Abad¨ªa de los Templarios, oxigenante descanso en La Alberca

Estos tiempos que vivimos piden ox¨ªgeno. Ventilaci¨®n, aunque sea asistida por los vientos que corren en el pasillo ortogr¨¢fico creado por la Sierra de Francia y Las Batuecas. Es, pues, el momento de respirarlo en las 10 hect¨¢reas que conforman la finca de robledal, casta?ar y sotobosque transformada en un complejo tur¨ªstico de alto nivel por los hermanos Rodr¨ªguez Puerto, criados en la posada La Columna, fundada por sus padres en la plaza Mayor de La Alberca. La familia posee aqu¨ª otro hotel, el Santa Teresa.

Como sugiere su nombre, la Abad¨ªa de los Templarios se inspira en la arquitectura abacial de la ¨¦poca templaria. Se ampara tras una fachada de balcones, terrazas y lucernarios que evoca una t¨ªpica calle albercana. Desde la entrada misma se anticipan los gui?os a un tiempo ya perdido: columnas de granito con capiteles toscanos, sillares de labra, aparejos de sardinel, artesonados de madera, vidrieras¡­ Y qu¨¦ decir del interior, muy significado en sus arcos de medio punto, con impostas y enjutas, viguer¨ªa de madera¡­ Todo muy medieval, pero construido en los albores del siglo XXI.

En ese ambiente de recogimiento est¨¦tico gravitan las instalaciones de hospeder¨ªa y ocio, muy destacadamente el centro termal Acueducto, cuyos 1.000 metros cuadrados dan para un circuito de dos horas entre chorros, duchas arom¨¢ticas, saunas secas y ba?os turcos. El resto de los espacios destinados a banquetes y congresos, como un formidable auditorio con capacidad para 300 asistentes, tendr¨¢n que esperar a mejores tiempos.

Los dormitorios sorprenden por su amplitud. La mayor¨ªa de ellos son junior suites con sal¨®n, chimenea y balc¨®n o terraza panor¨¢micos. Los hay tambi¨¦n abuhardillados, totalmente en madera, que siempre conquistan a los rom¨¢nticos. La suite presidencial informa de sus lujos al a?adir a sus 120 metros cuadrados de alcoba, sal¨®n con chimenea y ba?era de hidromasaje una terraza privada con piscina. Pero son las 47 villas situadas junto al camino de acceso al complejo, con una o dos habitaciones, lo verdaderamente oxigenante del lugar. Vivir aislado por unos d¨ªas, practicar el teletrabajo o caminar por estos andurriales pr¨®ximos a Las Batuecas impone un nuevo estilo de viajar con alojamientos como este.