Las l¨¢pidas que inspiraron los nombres de Harry Potter y otros bellos cementerios
La escritora Mariana Enriquez nos gu¨ªa por los camposantos y osarios europeos que le han fascinado: del escoc¨¦s Greyfriars, inspiraci¨®n para J.K. Rowling, a Montju?c, en Barcelona
En el libro Alguien camina sobre tu tumba (Anagrama), Mariana Enriquez se describe como una catadora de cementerios, una mit¨®mana que ans¨ªa recorrer al mil¨ªmetro las ciudades de los muertos que han marcado su vida, incluso antes de haberlas pisado. De su extenso periplo por todo el mundo, Europa ocupa un lugar esencial en su obra, y dedica varios cap¨ªtulos a discernir la historia y las leyendas que arrastran algunos de sus camposantos y osarios. Su belleza escultural entre paisajes t¨¦tricos y victorianos despierta una fascinaci¨®n humana que bien merece tenerlos en cuenta a dos d¨ªas de la festividad de Todos los Santos o para un pr¨®ximo viaje a una ciudad europea.
La morada de un ¨¢ngel andr¨®gino
La obsesi¨®n de Mariana Enriquez por los cementerios comenz¨® con una visita al Cementerio Monumental de Staglieno, en G¨¦nova. El que fuera portada ¡ªgracias a una de sus tumbas¡ª del single Love Will Tear Us Apart (1980), de Joy Division, cal¨® de lleno en la escritora, quien lo describe al comienzo del libro: ¡°El impacto del Cementerio Monumental de Staglieno es sobrecogedor. El p¨®rtico, cl¨¢sica imitaci¨®n del Parten¨®n, era esperable. Pero, una vez pasados los primeros ¨¢rboles ¡ªel cementerio, inaugurado en 1851, incorpora vegetaci¨®n; es como un bosque con estatuas, un poco como el cementerio parisiense de P¨¨re Lachaise¡ª, vimos las galer¨ªas de estatuas (¡). Yo tuve un escalofr¨ªo de miedo, belleza y risa¡±. Como relata la argentina, Staglieno parece una competici¨®n entre las familias burguesas de la ciudad italiana por demostrar su riqueza, incluso m¨¢s all¨¢ de la vida. Entre los jardines dise?ados por Carlo Barabino se encuentran las tumbas de numerosas personalidades de la regi¨®n ¡ªadem¨¢s de extranjeras como Constance Lloyd, esposa de Oscar Wilde¡ª, siendo las estatuas f¨²nebres sus protagonistas. El??ngel de Monteverde es un ejemplo, esculpido en 1882 sobre la tumba de Francesco Oneto, presidente de la Banca Generali. Una figura tan controvertida como replicada fuera de Italia por su visi¨®n andr¨®gina y casi sensual del ente.
Una m¨¢quina del tiempo
La ruta que trazan los Siete Magn¨ªficos de Londres ¡ªcomo se conoce a los grandes cementerios edificados en el siglo XIX para aliviar la aglomeraci¨®n de entierros en parroquias¡ª es casi obligada para cualquier aficionado al necroturismo. En su obra, Enriquez aporta un sinf¨ªn de detalles sobre Highgate, conocido por su paisaje rom¨¢ntico y el busto de Karl Marx que preside su tumba. El resto los deja pendientes para futuros viajes no sin antes dar un apunte sobre el cementerio de Brompton, por el que ¡°paseaba Beatrix Potter buscando en las l¨¢pidas nombres para los personajes de sus cuentos infantiles¡±.
Inaugurado en el a?o 1840 entre los distritos de Kensington y Chelsea, cuenta con vastos jardines y m¨¢s de 35.000 monumentos entre mausoleos, l¨¢pidas y estatuas en decadencia que le confieren ese rostro victoriano. La capilla de 1839 fue edificada a imagen y semejanza (pero a escala reducida) de la bas¨ªlica de San Pedro en Roma, aunque la gran atracci¨®n es un mausoleo de granito que arrastra un suculento misterio. Construido en 1850 para la familia Courtoy, se perdieron los planos y su llave de acceso. En paralelo, se teji¨® la leyenda de que en realidad es una m¨¢quina del tiempo creada por el egipt¨®logo Joseph Bonomi, amigo de Hannah Courtoy, enterrada aqu¨ª y conocida por su afici¨®n a los jerogl¨ªficos y las ciencias ocultas. De ah¨ª su techo piramidal y los caracteres ancestrales que adornan la puerta.?
Jard¨ªn para los vecinos
Edimburgo cay¨® en el imaginario de Mariana Enriquez como un caramelo cuando le describieron la capital escocesa como una ciudad negra. De entre toda su mara?a de escuelas de ciencias ocultas e iglesias, se marc¨® el cementerio de Greyfriars como objetivo en su visita. Conocido como el camposanto m¨¢s embrujado de Europa, su ubicaci¨®n en el centro urbano lo hace part¨ªcipe de su vida cotidiana; es frecuente la estampa de un edimburgu¨¦s leyendo o caminando por sus jardines. Adem¨¢s de las leyendas ¡ªla paranormal que arrastra el mausoleo Mackenzie es para no dormir¡ª, su inquilino m¨¢s famoso es Bobby, el perrito que vigil¨® 14 a?os la tumba de su due?o tras su muerte y fue homenajeado con una estatua tan manoseada, describe, que ¡°algunas partes brillan doradas bajo el sol intermitente¡±. Albergue p¨®stumo de celebridades brit¨¢nicas desde 1590, las tumbas m¨¢s visitadas, sin embargo, pertenecen a desconocidos. Son las que inspiraron a J. K. Rowling los nombres de los protagonistas de Harry Potter.
Necr¨®polis bajo tierra
Par¨ªs descansa sobre un cementerio. Y no en el sentido metaf¨®rico. Una red de t¨²neles que sirvieron en la ¨¦poca romana como canteras acogi¨® a finales del siglo XVIII su mayor cementerio com¨²n. Las?catacumbas de la capital francesa?se extienden por 250 kil¨®metros bajo el suelo y dieron cabida a seis millones de cad¨¢veres que fueron trasladados desde distintos puntos de la ciudad. La narraci¨®n meticulosa que la autora realiza sobre su visita (solo bajo cita previa) esconde una escalofriante an¨¦cdota que es mejor no desvelar para el disfrute de su lectura.
Las catacumbas de Par¨ªs son el mayor osario de Europa, pero no el ¨²nico. Otro citado por Enriquez en su libro es el de Sedlec, en la Rep¨²blica Checa: ¡°M¨¢s que un cementerio, es una capilla cat¨®lica decorada por huesos de, se cree, 700.000 personas. Bellamente decorada¡±. Esta macabra iglesia es el lugar m¨¢s visitado del pa¨ªs despu¨¦s de Praga.?
Barcelona entre sepulturas
En Espa?a, Mariana Enriquez qued¨® fascinada con El beso de la muerte del cementerio de Poblenou, la escultura de Jaume Barba de 1930 embellecida por leyendas como la que inspir¨® El s¨¦ptimo sello, de Ingmar Bergman. ¡°Es tan hermosa como t¨¦trica y su nombre la explica: la Muerte, (¡) besa a un hombre joven, de brazos fuertes y torso exquisito, que se deja morir, arrodillado y semidesnudo¡±. Si el llamado Cementerio Viejo de Barcelona se concibi¨® originalmente en 1775 para familias pobres, el de Montju?c da cobijo a figuras de la vida catalana como el anarquista Durruti, Joan Mir¨® o Isaac Alb¨¦niz.
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