profesora y novelista Sylvie Robic contempl¨® la imagen de esta iglesia del siglo XIII, localizada en Borgo?a (Francia), y escribi¨® estas palabras: "Mi soledad est¨¢ en el centro de mi iglesia. Aunque, por su lado, la peque?a Juana hace muchos esfuerzos in¨²tiles. Nosotros dos solos, a¨²n de pie, mientras que todo se derrumba. Juana protesta con vehemencia, pero el obispado temporiza y el equipo municipal se hace preguntas. Sobre la necesidad de semejante apuntalamiento, complicado y costoso. Sobre una posible transformaci¨®n del lugar. Sobre mi probable cierre. Mi soledad en el centro de mi iglesia, terriblemente obstruida, oscurecida, abrumada por su materialidad, se arma sin embargo de paciencia. Espero tranquila a que llegue el advenimiento de una fe desnuda. Y con ella, la luz".?MESLET_JONGLEZ_04 / Seite 79 Gegens?tze / Kapelle 18. und 19. Jahrhundert, Frankreich, Okzitanien. ? Francis Meslet"A primera hora de la ma?ana, en una carretera rural de Italia, me dirig¨ª al primer lugar del d¨ªa", arranca Meslet en su descripci¨®n de esta capilla del siglo XIII, que ha titulado 'Las iglesias se esconden para morir'. "Me levant¨¦ muy temprano porque ten¨ªa que aprovechar los ¨²ltimos momentos de la noche para entrar en un viejo hospital psiqui¨¢trico abandonado. El acceso fue bastante expuesto y complicado. De repente apareci¨® a un lado de la carretera. Solitario. Completamente descuidado. Solo el campanario y su cruz tambaleante sobresal¨ªan del enorme arbusto que se lo hab¨ªa tragado. Aparqu¨¦ mi coche inmediatamente al otro lado de la carretera, junto a un campo, y me acerqu¨¦ lentamente. No pod¨ªa creer lo que ve¨ªa. Qu¨¦ foto. Orgullosa, todav¨ªa en pie a pesar de las pruebas a las que la han sometido el tiempo y los hombres. Record¨¦ la Capilla de St. Paul en Manhattan. El mismo sentimiento mezclado entre el orgullo y la desolaci¨®n", apunta.?MESLET_JONGLEZ_05 / Seite 135 Das Fundament des Glaubens / Kapelle 18. und 19. Jahrhundert, Frankreich, Grand Est. ? Francis MesletEl pintor, decorador y escritor Nicolas Hamm, otro de los "espectadores" reclutados por Francis Meslet, describe sus sensaciones al ver la imagen de esta capilla lombarda de los siglos XVIII y XIX: "Ah¨ª¡ Estamos rodeados, metidos en frescos, mejor dicho, entre marcos mullidos, recortes barrocos, pero con un toque 'kitsch'¡ El ambiente en general es amarillo¡ amarillento, pero no est¨¢ amarilleado¡ El altar¡ ah¨ª¡ tambi¨¦n 'enmarmolado', parece estar hecho de trampantojo, efecto ¨®ptico ¡°trampa-materia¡± en detalles¡ Los bancos tan bien colocados y tan pavorosamente silenciosos. El suelo salpicado de motas de suciedad contrasta con las manchas de vidrieras, 'rococoescas', tejiendo la lenta y difusa chispa, su propio rastro¡ rasante, al peso asumido¡ por este techo de preciosa elocuencia¡ Jesucristo, azul de frente, nos recibe con un manierismo espont¨¢neo y ferviente, aunque un poco simpl¨®n. Los nichos vac¨ªos se miran fijamente, miradas en esquinas. Adornados con galimat¨ªas de estuco, marcos exagerados y presentes, centralizando las escenas de belleza. Elecci¨®n¡ Pretenciosos en acabado, sin embargo, tan bien conservados¡ Los fustes biselados de sus columnas y ojo enga?ado de nuevo ¡ Aqu¨ª tambi¨¦n, m¨¢s bien perspectiva truncada¡ punto perdido totalmente reconstruido. En la parte baja de los muros, las costras salitrosas nos cuentan la miseria del estado de capilaridad¡ moral al menos¡ Una barra, cruzada, embovedada, sobre la alcoba exacerbada, un hilo de hada posmoderna encontrar¨¢ su camino¡ El suelo languidece mientras que el techo se cubre de estrellas¡".?MESLET_JONGLEZ_06 / 155 Wie lange schon? / Kloster 17. und 19. Jahrhundert, Italien, Umbrien. ? Francis Meslet"El antiguo hospital parece desierto. Tras franquear un peque?o portal que da a la calle, localic¨¦ enseguida la capilla en medio del lugar gracias a la caracter¨ªstica forma de su campanario abulbado. Una puerta parece estar abierta. Entro". As¨ª comienza la descripci¨®n que ofrece Meslet de esta capilla de la regi¨®n de Gran Este, en Francia. El arco triunfal marca la entrada del ¨¢bside semicircular. Un Cristo "envuelto en una luz divina parece querer liberarse de la ingravidez". Al pie del altar, un mont¨®n de bancos apilados que impiden cualquier circunvalaci¨®n. "Parece que los hubiesen puesto ah¨ª en cuarentena". Al bajar los tres escalones que separan el coro de la iglesia, suelo de tierra batida "destripado por una gran herida cubierta de escombros y part¨ªculas de madera carcomida". La carpinter¨ªa ha sido arrancada y una parte, tirada. "?As¨ª agonizan las capillas de los hospitales? ?Afectadas a su vez por el mal de los residentes que han venido a rezar para curarse? No. M¨²ltiples cat¨¦teres fluorescentes salpican los muros y dejan adivinar la inyecci¨®n de una vacuna en el coraz¨®n de la piedra. Volver¨¦ a visitar a este enfermo para interesarme por su salud", escribe.?MESLET_JONGLEZ_07 / Seite164 Mutter aller Erkenntnis / Abtei 11., 12., 13. und 17. Jahrhundert, Frankreich, Nouvelle-Aquitaine. ? Francis MesletA Fr¨¦d¨¦rique Villemur, escritora e historiadora del arte, la contemplaci¨®n de esta imagen correspondiente a un monasterio de los siglos XVII al XIX, en la regi¨®n italiana de Umbr¨ªa, le inspir¨® estas palabras: "[...] El murmullo del follaje agitaba el aire sin que el viento tuviese nada que ver en ello. Una columna de hormigas rompi¨® la fila. Ya nada parec¨ªa estar en su sitio. [...] La tierra empez¨® a temblar suavemente, regularmente, en un mismo sentido, en diagonal, luego de arriba abajo con mayor firmeza, con mayor fuerza. Hablaba un idioma inmemorial, audible e indiscernible. Cuando sus se?ales se hicieron visibles y comprensibles sin que supi¨¦ramos qui¨¦n le hablaba, salvo que fuese por ondas sucesivas, la escuchamos sin ver en qu¨¦ espacio se iba a desplegar. Una inmensa red de l¨ªneas corrientes en el suelo comenz¨® a subir por las paredes de los edificios como una savia secreta se filtra bajo una segunda piel, hilando m¨¢s r¨¢pido que una ara?a, haciendo agujeros m¨¢s grandes a medida que la distancia entre sacudidas se acortaba. Cada palacio, cada iglesia habl¨® de repente su propio idioma, inaudito, jam¨¢s escuchado, que mostraba en qu¨¦ cuerpo se hab¨ªan construido. Todos, en su esqueleto, vibraban con una piel distinta. Un poderoso san Crist¨®bal portando sobre sus hombros al Salvador se qued¨® encerrado en un nicho del muro. Desde lo m¨¢s alto, la luz penetraba por la rendija que hab¨ªa en el tejado hundido. Las tejas rotas se quebraban bajo los pasos, las vigas se mezclaban con los reclinatorios. Al lado de una bombilla colgada del techo de la iglesia, un fald¨®n de madera desafiaba verticalmente la gravedad [...]¡±?MESLET_JONGLEZ_08 / Seite 170 Faszination / Katholisches Kolleg und Kapelle 19. Jahrhundert, Frankreich, Centre-Val de Loire. ? Francis Meslet"La herida de una larga grieta abre un fondo gris claro. Sobre este, y para la mirada de los fieles, un altar instalado sobre un z¨®calo resalta una silueta herida de muerte, la mitad izquierda de su base estaba hundida. Ir¨®nico porque, como la cruz de un visor que bien podr¨ªa ser el de una c¨¢mara o el de un ca?¨®n, un peque?o cuadrado de bordes dorados enmarca una cruz de brazos iguales. M¨¢s arriba, un crucifijo comenta la escena [...]". El fil¨®sofo Jean-Pierre Marchand describe minuciosamente esta imagen del siglo XX, un espacio "sin milagros ni misterios". A la salida, "nos acompa?an dos grandes cruces blancas ortodoxas que forman un pasillo. Cada una destaca sobre el color amarillo de dos grandes vidrieras que, ambas por igual, tienen dos secciones rotas en forma de rayo de luz que muestran bien el mundo profano. A ras de suelo, a la derecha, un friso amarillo sigue intacto mientras que su hermano, en la vidriera izquierda, ha perdido su cristal y su color".?MESLET_JONGLEZ_09 / Seite 187 Die Strafe / Krypta 20. Jahrhundert, Italien, Ligurien. ? Francis Meslet"Ya he visto esa imagen en mis sue?os, no exactamente esta, pero una imagen parecida", arranca su texto el m¨²sico Michel Cloup. Y prosigue: "Ten¨ªa una c¨¢mara Go-Pro en la mano, estaba haciendo una especie de documental que subir¨ªa a mi canal de YouTube, en un futuro que parec¨ªa lejano. Ense?aba a ni?os y a adolescentes lugares que no conoc¨ªan, vestigios de una civilizaci¨®n pasada, de una ¨¦poca anterior: restaurantes de comida r¨¢pida, f¨¢bricas gigantescas, mataderos, estudios de televisi¨®n, centros comerciales, lugares de culto. Todos estaban da?ados, medio destruidos y abandonados. Este hab¨ªa sido v¨ªctima de una inundaci¨®n. Despu¨¦s, filmaba sus reacciones y charl¨¢bamos. Aquel d¨ªa, ninguno de esos j¨®venes quiso creerme cuando les habl¨¦ de las distintas religiones, de sus rituales y de los cr¨ªmenes cometidos en su nombre. Se asustaron y me pidieron que nos fu¨¦ramos lo antes posible".?MESLET_JONGLEZ_10 Bei offenem Grabe / Kloster und Krypta 14. Jahrhundert, Portugal, Lissabon. ? Francis Meslet
!["Los fieles se marcharon despu¨¦s del servicio y nunca regresaron. ?Sab¨ªan que era la ¨²ltima misa?", se pregunta Meslet ante esta imagen tomada en esta iglesia francesa. "Todo parece estar perfectamente en orden. Las sillas de madera y paja cansadas mantienen su posici¨®n lo mejor que pueden, apenas sacudidas por el recuerdo de los traseros que se han levantado de ellas [...]". El fot¨®grafo observa un ¨®rgano "con pedales sueltos" a la derecha y "el p¨²lpito de madera de color gris lechoso" a la izquierda. "El coro es largo y alto, acentuando la sensaci¨®n de vac¨ªo pesado. Grandes ventanales con vidrieras sencillas dejan entrar abundante luz [...] En lo alto, cuatro santos en fayenza, encaramados en su pedestal, se desaf¨ªan con la mirada. Juana de Arco rubia por el sol, que hay que decir que por aqu¨ª quema. San Mart¨ªn ha preferido guardar su manto para protegerse de las abluciones celestes, santa Rita, desesperada, aprieta el velo negro que cubre sus cabellos. Sin duda alguna, las palomas parecen tener pasi¨®n por Cristo. De todas las perchas que tiene el coro, prefieren meditar sobre la divina cabeza. Muchas de ellas han encontrado calma y alivio en ella", escribe.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/Z4CW6LB2YFNCLJD2N7MM6Q4NNM.jpg?auth=fcb18cbc971bdd343c9a3b3f32efe71333bb481c316a6da51ff74f5e847561d8&width=414)
![A Fr¨¦d¨¦rique Villemur, escritora e historiadora del arte, la contemplaci¨®n de esta imagen correspondiente a un monasterio de los siglos XVII al XIX, en <a href="https://elviajero.elpais.com/elviajero/2019/12/12/actualidad/1576146735_826337.html" target="_blank">la regi¨®n italiana de Umbr¨ªa</a>, le inspir¨® estas palabras: "[...] El murmullo del follaje agitaba el aire sin que el viento tuviese nada que ver en ello. Una columna de hormigas rompi¨® la fila. Ya nada parec¨ªa estar en su sitio. [...] La tierra empez¨® a temblar suavemente, regularmente, en un mismo sentido, en diagonal, luego de arriba abajo con mayor firmeza, con mayor fuerza. Hablaba un idioma inmemorial, audible e indiscernible. Cuando sus se?ales se hicieron visibles y comprensibles sin que supi¨¦ramos qui¨¦n le hablaba, salvo que fuese por ondas sucesivas, la escuchamos sin ver en qu¨¦ espacio se iba a desplegar. Una inmensa red de l¨ªneas corrientes en el suelo comenz¨® a subir por las paredes de los edificios como una savia secreta se filtra bajo una segunda piel, hilando m¨¢s r¨¢pido que una ara?a, haciendo agujeros m¨¢s grandes a medida que la distancia entre sacudidas se acortaba. Cada palacio, cada iglesia habl¨® de repente su propio idioma, inaudito, jam¨¢s escuchado, que mostraba en qu¨¦ cuerpo se hab¨ªan construido. Todos, en su esqueleto, vibraban con una piel distinta. Un poderoso san Crist¨®bal portando sobre sus hombros al Salvador se qued¨® encerrado en un nicho del muro. Desde lo m¨¢s alto, la luz penetraba por la rendija que hab¨ªa en el tejado hundido. Las tejas rotas se quebraban bajo los pasos, las vigas se mezclaban con los reclinatorios. Al lado de una bombilla colgada del techo de la iglesia, un fald¨®n de madera desafiaba verticalmente la gravedad [...]¡±](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/7U775JBT2NKKTL26PKILYBAZT4.jpg?auth=bb9f3f7182da0c342ec6536290c49aa71ec273a917551df0f4f34a65268ec077&width=414)
!["La herida de una larga grieta abre un fondo gris claro. Sobre este, y para la mirada de los fieles, un altar instalado sobre un z¨®calo resalta una silueta herida de muerte, la mitad izquierda de su base estaba hundida. Ir¨®nico porque, como la cruz de un visor que bien podr¨ªa ser el de una c¨¢mara o el de un ca?¨®n, un peque?o cuadrado de bordes dorados enmarca una cruz de brazos iguales. M¨¢s arriba, un crucifijo comenta la escena [...]". El fil¨®sofo Jean-Pierre Marchand describe minuciosamente esta imagen del siglo XX, un espacio "sin milagros ni misterios". A la salida, "nos acompa?an dos grandes cruces blancas ortodoxas que forman un pasillo. Cada una destaca sobre el color amarillo de dos grandes vidrieras que, ambas por igual, tienen dos secciones rotas en forma de rayo de luz que muestran bien el mundo profano. A ras de suelo, a la derecha, un friso amarillo sigue intacto mientras que su hermano, en la vidriera izquierda, ha perdido su cristal y su color".](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/2T7R46L6OFLZBPJ62OU5L5Z2NM.jpg?auth=013be70061f8e0e5a01250b8d4bc21f490614c433de503caee1c505506cc2bc2&width=414)
