NH Paseo de La Habana, confort a precios imbatibles en Madrid

Dos tel¨¦fonos, dos m¨¢quinas de escribir, un teletipo renqueante y un ¨²nico plat¨® de 100 metros cuadrados en un chal¨¦ del madrile?o paseo de La Habana. Corr¨ªa el a?o 1956 y apenas exist¨ªan 600 televisores en todo Madrid. As¨ª fueron los inicios de Televisi¨®n Espa?ola, en una escueta parcela adosada a otra m¨¢s grande que, con los a?os, albergar¨ªa el edificio del hotel NH Habana. Pese a su exclusivo emplazamiento, junto a la Castellana y al estadio Santiago Bernab¨¦u, sus precios gran parte del a?o son realmente imbatibles.

Aquel caser¨®n austero de la televisi¨®n se ha convertido hoy en un inmueble de apartamentos de lujo llamativo por sus balconadas de vidrio estructural y sus jardines colgantes. Sin duda, el fondo vegetal necesario para que la fachada listada de aplacado que posee el hotel, en su geometr¨ªa precisa y comedida, se signifique conforme se sube por el paseo hasta encontrar el garaje, en la parte trasera del edificio. La entrada exige cargar con el equipaje unos pocos escalones abajo. De noche hay algo rutilante en el ambiente que nos reafirma en la sensaci¨®n de estar en un alojamiento moderno. Otra realidad menos prometedora aparece al fichar en recepci¨®n: la vida sigue igual que cuando David Cubero, Mat¨ªas Prats y Jes¨²s ?lvarez emit¨ªan sus telediarios desde el plat¨® vecino.

Unos escalones arriba, a la izquierda del mostrador de recepci¨®n, conducen a la cafeter¨ªa, el restaurante y las salas multifuncionales de reuniones. Las vicisitudes de la covid desangelan todav¨ªa m¨¢s el ambiente de estos espacios de por s¨ª impersonales. Mejor aspecto instilan las habitaciones, en tonos neutros, sin compromisos, pero muy funcionales y con un confort superior a lo esperado por el precio de la noche. Algunas van necesitando ya una reforma, de lo que es muy consciente el equipo directivo. Pero, si el hotel no est¨¢ lleno, ser¨¢n las estancias nuevas las primeras en ser ofrecidas a los hu¨¦spedes por un m¨®dico suplemento. Aparte de unos buenos colchones, hay una carta de almohadas a disposici¨®n del cliente.

Y, s¨ª, en todas hay una pantalla plana de televisi¨®n. Aunque con el auge de Netflix, el metaverso y la tecnolog¨ªa 5G es probable que este gadget acabe desapareciendo como aquel chal¨¦ de al lado donde Laura Valenzuela presentaba en los a?os sesenta ante las c¨¢maras Festival Marconi.