Cognac, la peque?a ciudad francesa que ha conquistado el mundo con el elixir de reyes
Famosa por el destilado que le da nombre, la coqueta urbe despliega su encanto a trav¨¦s del r¨ªo Charente, calles medievales, discretos palacios y la Maison Hennessy
Cognac es una ciudad recoleta, de apenas 20.000 habitantes, a la que cruza el r¨ªo Charente, que tambi¨¦n da nombre al departamento en el que est¨¢ la urbe. Y lo hace de forma pausada, sin grandes alardes, a la medida de la ciudad francesa que riega. Sin embargo, tanto sus calles como el r¨ªo guardan extraordinarias epopeyas en sus muros y en sus aguas.
Al salir del hotel Quai des Pontis, antigua f¨¢brica y un lugar encantador, en pocos metros se llega al Pont Neuf. Aqu¨ª, hay que parar a hacer una foto, no solo por lo coqueto de las flores que lo adornan, sino tambi¨¦n por los encantadores restaurantes y bares que se asientan a orillas del r¨ªo y que forman la perfecta postal. Entre ellos est¨¢n Les Copains d¡¯Abord, famoso por su parrillada; o L¡¯Atelier des Quais, de cocina tradicional y con un entrecot y una tarta Tatin de primera. En ambos establecimientos se escucha a los clientes pedir de aperitivo Schweppes-co?ac, Coca-Cola con co?ac, etc. Como bien explica Guillaume Le Doner, due?o del Bar Luciole, el co?ac no solo sirve para tomarse una copa despu¨¦s de comer. Para ¨¦l, eso es parte del pasado y, para demostrarlo, el famoso coctelero ense?a su carta, en la que el ingrediente principal de los c¨®cteles es el co?ac.
Siguiendo con el paseo, se atraviesan silenciosas calles medievales construidas en piedra caliza. La Rue Saulnier, la del Pal¨¢is, la Magdeleine o la de Henri Germain; muestran el esplendor de los siglos XV y XVI, de cuando la econom¨ªa de la ciudad se sustentaba gracias a la sal y su puerto salinero en el r¨ªo Charente era de vital importancia. Se observan tambi¨¦n palacios discretos: el de Perrin de Boussac, por ejemplo, alberga el Museo de las Artes de Co?ac, donde se comienza a entrar en los detalles de la excelsa bebida, y el de Dupuy d¡¯Angeac es sede del Museo del Arte y la Historia de Co?ac.
Despu¨¦s se puede llegar al que fue el castillo de Francisco I, el rey franc¨¦s m¨¢s nombrado del Renacimiento. Vividor, valiente, mecenas de personajes como Leonardo da Vinci y rival eterno de Carlos V, naci¨® el 12 de septiembre de 1494 en el castillo de Valois, hoy el castillo de Co?ac, donde en cada esquina est¨¢ el emblema del monarca, la salamandra. Quiz¨¢s viera al anfibio terrestre parecido a ¨¦l, pues se tilda a la salamandra de proteger a los suyos, adem¨¢s de tener una enorme capacidad de resistencia y simbolizar la inmortalidad. Tras el castillo, en poco tiempo, se alcanza la puerta de Saint-Jacques, por la que pasaban los peregrinos en su camino hacia Santiago de Compostela en a?os de la Alta Edad Media. De ese tiempo tambi¨¦n queda el priorato de Saint-L¨¦ger, de fachada rom¨¢nica tripartita, al que le sigui¨®, ya en el siglo XIII, el convento de los Recoletos.
Tambi¨¦n es ineludible una visita al mercado cubierto, en el centro de la ciudad, fue edificado en el siglo XIX, inspirado en los mercados de la ¨¦poca del arquitecto Victor Baltard. Con estructura de hierro colado, cobija seductores puestos en los que comprar pan fresco, marisco, fruta estacional o coloridas hortalizas.
La ruta puede seguir por la Rue de l?Isle d?Or, donde se encuentran una serie de casas burguesas, el viejo Ayuntamiento y el entra?able Le Garage Bar, que pas¨® por una magn¨ªfica restauraci¨®n del antiguo Garage Drounau del a?o 1893. Rue Grande es la calle principal, donde observar casas con entramado de madera del siglo XV. Entre ellas, la Casa de la Lugartenencia.
Universo Hennessy
Entrar en la Maison Hennessy es hacerlo en el universo del co?ac a trav¨¦s de un viaje multisensorial a ambas orillas del r¨ªo Charente que se cruza en el barco de Hennessy. Lo primero del programa es el recorrido por la casa madre, admirando las botellas de Hennessy Paradis ¡ªun licor excepcional, elegante y sedoso que data de 1979¡ª; las de Hennessy XO; las Hennesy V.S.O.P o aquellas que son piezas de museo. En Chai des Pavillons se descubre la legendaria historia de la Casa Hennessy a trav¨¦s de un documental que se remonta a sus inicios hace 250 a?os y presenta las generaciones que han regentado la bodega. Le sigue la espectacular experiencia inmersiva Mobilis, de alta tecnolog¨ªa, creada por los artistas franceses Olivier Kuntzel y Florence Deygas. El punto ¨¢lgido de esta visita es entrar en sus bodegas tradicionales, donde se apilan miles de barriles de roble franc¨¦s, cargados a hombros por los carraleros. Los m¨¢s experimentados homenajean a los aprendices colocando flores secas sobre un barril de su primera l¨ªnea de barricas apiladas, a lo que el novato debe corresponder con una tarta de frutas.
Bouteville, historia y bals¨¢mico
Una excursi¨®n cercana que merece la pena es visitar la localidad de Bouteville, a una media hora en coche al sur de Cognac. Es tierra vit¨ªcola por excelencia, como se observa en los extensos vi?edos que rodean el pueblo. A Bouteville le domina un castillo que cuenta con salas visitables donde, a trav¨¦s de la ¨²ltima tecnolog¨ªa, se puede escuchar a los que fueron sus arist¨®cratas propietarios contando la historia del lugar, sus venturas y desventuras. Otro tesoro de la zona es la antigua iglesia del Priorato Saint-Paul, de 1029, que guarda frescos medievales.
Pero si algo caracteriza a Bouteville es el ser cuna del bals¨¢mico franc¨¦s artesanal: Le Baume de Bouteville. Su proceso de envejecimiento dura tres, seis o 10 a?os; y se produce en barricas de roble franc¨¦s que antes han contenido co?ac, por lo que el bals¨¢mico resulta m¨¢s suave y menos ¨¢cido que un vinagre al uso. Los grandes chefs lo descubrieron ya hace tiempo y lo incluyen en sus aderezos y reducciones o, simplemente, como condimento.
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