Soport¨²jar, el m¨¢gico pueblo granadino entregado a la brujer¨ªa
Una casa con patas de gallina, dos hechiceras removiendo un gran caldero, una fuente del drag¨®n¡ Este pueblo de la Alpujarra ha optado por ¡®embrujarse¡¯ para atraer a los turistas, y el puente de Todos los Santos es la ocasi¨®n perfecta para recorrerlo al encuentro de sus curiosas esculturas
Una escoba m¨¢gica de varios metros de longitud espera a que el visitante se monte en ella en la calle Real de Soport¨²jar, un peque?o pueblo de la Alpujarra granadina. No volar¨¢ porque est¨¢ anclada, pero es bonita y da para una fotograf¨ªa chula. Cerca de all¨ª, una serpiente enorme que parece adentrarse en una casa para luego salir aguarda a que nos acerquemos y posemos con gracia para otra foto. M¨¢s all¨¢, una ara?a, una fuente del drag¨®n, un caldero de brebaje que mueven dos brujas y as¨ª, calle a calle, se conforma un pueblo dedicado por completo a la brujer¨ªa y asuntos m¨¢gicos varios. Este noviembre de oto?o, de difuntos o de Halloween, da igual la raz¨®n, y de casta?as asadas, parece un buen momento para acercarse a conocer este enclave alpujarre?o de magia y aquelarres.
En 15 a?os, Soport¨²jar ha cambiado por completo su fisonom¨ªa para jalonar sus calles y plazas de esculturas relacionadas con esta m¨ªstica de la brujer¨ªa y lo esot¨¦rico. Y todo empez¨® buscando una idea m¨¢gica que pusiera al pueblo en el mapa tur¨ªstico: la soluci¨®n estaba en el mote que los vecinos hab¨ªan tenido que aguantar durante d¨¦cadas. Brujos o brujas los llamaban. Sus habitantes vieron durante a?os pasar de largo, a apenas un kil¨®metro de su entrada, a cientos de veh¨ªculos cada fin de semana. Una localidad tan alpujarre?a como las dem¨¢s, pero alejada mil metros de la ruta principal de la Alpujarra, una peque?a distancia que en la pr¨¢ctica la situaba a una distancia sideral de los turistas. Ahora, gran parte de los miles de personas que cada fin de semana visitan la Alpujarra tienen un argumento para desviarse y entrar al pueblo y, de hecho, lo hacen. El olvido qued¨® atr¨¢s.
El proyecto que ha cambiado la vida de Soport¨²jar fue concebido en 2007 por quien era entonces su alcalde, Jos¨¦ Antonio Mart¨ªn N¨²?ez. Su idea, en sentido general, consist¨ªa en aprovechar el dicho ¡°no hay mal que por bien no venga¡±. Desde un punto de vista m¨¢s concreto, se trataba de convertir un mote ¨Dpara algunos, un insulto¨D en una marca positiva para el pueblo. As¨ª, Mart¨ªn N¨²?ez tir¨® del mote de brujos y brujas para convertirlo en un salvavidas para un lugar entonces con muy pocas perspectivas de desarrollo.
El primer paso lo dieron con lo que llamaron la feria del embrujo. Acudieron 500 personas, ¡°todos veraneantes del entorno¡± cuenta ahora Manuel Romero, actual alcalde, lo que consideraron, dados los antecedentes, todo un ¨¦xito. La ¨²ltima, en 2019, ha reunido a 20.000 personas, recuerda Romero. A partir de ah¨ª, el proyecto embrujo ha continuado poco a poco y esta es ya una localidad tematizada en torno a la brujer¨ªa. Artificial o no, coherente con la historia y los mitos o no, el formato ha funcionado y, en este momento, el reto del pueblo no es atraer al turismo, sino conseguir que este y el gran flujo de visitas que atrae a diario y, sobre todo en fines de semana y convocatorias especiales, no acabe destrozando un proyecto de turismo organizado, sostenible y c¨®modo.
Soport¨²jar est¨¢ situado ¨Dexcepto por ese kil¨®metro maldito que lo aleja de la carretera principal¨D en la ruta de paso obligada para quienes visitan la Alpujarra. Ubicado entre dos localidades claves del entorno, a poco m¨¢s de 10 minutos de ?rgiva y de Pampaneira, no tiene p¨¦rdida porque su desv¨ªo est¨¢ se?alizado con un mural donde ya aparece la primera bruja. La cueva del Ojo de la Bruja est¨¢ antes de llegar, en el camino que une el pueblo con Pampaneira, y su magia procede principalmente de las fantas¨ªas de los j¨®venes del lugar, que durante a?os usaban la gruta como zona de juegos y de paseo en las tardes y noches de invierno.
A partir de ah¨ª, la visita est¨¢ repleta de encuentros con grandes esculturas coloridas relacionadas con la brujer¨ªa y asuntos m¨¢gicos, b¨¢sicamente para que nos fotografiemos y juguemos un poco a su alrededor. El recibimiento oficial corre a cargo da la bruja Baba Yaga, que espera a la misma entrada al pueblo. Baba Yaga no tiene ninguna relaci¨®n con Soport¨²jar ni la Alpujarra. Es, de hecho, una bruja de la mitolog¨ªa eslava, pero la Alpujarra siempre ha sido entorno de llegada de gente de todos los lugares, desde los a?os sesenta y setenta. Baba Yaga, como aquellos hippies que llegaron hace d¨¦cadas, pod¨ªa trasladarse de ac¨¢ para all¨¢ gracias a su casa con patas de gallina que le permit¨ªan desplazarse. Casa que, por supuesto, puede verse en una placeta en la parte alta del pueblo.
Se puede hacer aqu¨ª un repaso a las distintas esculturas que se asientan en las calles y plazas, pero, probablemente, lo mejor es callejear y descubrir a qu¨¦ se enfrenta el visitante. Si el paseo se repite alejado en el tiempo, es muy probable que se encuentren novedades porque siempre hay algo en marcha. La ¨²ltima incorporaci¨®n es la casita de chocolate de Hansel y Gretel, del verano de 2021.
Cinco son, esencialmente, esas convocatorias especiales. El aquelarre de brujas de la primavera ¨Del fin de semana siguiente a la fiesta de las cruces, el 3 de mayo, que ahora llaman Maio Embrujado¨D, la feria de primavera, los chiscos de San Ant¨®n en enero y la noche de difuntos, que este a?o ser¨¢ el 5 de noviembre. La quinta, la Feria del Embrujo, que se celebra la segunda semana de agosto, es la que dio origen a todo. En la primera edici¨®n se le dio forma de ¡°semana cultural que inclu¨ªa algunos actos relacionados con la brujer¨ªa y un aquelarre¡±, explica el alcalde Manuel Romero.
Y junto a la tematizaci¨®n en forma de esculturas callejeras, Soport¨²jar cuenta con un Centro de Interpretaci¨®n de la Brujer¨ªa y, tambi¨¦n, con diversos senderos por los que adentrarse un poco en la sierra alpujarre?a. Uno de ellos lleva, tras un recorrido de ocho kil¨®metros, a la Atalaya de Soport¨²jar, donde se encuentra ubicado el centro Budista O¡¯Sel Ling, que el propio Dalai Lama visit¨® hace ahora exactamente 30 a?os.
El origen del mote
Dos son las razones que explica Manuel Romero para justificar el mote de brujo y bruja de sus conciudadanos. El primero, con documentos hist¨®ricos que lo avalan, tiene su origen en lo remoto de la Alpujarra. ¡°Aqu¨ª se tardaba d¨ªas en llegar en burro a donde hubiera un m¨¦dico. Por eso, las mujeres comenzaron a curar lo b¨¢sico con hierbas y tratamientos naturales. Con el tiempo, mejoraron sus habilidades y cada vez m¨¢s cosas se curaban as¨ª. Yo mismo me curaba de peque?o las verrugas con ajo y rosario¡±, explica. Y lo del rosario es importante porque, aclara, ¡°con el tiempo, y para no tener a la iglesia en contra, las mujeres aprendieron a a?adir al final algo religioso¡±. Por eso, dice, ha sobrevivido tantos siglos ese m¨¦todo de curaci¨®n, porque la iglesia no se atrev¨ªa a suprimirlo. Antes, en la ¨¦poca de la inquisici¨®n, explica, Torquemada inici¨® dos procesos contra dos mujeres acusadas de brujer¨ªa por estos asuntos. ¡°Eso est¨¢ documentado¡±.
La segunda versi¨®n es que a esta zona de Granada acudieron muchos gallegos a repoblarla tras la expulsi¨®n de los moriscos, los musulmanes que, supuestamente, adoptaron la religi¨®n cat¨®lica para quedarse en Espa?a tras la expulsi¨®n de los ¨¢rabes. S¨ª parece, a?ade Romero, que llegaron seis u ocho familias de lo que hoy es Castilla y Le¨®n o de algo m¨¢s al norte, pero esto, matiza, no est¨¢ contrastado hist¨®ricamente.
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