A Costa Rica a teletrabajar
El pa¨ªs ha aprobado una ley para atraer a los n¨®madas digitales, que disfrutan entre pausas de surf, yoga y aventura en hoteles especializados
Un agradable clima tropical todo el a?o, playas v¨ªrgenes o poco explotadas de arena volc¨¢nica en la costa del Pac¨ªfico y de fina arena blanca en el Caribe, espacios naturales boscosos que albergan el 6% de la biodiversidad del planeta y la facilidad para divertirse con un mont¨®n de actividades proporcionadas por los alojamientos: senderismo, yoga, cursos de surf, de bienestar o deportes multiaventura. Estas son las razones que han llevado a un buen n¨²mero de n¨®madas digitales a instalarse temporal o quiz¨¢ definitivamente en Costa Rica. Adem¨¢s, desde el pasado octubre, el pa¨ªs centroamericano ha sido uno de los primeros en poner en marcha una ley enfocada a atraer a estos viajeros extranjeros, con una serie de ventajas como son la exenci¨®n del impuesto sobre la renta y del material de importaci¨®n para su trabajo, la posibilidad de abrir una cuenta en un banco local o la validez de la licencia para conducir del pa¨ªs de origen. El requisito: ingresar por su trabajo al menos 3.000 d¨®lares mensuales.
Ya antes de la promulgaci¨®n de esta ley en el pa¨ªs m¨¢s estable de la regi¨®n y con el nivel de vida m¨¢s alto se hab¨ªan instalado desde el estallido de la pandemia cientos de viajeros que eligieron pasar esa ¨¦poca de restricciones trabajando a distancia junto a una playa o un bosque h¨²medo. Y ahora, con la reapertura de las fronteras, muchos estiran al m¨¢ximo los tres meses de estancia que concede el visado de turista para salir hacia un pa¨ªs vecino, si es que no se han acogido a dicha norma (que otorga un visado de un a?o prorrogable), y volver al nuevo hogar pasados unos d¨ªas. Las playas de Tamarindo o Nosara, en el Pac¨ªfico, la reserva natural Bosque Nuboso Monteverde o el pueblecito de La Fortuna, junto al parque nacional Volc¨¢n Arenal, son sus enclaves preferidos.
Cerca de la playa, la barcelonesa Gladys Cali, de 33 a?os, licenciada en Empresariales, consultora de branding (marca personal) y experta en marketing por internet, que viaja junto a su gata Wincat, nomadea seis meses al a?o por varios pa¨ªses y ahora planea quedarse tres en Costa Rica, ¡°movi¨¦ndome entre los hoteles especializados en j¨®venes n¨®madas y de precios econ¨®micos, como el Selina de Tamarindo, junto a la playa, donde, adem¨¢s de la posibilidad de trabajar y practicar muchas actividades, hay una buena dosis de fiesta. Y cuando necesito m¨¢s tranquilidad elijo los alojamientos junto a los bosques h¨²medos de Monteverde, en el interior del pa¨ªs, donde el ritmo es m¨¢s sosegado¡±. Cali, que se ha apuntado al curso de surf del propio hotel, despu¨¦s de Tamarindo se instalar¨¢ en Brasil y, m¨¢s tarde, en Fuerteventura. Ha elegido en estos momentos Costa Rica ¡°por el clima y la impresionante naturaleza y la energ¨ªa e inspiraci¨®n que me transmite el intercambio de ideas con tant¨ªsimos n¨®madas interesantes con proyectos maravillosos. Al principio, el nomadismo fue cosa de blogueros y mochileros, luego se unieron los programadores y algunos empresarios, y desde la pandemia han entrado con fuerza los trabajadores en remoto¡±.
Intercambiar experiencias es una de las principales ventajas que citan casi todos estos viajeros, como la londinense Sharon Tremble, de 24 a?os. Ella se dedica ¡°a posicionar en internet firmas financieras y al tiempo imbuirme en la cultura latinoamericana¡±. Tremble, que de aqu¨ª emigrar¨¢ a Panam¨¢, tambi¨¦n pasa su tiempo de ocio cabalgando olas o en las clases de yoga que organiza el alojamiento, donde se ofrecen paquetes de estancia y acceso al espacio compartido de trabajo para colives (otro t¨¦rmino para denominar a los n¨®madas) por 1.000 d¨®lares mensuales en habitaci¨®n privada y 800 en dormitorio compartido, seg¨²n detalla ?scar Hern¨¢ndez, gerente del Selina Tamarindo.
Tranquilidad y naturaleza
En otro alojamiento del mismo tipo, a medias entre un albergue y un hotel, a 1,5 kil¨®metros de la reserva privada Monteverde en el noroeste costarricense y a poco m¨¢s de una hora de las playas del Pac¨ªfico, los colombianos Camilo Mej¨ªa, de 39 a?os, y su pareja, Andrea Manosalva, de 35, han elegido esta zona dominada por el bosque h¨²medo y nuboso ¡°por la tranquilidad y la espl¨¦ndida naturaleza¡±. Mej¨ªa, que lleva dos meses en este lugar, es inversionista en Bolsa y tambi¨¦n dise?a una start-up (empresa emergente). ¡°Mi tiempo libre lo dedico a los cursos de meditaci¨®n y pr¨¢cticas de wellness (bienestar)¡±, dice, mientras que Andrea imparte clases por internet para un colegio de Nueva York.
Pero los alojamientos para n¨®madas en Monteverde ofrecen tambi¨¦n posibilidades de multiaventura: recorridos en tirolinas, puentes colgantes (aqu¨ª se halla la pasarela suspendida m¨¢s larga del pa¨ªs), ziplane extremo (con el que se sobrevuela el bosque colgado por la espalda de un cable, como si uno fuera Superman), rutas en busca de experiencias positivas y m¨²sica en vivo algunas noches.
Las exuberantes playas de Nosara, al sur de Tamarindo, son un destino tur¨ªstico emergente y el enclave favorito de los n¨®madas digitales de mayor nivel adquisitivo. Aqu¨ª, el hotel Surf Simply?cuenta con 12 habitaciones decoradas con un gusto exquisito y presididas cada una por una r¨¦plica de una tabla con la que un surfista m¨ªtico gan¨® un Mundial o dom¨® la ola m¨¢s grande de Nazar¨¦ (Portugal), y el precio de estancia es de 1.000 d¨®lares diarios por persona. ¡°Lo que incluye cursos de surf impartidos por m¨¢s profesores que hu¨¦spedes¡±, cuenta su propietario, Ru Hill, un brit¨¢nico que instal¨® su furgoneta hace a?os en la playa y all¨ª comenz¨® su aventura ense?ando a surfear. Las habitaciones suelen ocuparse en un 25% por j¨®venes de Silicon Valley que pasan temporadas en el hotel sin desconectar de su trabajo, excepto en las horas de los cursos de surf, cuyas pr¨¢cticas se filman con drones para despu¨¦s analizarlas. A poca distancia, los n¨®madas que se alojan en el Bodhi Tree Yoga Resort dedican su tiempo libre al yoga y la meditaci¨®n. Y por si faltara alguna facilidad, el pr¨®ximo enero se inaugurar¨¢ en Nosara el fastuoso espacio compartido de trabajo Outpost Nosara, ¡°un nuevo concepto de oficina oce¨¢nica¡±, dicen sus promotores, donde se podr¨¢ alquilar un escritorio por 2.000 d¨®lares mensuales.
¡°Animo a todos los emprendedores que quieran ser n¨®madas digitales, es una maravillosa forma de vida, y a quienes dicen que es una moda temporal les dir¨ªa que lo mismo se dijo, por ejemplo, de las redes sociales¡±, concluye la n¨®mada Gladys Cali.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.