Por la comarca de G¨²dar-Javalambre, un espacio de belleza fr¨¢gil en la provincia de Teruel
Este territorio aragon¨¦s es rico en vigorosos bosques y toda clase de riquezas de fauna y flora. Un para¨ªso para el excursionismo y las acampadas, sin olvidarse de restaurar el ¨¢nimo con la rica cocina monta?esa
La comarca de G¨²dar-Javalambre, en la provincia de Teruel (en el extremo sur de Arag¨®n), se llama as¨ª por las dos sierras del mismo nombre que, superando los 2.000 metros de altitud, constituyen su techo orogr¨¢fico. Es bien conocida por dos populares estaciones de esqu¨ª, Valdelinares y Javalambre, aunque incluye tambi¨¦n espacios monumentales, como el de Rubielos de Mora, que, adem¨¢s de un skyline sobrio y puro, cuenta con poderosas edificaciones del siglo XVI, como el Ayuntamiento y la excolegiata de Santa Mar¨ªa la Mayor. Pero si por algo se caracteriza esta comarca (que no supera en total los 8.000 habitantes, repartidos en 24 municipios) es por ejemplificar a la perfecci¨®n el tristemente afortunado r¨®tulo de la Espa?a vac¨ªa. El vac¨ªo, obviamente, hace referencia a los seres humanos. Porque este territorio es rico en vigorosos bosques y toda clase de riquezas de fauna y flora. Un tesoro que podr¨ªa estar en peligro, por lo que recomiendo a los viajeros que se apresuren a visitarlo.
?Qu¨¦ se puede hacer en un lugar dominado por pinares (50.000 hect¨¢reas, ah¨ª es nada) de belleza robusta y tupida? Se trata de un para¨ªso para el excursionismo y las acampadas, sin olvidarse de restaurar el ¨¢nimo con la rica cocina monta?esa.
Me adentro en Mosqueruela, un pueblecito de poco m¨¢s de quinientos habitantes (en 1877 eran 3.296, su m¨¢ximo hist¨®rico en la ¨¦poca moderna) que tiene la suerte de contar con una poblaci¨®n infantil destacable. La guarder¨ªa y la escuela funcionan perfectamente, con lo que el futuro demogr¨¢fico, al menos, est¨¢ garantizado. Su t¨¦rmino municipal cuenta con 360 mas¨ªas en funcionamiento: la ganader¨ªa o la madera de sus bosques permiten una pujante actividad econ¨®mica. Esto no viene de ahora, l¨®gicamente, sino que se remonta al siglo XIII, en la ¨¦poca de la conquista de Jaime I. Precisamente el nombre del pueblo parece que deriva del t¨¦rmino mosquera, ¡°descansadero de ganado trashumante, punto de parada para descansar, abrevar y refugiarse del calor¡±. Es legendaria la relaci¨®n de los reba?os del lugar con las tierras valencianas, a¨²n hoy principal aporte tur¨ªstico de la comarca. Los pastores ancestrales, al iniciar la trashumancia hacia la costa, sol¨ªan exclamar: ¡°Vamos al Reino¡±, en alusi¨®n al antiguo Reino de Valencia.
Los llamados ¡°talleres de s¨ªlex¡± de la Edad del Cobre y los vestigios de arte rupestre levantino (patrimonio mundial de la Unesco) dan una idea de lo remoto de su poblamiento, lo que se une a testimonios arquitect¨®nicos medievales como el Portal del Postigo o la Torre de San Roque. Fuera de Mosqueruela, en direcci¨®n norte hacia Fortanete, 14.000 hect¨¢reas del llamado ¡°Pinar ciego¡± ¡ªinextricable al for¨¢neo¡ª ocultan tesoros micol¨®gicos innumerables y tambi¨¦n las cicatrices de diversos tornados que han azotado ocasionalmente estas cumbres, epifen¨®menos de una ira incomprensible de la naturaleza.
Elegir un lugar donde comer en la zona no es dif¨ªcil: el restaurante Existe, situado entre los t¨¦rminos municipales de Mosqueruela y Puertomingalvo, ofrece una cocina elaborada a partir de los manjares locales. Este establecimiento, que debe su nombre al movimiento ciudadano Teruel Existe, est¨¢ instalado desde el junio pasado en el hotel Mas de Cebri¨¢n. Alberto Monta?¨¦s y Mar¨ªa D¨¢vila son sus rectores. Aqu¨ª se puede degustar una excelente carta, que incluye el chorizo de las acreditadas piaras turolenses, la carne de caza, las setas de temporada, la codorniz en escabeche o la trufa de invierno (Tuber Melanosporum) y de verano (Tuber Eestivum), sin desde?ar un buen arroz con conejo y caracoles. Y de postre siempre nos sorprender¨¢n con un pudin de d¨¢tiles y helado de mascarpone que, seg¨²n parece, era el favorito de la reina Isabel II de Inglaterra. No ten¨ªa mal gusto su majestad.
¡°Cuando la nada lo es todo¡± es el eslogan del Mas de Cebri¨¢n, acreditado emplazamiento hotelero. Es un r¨®tulo muy apropiado. Aqu¨ª vienen los viajeros m¨¢s exigentes a contemplar alg¨²n estadio perfeccionable de su alma: el silencio del lugar, la belleza del paisaje y la hospitalidad de sus gentes lo propician. Es el primer alojamiento de Arag¨®n con el certificado Starlight, lo que significa que en sus noches se puede contemplar sin interferencias artificiales la luz de las estrellas.
Este peque?o para¨ªso, sin embargo, est¨¢ en peligro. En todo el t¨¦rmino de Mosqueruela y tambi¨¦n de los pr¨®ximos Puertomingalvo, La Iglesuela del Cid, Cantavieja o Mirambel se han proyectado decenas de aerogeneradores y, solo en Mosqueruela, cien hect¨¢reas (el equivalente a cien campos de f¨²tbol) de placas solares. La desolaci¨®n de una parte de los habitantes es palpable. Para otros, sin embargo, el horizonte de una posible ganancia econ¨®mica puede m¨¢s que cualquier apelaci¨®n a las virtudes del paisaje. Como en una pel¨ªcula real (cin¨¦ma verit¨¦) donde se fusionan Alcarr¨¤s y As bestas, los vecinos y sus representantes pol¨ªticos deben decidir cu¨¢l es el futuro que prefieren para ellos y para sus descendientes.
Al final, Belleza y Progreso son dos dioses tonantes que deben delimitar su poder. Lo ideal ser¨ªa un pacto, pero eso est¨¢ lejos de las posibilidades m¨¢s realistas. El debate, pues, est¨¢ servido.
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