R¨¢pel en los ca?ones de la sierra de Guara y otros nueve bautismos aventureros en Espa?a
Pirag¨¹ismo en el r¨ªo Sella (Asturias), escalada en La Pedriza (Madrid), surf en Somo (Cantabria) o esqu¨ª de traves¨ªa en la comarca leonesa de Babia. Por agua o nieve, suspendidos en el aire o subiendo una monta?a, entornos naturales para divertirse
Nadie nace sabiendo, ni el saber es excusa para dejar de aprender. Todo el mundo puede hacer sus pinitos en los deportes de naturaleza y aventura. Estos son algunos de los mejores lugares de Espa?a para empezar a surcar olas, subir monta?as, aventurarse por el v¨¦rtigo de las v¨ªas ferratas o practicar la escalada en roca.?
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Pirag¨¹ismo
El r¨ªo asturiano Sella?es c¨¦lebre por su multitudinario descenso en canoas, kayaks y otras embarcaciones, pero tambi¨¦n es un recorrido ideal para hacer unos primeros pinitos con los remos o simplemente para pasar una jornada tranquila en un ambiente espectacular. Comenzando en Arriondas, se pueden recorrer 15 kil¨®metros muy tranquilos.
Otro de los cl¨¢sicos para iniciarse en el remo en canoas est¨¢ en el coraz¨®n de Castilla, en Segovia. Son las hoces del Durat¨®n, uno de los paisajes ic¨®nicos de esta comunidad. Remar las aguas tranquilas del r¨ªo es muy sencillo, especialmente en los tramos donde, rodeado de inmensas paredes, uno puede jugar con los ecos y las sombras y observar de cerca a los buitres leonados que anidan por all¨ª. Uno de los recorridos m¨¢s habituales (y que se puede hacer por libre) comienza en San Miguel de Bernuy y se estira hasta el embalse de Las Venc¨ªas a trav¨¦s de aguas mansas y delicadas.
El kayak es tambi¨¦n una buena forma de conocer las soledades de las marismas del r¨ªo Piedras, en la provincia de Huelva. Discurriendo hasta casi su escape al Atl¨¢ntico, su r¨ªa ha permanecido sorprendentemente al margen de la urbanizaci¨®n. La propuesta consiste en transitar por las tranquilas aguas del cauce del r¨ªo ¡ªhay que conocer con anterioridad la evoluci¨®n de las mareas¡ª a su paso por esta suerte de laberinto de marisma, con playas, pinares y retamares. Por supuesto, hay que prestar atenci¨®n los atardeceres de esta Costa de la Luz, delicia de fot¨®grafos y poetas.
Los miles de kil¨®metros en Espa?a de costas de mares, lagos, embalses y r¨ªos suman miles de posibilidades para practicar el kayak. Por ejemplo, en el estuario del r¨ªo Ulla, sobre todo en sus ¨²ltimos kil¨®metros, en los alrededores de la localidad gallega de Padr¨®n, donde el r¨ªo se muestra m¨¢s tranquilo y abierto. Es una especie de resumen de todos los encantos de la zona y una experiencia para compartir en familia, en un entorno rural m¨¢gico y sosegado.
Las grutas marinas son otra posibilidad. Como la?Cova d¡¯en Gispert, en Begur, en la Costa Brava, una estrecha cavidad que se adentra 150 metros en el acantilado con b¨®vedas de hasta 20 metros de altura. Se trata de uno de esos secretos que guarda el litoral de Girona, capaz de despertar la latente emoci¨®n de la exploraci¨®n en los m¨¢s intr¨¦pidos.
V¨ªas ferratas
Una v¨ªa ferrata?es un recorrido preparado para desplazarse por paredes rocosas y acantilados de imposible acceso por otros medios. Gracias a grapas met¨¢licas encastradas, escalones y salientes excavados o aprovechados en la propia roca se puede acceder a parajes de belleza incre¨ªble con seguridad. Los amantes de los deportes de monta?a y de las emociones fuertes tienen un reto en estas v¨ªas preparadas para desafiar el v¨¦rtigo de las alturas.
Una de las m¨¢s impresionantes, y a la vez m¨¢s sencillas, est¨¢ en la hoz de Priego, un paisaje moldeado por el r¨ªo Escabas entre las villas de Ca?amares y Priego, en la provincia de Cuenca. Es apta incluso para ni?os, siempre que no tengan v¨¦rtigo: un amplio trazado horizontal, con pasarelas y puentes y sin apenas pasos de dificultad.
En Valencia se encuentra la ferrata de El Chorrico: las espl¨¦ndidas paredes del barranco de Castellet, que caen a pico sobre el pantano de Tous, sirven de lienzo para una v¨ªa sencilla, pero muy entretenida. Es una de las m¨¢s populares en el Levante, ideal para iniciar a los m¨¢s peque?os en este fascinante mundo vertical.
La v¨ªa ferrata de Los Llanos, en Camale?o, es corta y explosiva. Situada cerca de Potes, constituye uno de los mejores recorridos de Cantabria, donde, adem¨¢s de adrenalina, se obtiene una panor¨¢mica impactante de los collados y cimas orientales de los Picos de Europa, que parecen dientes de viejos colosos. Casi 200 metros de pura verticalidad que dan acceso a la cumbre de la pe?a de la Cotera de la Cruz.
En Canarias?la primera v¨ªa ferrata que se equip¨® en el archipi¨¦lago es conocida como de la Primera Luna. Est¨¢ en los elegantes riscos volc¨¢nicos que forma la monta?a de las Tabaibas, antiguo puesto de vigilancia en las alturas de Gran Canaria. Son cerca de 250 metros de itinerario, con pasos atl¨¦ticos y a¨¦reos, aunque aptos para todos. Aqu¨ª uno puede poner a prueba su v¨¦rtigo entre algunos de los caprichos geol¨®gicos m¨¢s hermosos de la isla.
Correr por el monte
Una primera propuesta para iniciarse en el absorbente mundo del senderismo y los trail runs (carreras campo a trav¨¦s) lleva a la sierra de San Mamede, en Galicia, un paraje poco conocido pero fascinante. Zona de monta?a agreste e intrincada, salpicada de aldeas y leyendas, es un h¨¢bitat en excelente estado de conservaci¨®n con singularidades como el abedular de Montederramo. Partiendo de Campo do Casar, hay que buscar este tesoro natural y ascender a la cumbre de San Mamede, todo en poco m¨¢s de 10 kil¨®metros.
Dando un salto al centro de la Pen¨ªnsula, el puerto de la Fuenfr¨ªa es posiblemente el paso de monta?a m¨¢s c¨¦lebre de la sierra de Guadarrama, donde convergen naturaleza, ciencia, deporte y literatura. Una de las rutas m¨¢s populares es el llamado?Camino Schmid o Camino Schmidt, que puede tomarse desde el puerto de Navacerrada para recorrer veredas cargadas de historia y mitos entre pinares y prados de monta?a.
Tambi¨¦n en el centro peninsular, el hayedo de Tejera Negra, en Guadalajara, es visitable todo el a?o, pero ser¨ªa una pena no acercarse en oto?o hasta este entorno inspirador, tornadizo, cautivado por las sombras de la sierra de Ayll¨®n. Se puede seguir la cabecera del r¨ªo Lillas a trav¨¦s de unos pocos kil¨®metros, sin desniveles destacables, para sumergirse luego en una de las reservas forestales m¨¢s singulares de Espa?a.
Otro lugar de peregrinaci¨®n habitual de corredores, monta?eros y esquiadores es el pico de San Lorenzo, el punto m¨¢s alto de La Rioja, con sus esbeltos 2.271 metros, adonde muchos llegan desde la estaci¨®n de esqu¨ª de Valdezcaray, ubicada en su cara norte. Desde su aparcamiento se puede emprender una ruta directa y atrevida hasta la cumbre, ganando gran desnivel en una corta distancia, que no tiene mucho que envidiar a la mayor¨ªa de las competiciones de kil¨®metro vertical. Eso s¨ª, en invierno la cosa se pone bastante t¨¦cnica.
Barranquismo
El Pirineo aragon¨¦s?se ha convertido en un centro de peregrinaci¨®n para los que quieren lanzarse por primera vez a practicar el barranquismo. Concretamente en el valle del Tena encontramos una de las opciones m¨¢s populares para hacerlo, el barranco de El Gorgol, situado en un privilegiado entorno. De car¨¢cter inici¨¢tico, ofrece una buena sucesi¨®n de escollos a salvar a trav¨¦s de saltos y toboganes. El itinerario culmina con un largo r¨¢pel, ideal para curarse definitivamente del v¨¦rtigo.
La garganta de las Gloces, en la sierra oscense de Guara, otra meca del barranquismo, discurre por una fisura estrecha y profunda, como si la naturaleza ya hubiera pensado en nuestras ambiciones deportivas.
Aunque probablemente el paisaje m¨¢s identificado con los bautismos de barranquismo en Espa?a est¨¢ en el entorno del Pirineo catal¨¢n. Como ejemplo, el barranco de Berr¨®s, en la comarca de Pallars Sobir¨¤ (Lleida): ni riesgos ni grandes alardes t¨¦cnicos se necesitan en este ca?¨®n que destaca por las risas que arrancan su sucesi¨®n de toboganes, con un caudal constante, ideal para acercarse a este deporte sin jugarse el pellejo. Una experiencia emocionante.
El barranco de Canaletas es otro de los m¨¢s divertidos de Catalu?a, una opci¨®n ideal para perder el miedo a esta disciplina. Se encuentra cerca del pueblo de Horta de Sant Joan, en la comarca catalana de Terra Alta (Tarragona). Aqu¨ª hay que estar dispuesto a mojarse, porque se trata de un barranco muy acu¨¢tico, orlado de sifones, toboganes, cuevas y saltos.
Si damos un salto hasta Andaluc¨ªa?podremos probar las delicias del barranquismo en la sima del Diablo, un ca?¨®n angosto y sombr¨ªo en el municipio malague?o de J¨²zcar, una de esas fant¨¢sticas villas blancas de la serran¨ªa de Ronda. Aunque antes pocos se aventuraban por ella, hoy es buscada por aquellos que gustan derrochar adrenalina, descendiendo a trav¨¦s de diversos r¨¢peles (no aptos para taquic¨¢rdicos) que muestran la capacidad del agua de labrar formas imposibles en el terreno.
Olas para principiantes
En el litoral espa?ol no faltan los lugares donde iniciarse en el surf. Algunos de los m¨¢s populares est¨¢n en el Pa¨ªs Vasco, por ejemplo, en las playas de Atxabiribil y Arrietara, en Sopela (Bizkaia), donde se pueden tomar unas clases que servir¨¢n para perder el miedo a tragar agua salada.
Un para¨ªso surfista en Canarias?es la isla de Fuerteventura. Se puede acudir a alguna de las escuelas de Corralejo, por ejemplo.
Las playas andaluzas del Atl¨¢ntico, con buen tiempo y olas incre¨ªbles, tambi¨¦n son perfectas para iniciarse en este deporte. Muy cerca de Conil de la Frontera se encuentra El Palmar, con uno de los mejores arenales de Espa?a para aprender a surfear. Adem¨¢s de un animado ambiente local, sus temperaturas suaves atraen a surfistas todo el a?o, tanto por sus encrespadas olas como por el ambiente de sus chiringuitos, sobre todo en verano.
Pero tal vez sea Somo?el lugar emblem¨¢tico para aprender a cabalgar las olas. En esta playa de Cantabria que se estira a lo largo de cuatro kil¨®metros hay varias de escuelas de surf, lo que hace que est¨¦ muy concurrida en temporada alta, lo que tambi¨¦n forma parte de su atractivo.
Alta monta?a
Nada como los Pirineos para iniciarse en el monta?ismo. El pico de Alba (3.118 metros) se yergue en el flanco occidental del macizo de la Maladeta, cuna del pirine¨ªsmo m¨¢s cl¨¢sico. Aunque cuenta con una pala de nieve importante y alg¨²n paso expuesto en la cresta, esta cumbre escarpada y vertiginosa ofrece una ascensi¨®n corta pero sostenida, perfecta para poner a prueba nuestros conocimientos alpinos.
Muchos monta?eros de la Comunidad de Madrid suelen iniciarse en el alpinismo en La Maliciosa. La cara sur de esta monta?a de la?sierra de Guadarrama est¨¢ llena de pasos, crestas, espolones y hasta cascadas de hielo en invierno para quienes buscan retos comprometidos y t¨¦cnicos. No obstante, tambi¨¦n cuenta con un par de rutas al alcance de cualquier monta?ero.
El pico Ocej¨®n, en la provincia de Guadalajara, es un dosmil situado en la vertiente sur de la sierra de Ayll¨®n. Popular entre los senderistas, cuenta con varias rutas sencillas y bien se?alizadas que conducen a la cima. Desde la cumbre, a 2.049 metros, se tiene una vista soberbia de todo el macizo, y, si los cielos despejados lo permiten, tambi¨¦n una rara panor¨¢mica de las ciudades de Guadalajara y Madrid.
Otra opci¨®n es la sierra de Gredos, al sur de la provincia de ?vila. En pleno macizo se alza el pico de La Covacha, un v¨¦rtice monumental de 2.300 metros, ideal para demostrar la pericia con el equipo de alta monta?a y la forma y resistencia f¨ªsica del alpinista. Se trata de una monta?a aislada que exige una larga aproximaci¨®n a sus vertientes, aunque despu¨¦s ofrece un desnivel bastante asumible por su cara norte, donde tambi¨¦n hay opciones para monta?eros experimentados.
En Catalu?a est¨¢ la Pica d¡¯Estats, la cota m¨¢s alta del Pirineo catal¨¢n (3.143 metros), justo en la frontera con Francia, entre la comarca del Pallars Sobir¨¤ y el departamento franc¨¦s de Ari¨¨ge: un territorio salpicado de circos glaciares, lagos de monta?a y morrenas intimidantes. El refugio de Vallferrera puede servir de base de operaciones. Adem¨¢s de esta cumbre, que puede alcanzarse por una arista sencilla, se pueden recorrer durante varios d¨ªas los confines del macizo franc¨¦s de Montcalm. Otra monta?a emblem¨¢tica de Catalu?a es el pico de Sant Jeroni, la cima m¨¢s alta del macizo de Montserrat (Barcelona). Sus 1.236 metros se alcanzan por un espectacular paisaje rocoso sin escollos rese?ables.
Esqu¨ª de traves¨ªa y raquetas de nieve
Los esquiadores de monta?a de la zona centro tienen como rito anual la ascensi¨®n a Pe?alara, la monta?a m¨¢s alta del Guadarrama. Sus lagunas glaciares y frondosos pinares componen uno de los paisajes m¨¢s atractivos del parque nacional. Subir por la loma de Dos Hermanas no precisa de especial destreza, m¨¢s all¨¢ de los conocimientos b¨¢sicos con las tablas. Se debe tener en cuenta, eso s¨ª, que estas alturas suelen estar sometidas a los caprichos meteorol¨®gicos.
En Cantabria podremos iniciarnos en el foqueo (esqu¨ª de traves¨ªa) en La Padiona (2.319 metros), una ruta cl¨¢sica de los Picos de Europa. La ascensi¨®n transcurre en gran parte por un precioso canal que da acceso a la cara norte, por la que se accede a la cima.
A caballo entre Le¨®n y Cantabria, la del pico Coriscao (2.234) es otra popular ascensi¨®n que parte del puerto leon¨¦s de San Glorio y se puede completar en media jornada. El sendero que va desde Torre de Babia hasta a la laguna de Las Verdes,?en la comarca leonesa de Babia, brinda en invierno un escenario impoluto de alta monta?a que se puede recorrer con esqu¨ªs o raquetas.
El pico de Salabardar o Rasos del Dalt, la cumbre m¨¢s alta de los llamados Rasos de Peguera, en la comarca barcelonesa del Alt Bergued¨¤, es un reto para los amantes de las grandes rutas con raquetas de nieve. La traves¨ªa transcurre por bosques de con¨ªferas y un paisaje de belleza ¨¢spera y aspecto ¨¢rtico que culmina a 2.077 metros de altitud.
Bicicleta de monta?a
En la Pe?a de Francia, en Salamanca, los antiguos caminos de peregrinos ganan altura hasta los 1.727 metros, donde se alza un v¨¦rtice geod¨¦sico tan popular como accesible por las entra?as del parque natural de Las Batuecas-Sierra de Francia. Siguiendo, por ejemplo, el muy ciclista sendero GR-10, se accede tras 30 kil¨®metros a una cumbre que despu¨¦s requiere un descenso algo t¨¦cnico y muy emocionante cuesta abajo hacia el solitario valle del r¨ªo Agad¨®n.
En Navarra, el hayedo de Urbasa?es otro escenario perfecto para probar la bicicleta de monta?a. Hay que pedalear unos 20 kil¨®metros para coronar los puertos de la sierra de Urbasa, llenos de leyendas y bosques de fag¨¢ceas. Otra de las traves¨ªas en BTT populares en Navarra es la que rodea el valle de Aranguren. Son una treintena de kil¨®metros sin desnivel destacable, con buena parte del firme bien acondicionado por una v¨ªa verde y atravesando varias fuentes y merenderos.
En Valencia, el Cam¨ª Natural de l¡¯Antic Trenet?sigue a lo largo de 20 kil¨®metros el trazado del primer ferrocarril de v¨ªa estrecha que se inaugur¨® en Espa?a, en 1864, que un¨ªa las estaciones de Carcaixent y D¨¦nia.
En Andaluc¨ªa est¨¢ la sierra de Cazorla,?que es un territorio magn¨ªfico (y duro) para recorrer en BTT. Esta ruta larga, que requiere cierto esfuerzo, transcurre durante 60 kil¨®metros por senderos endiablados, pasarelas de madera y cascadas hasta el nacimiento del r¨ªo Guadalquivir.
Escalada en roca
Subir paredes verticales parece una haza?a casi imposible para quien no lo ha intentado nunca, pero todo es cuesti¨®n de empezar guiados por buenos profesionales. Para ello, en la Comunidad de Madrid est¨¢?La Pedriza, en la vertiente sur de la sierra de Guadarrama: un laberinto de placas, agujas y enormes bloques de granito donde muchos se han iniciado en la escalada en roca y el bouldering (en grandes bolos de piedra).
Adem¨¢s de un pueblo precioso, Siurana?(Tarragona) es asimismo una meca de escaladores, tanto principiantes como expertos. El concejo asturiano de Quir¨®s tambi¨¦n es un fabuloso punto de reuni¨®n para los escaladores y alpinistas, perfecto para dar los primeros pasos en la escalada deportiva con itinerarios de corte cl¨¢sico que, dicho sea de paso, dar¨ªan para toda una vida de exploraci¨®n vertical en esos paredones embrujados de la sierra de Caranga.
Para escaladores expertos
Rodellar, en pleno coraz¨®n de la sierra de Guara (Huesca), es otra de las zonas m¨¢s visitadas para los aficionados a la escalada, tanto por la calidad y cantidad de sus v¨ªas como por su amable caliza, sus chorreras mete¨®ricas, sus b¨®vedas improbables y su r¨ªo enca?onado donde rebota el eco de unas paredes siempre bulliciosas. Y una vez iniciados en los secretos de la escalada, se pueden abordar rutas de mayor dificultad como las del madrile?o Pico de la Miel, en La Cabrera (1.384 metros) y su v¨ªa Espol¨®n Manol¨ªn, que asciende a la cima en vertical a trav¨¦s de 200 metros fisuras y repisas, placas y diedros: todo un abanico de oportunidades para la escalada vertical.
Otros dos lugares para avanzar mirando siempre hacia arriba: el pe?¨®n de Ifach, en la alicantina localidad de Calpe, y los Mallos de Riglos y sus soberbios pin¨¢culos de arenisca roja, en la comarca aragonesa del Somontano (Huesca).
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