La guarida del Ratoncito P¨¦rez
Una ruta tem¨¢tica dedicada al m¨¢gico roedor en Velilla del R¨ªo Carri¨®n inicia un fin de semana de naturaleza y rica gastronom¨ªa en la Monta?a Palentina
Un roedor ha revolucionado la Monta?a Palentina. El Ratoncito P¨¦rez ha revitalizado desde la localidad de Velilla del R¨ªo Carri¨®n esta comarca deprimida por el ocaso de la miner¨ªa y el cierre de la central t¨¦rmica, que ces¨® su actividad el 30 de junio de 2020. Faltaban ideas en un enclave de inmensa riqueza paisaj¨ªstica, cultural y gastron¨®mica. ?Y qu¨¦ mayor magia que la de un ratoncito capaz de viajar por el mundo e intercambiar los dientes infantiles por un regalo? Eduardo y Quique Ib¨¢?ez han hecho realidad el anhelo de su padre, Maxi, recientemente fallecido, creando un recorrido tem¨¢tico en torno al escurridizo P¨¦rez: La Ruta de tus Sue?os.
Las familias tienen en este espacio una excusa perfecta para disfrutar de un circuito que educa sobre las aficiones de este peque?o mam¨ªfero y aporta, al mismo tiempo, conocimientos incalculables sobre la flora y fauna de esta zona al norte de Palencia. Y todo al aire libre. El paseo arranca en un parque preparado a conciencia y prosigue por todo el pueblo con distintas paradas y pruebas, a trav¨¦s de un mapa que permite buscar la siguiente etapa relacionada con la incansable labor de P¨¦rez. Mientras, basta con alzar la mirada para encontrarse con una cordillera magn¨ªfica y nevada, ver las ovejas de los pastores pasar a escasos metros, y percibir el olor de la lumbre que despierta el hambre y el esp¨ªritu para elegir Velilla y su entorno como escenario de una pr¨®xima y completa escapada (Castilla y Le¨®n mantendr¨¢ su cierre perimetral hasta el pr¨®ximo mes de mayo).
M¨¢s all¨¢ del roedor infantil, aqu¨ª quien se aburre es porque quiere. Velilla, puerta de entrada al parque natural de la Monta?a Palentina, sirve de casilla de salida. Los madrugadores tienen en el hostal Stop?un lugar confortable y econ¨®mico para alojarse y coger energ¨ªas antes de partir. Un pincho de su estupenda tortilla y las recomendaciones de los locales empujan a aprovechar la ma?ana. Lo primero de todo, elegir el formato. Ya sea caminando, en bicicleta, en moto o en coche, la Monta?a ofrece un abanico de alternativas. Partiendo de Velilla, la ruta de los pueblos abandonados, de unos 17 kil¨®metros, discurre, en pleno parque natural, entre las localidades de Valcobero, Valsurvio y Camporredondo de Alba, y se extiende despu¨¦s hasta Carda?o de Arriba, Carda?o de Abajo y Alba de los Carda?os. Se puede recorrer en coche, pedaleando o caminando, en funci¨®n del tute que quiera darse cada uno. El visitante descubre un mundo alejado de casas de piedra, enclaves sin cobertura telef¨®nica y, ante todo, de paz absoluta en contraposici¨®n al bullicio urbano. El principal tr¨¢fico de esta carretera son las vacas que pacen tranquilamente en prados inmensos y que, educadamente, se apartan ante el viajero. Y si llega el hambre, el restaurante Miralba, en Alba de los Carda?os, deleita con su carta y sus vistas al embalse de Camporredondo.
Inaugurado por Alfonso?XIII en 1930, forma parte de la llamada ruta de los pantanos, que brinda unos 50 kil¨®metros muy asequibles hasta para los ciclistas aficionados; sin demasiado desnivel, regala panor¨¢micas de agua, nieve, monta?as, bosques e incluso piraguas y, cuando el clima acompa?a en meses m¨¢s c¨¢lidos, hasta invita a darse un chapuz¨®n. Para los m¨¢s atrevidos, los cercanos picos de Curavacas (2.520 metros) y Espig¨¹ete (2.450 metros), en el macizo de Fuentes Carrionas, son dos retos de categor¨ªa que requieren, eso s¨ª, de nociones b¨¢sicas de monta?ismo. Los menos expertos pueden conformarse con surcar los mares de ¨¢rboles, puertos menos escarpados y sendas que discurren por la falda de la cordillera. O acercarse a la cascada de Mazobre, cuya estampa id¨ªlica resulta perfectamente accesible con ni?os.
Entre estrellas y leyendas
El noroeste palentino permite bajar pulsaciones y aprender sobre un territorio y una cultura habitualmente alejados de los focos. Sin olvidarse de comer bien, claro. El parador de Cervera de Pisuerga?representa la comodidad y la pausa por su ubicaci¨®n entre arboledas y su orientaci¨®n hacia el embalse de Ruesga. En su restaurante, cuya despensa se nutre de carnes de ternera y caza locales, se satisface el paladar antes de acercarse a descubrir qu¨¦ pintan unos bisontes polacos en el peque?o pueblo de San Cebri¨¢n de Mud¨¢. All¨ª se encuentra Bison Bonasus, una reserva y centro de interpretaci¨®n del bisonte europeo que se puede visitar acompa?ados por caballos przewalski, de origen mongol.
Para los m¨¢s nocturnos, un antiguo y rehabilitado cargadero de carb¨®n en el cercano Puente de San Miguel acoge desde 2006 un observatorio astron¨®mico?que ofrece visitas diurnas y nocturnas a su planetario para la contemplaci¨®n, con telescopio, de astros y estrellas en una zona sin apenas contaminaci¨®n lum¨ªnica.
La comarca cuenta con leyendas como la de la fuente de Plinio el Viejo, en la propia Velilla ¡ªse dice que quien nunca la ha visto y la encuentra seca hallar¨¢ al poco la muerte¡ª, aunque para aguas, mejor las del spa municipal de Guardo, a pocos kil¨®metros; por un precio muy razonable, propone un recorrido de sauna, jacuzzi y duchas relajantes antes de, por ejemplo, dar cuenta de unos castizos huevos fritos con patatas y jijas en Los Faroles, junto a la plaza Mayor de Velilla, o comprar un queso curado en carb¨®n para recordar los tiempos de esplendor de Velilla del R¨ªo Carri¨®n, que se pretenden recuperar ahora gracias a la magia de un rat¨®n.
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