Loizu, acogedora parada en el Camino de Santiago

Ya saben los habituales del Camino de Santiago que Burguete es el primer hito existente desde Roncesvalles; la primera parada en su peregrinaje a Compostela, si es que los tres kil¨®metros recorridos les motiva a un avituallamiento matinal. El pueblo se resume en dos hileras de casas en torno a la carretera de Francia y otro alineamiento menor junto al camino de ronda. As¨ª, sorprende que tan escasa demograf¨ªa (227 vecinos) ofrezca cinco alojamientos y otra nutrida representaci¨®n de casas de comida, si no fuera por el creciente valor tur¨ªstico de este primer ramal del Camino Franc¨¦s.

Entre todos, el alojamiento m¨¢s se?ero por su historia y apariencia es el hotel Loizu, que se encuentra al final del pueblo, en direcci¨®n a Pamplona. No recibi¨® la visita del inefable Ernest Hemingway, como acredita su competidor hostal Burguete, con m¨¢s de un siglo de antig¨¹edad, pero tambi¨¦n hace gala de unas piedras centenarias con la estructura de las casas se?oriales navarras: entramado de madera vista en la fachada, cuatro plantas en saledizo, aleros volados de gran tama?o y balcones corridos en algunos tramos.

Un arco de sillares recibe al peregrino sin m¨¢s adornos que la utiller¨ªa de hospitalidad desplegada por el equipo humano del hotel durante toda la estancia. Quien venga en coche debe saber que lo puede aparcar f¨¢cilmente en la trasera del edificio, pues el costado est¨¢ reservado para el jard¨ªn y una luminosa terraza en la que los hu¨¦spedes pueden ver pasar la tarde hasta que la ¨²ltima luz se filtre entre los montes aleda?os. Es verdad que en temporada alta el tr¨¢fico resulta molesto e invita a pasar al sal¨®n, donde hay se?al de internet suficiente para seguir en contacto con el exterior.

La cena ofrece una mejor tesitura al caminante que el desayuno, habida cuenta de que el comedor est¨¢ preparado para banquetes de hasta 150 comensales.

En ascensor se llega a las habitaciones, que conservan en algunos casos sus primitivas vigas de madera y sus paredes de mamposter¨ªa. Tras la ¨²ltima reforma, muchas de ellas cambiaron sus colchas estampadas por una sobria lencer¨ªa blanca con sobrecamas marrones, a juego con los cabeceros. Son c¨®modas, aunque apretadas y m¨ªnimas en detalles. De las 27 piezas, ocho se oxigenan con balc¨®n abierto al paisaje. A solo 20 kil¨®metros se extiende la Selva de Irati, uno de los mayores hayedos de Europa.