Dudas y certezas
Mientras el movimiento feminista, en perpetua construcci¨®n, se desgarra una vez m¨¢s, ?d¨®nde est¨¢n los hombres trans?
Resulta imposible acceder a las segundas sin pasar por las primeras. Por eso, porque nunca he llegado a estar segura de nada sin dudar previamente de mi seguridad, las dudas siempre me han parecido m¨¢s valiosas. Hoy empezar¨¦ sin embargo por las certezas.
Yo no soy fil¨®sofa, cient¨ªfica ni te¨®rica de apenas nada. Soy una mujer feminista de 60 a?os que escribe novelas y procura pensar por su cuenta. Seguramente mi opini¨®n carece de valor en un asunto tan complejo como el que inspira este art¨ªculo, pero me aventuro a expresarla en la confianza de que quiz¨¢s pueda hacer compa?¨ªa a otras mujeres.
Mi primera certeza es que las personas trans, en su infancia o en su edad adulta, con independencia de su n¨²mero o el porcentaje de la poblaci¨®n que representen, integran un colectivo al que el Estado debe amparar, cuyos derechos se deben respetar exactamente igual que los del resto de la ciudadan¨ªa, y cuya discriminaci¨®n supone, aparte de una injusticia, una lacra social que hay que combatir por cualquier medio.
Estoy segura de eso, pero tambi¨¦n estoy segura de que el feminismo es la lucha de las mujeres por conquistar la igualdad plena con los hombres. En pos de ese objetivo, que todav¨ªa no se ha alcanzado, mujeres de muchas generaciones han luchado sin descanso, han sido maltratadas, procesadas, encarceladas, asesinadas y, pese a la frustraci¨®n generada por las constantes dificultades que han hallado en un camino al que a¨²n no se le ve el fin, nunca han dejado de combatir por su causa. Teniendo en cuenta que las mujeres somos m¨¢s de la mitad de la humanidad, me parece indiscutible la generosidad con la que el movimiento feminista ha apoyado siempre las reivindicaciones de otros sectores discriminados, especialmente el LGTBI. Esta uni¨®n, que empez¨® a resquebrajarse con el proyecto de legalizar la gestaci¨®n subrogada, se ha debilitado a¨²n m¨¢s con la redacci¨®n de la ley trans. Y aqu¨ª empiezan mis dudas.
Yo no soy transexual. Quiz¨¢s por eso me resulta muy dif¨ªcil entender que para una persona que transita con mucho dolor, imagino que al menos con una gran incertidumbre, desde un cuerpo ajeno hasta el que se corresponde con su concepto de s¨ª misma, la transici¨®n resulte m¨¢s decisiva y valiosa que la victoria final. En otras palabras, no entiendo que para las mujeres transexuales, la identidad trans parezca pesar m¨¢s que la femenina, que hayan luchado tanto para ser mujeres y no acaben de identificarse con el resto de las mujeres, feministas o no. Dejando a un lado aspectos tan espec¨ªficos como la testosterona de las deportistas, las cuotas trans que pretenden detraerse de los mecanismos de integraci¨®n que persiguen la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres me parecen muy injustas. Si no hemos conseguido la igualdad real, ?por qu¨¦ tenemos que ceder una parcela del menguado poder que nadie nos ha regalado a mujeres que son iguales a nosotras, aunque no hayan nacido as¨ª? ?Por qu¨¦ ellas no se incorporan con naturalidad a la lucha? ?Por qu¨¦ el feminismo tiene que amparar forzosamente toda clase de matices identitarios que lo desv¨ªan de su verdadera naturaleza, que es la lucha de las mujeres por la igualdad? ?Por qu¨¦ no se asume que la sociedad en su conjunto debe responder a un problema que afecta a toda la sociedad?
En este art¨ªculo no caben muchas m¨¢s palabras, pero a¨²n queda espacio para mi duda principal. Mientras el movimiento feminista, en perpetua construcci¨®n, se desgarra una vez m¨¢s, ?d¨®nde est¨¢n los hombres trans? No conozco el porcentaje que suponen entre la poblaci¨®n transexual, pero los echo de menos en un debate que deber¨ªa afectarles tanto como a sus compa?eras de tr¨¢nsito. El hecho de que permanezcan en un segundo plano, sin intervenir en la discusi¨®n p¨²blica, sin interpelar al feminismo o cuestionar su deriva, deber¨ªa tal vez inducirnos a pensar que no es lo mismo incorporarse al sexo dominante que sumarse al sexo dominado, porque ni siquiera las dificultades son iguales en ambas direcciones. La lucha trans, que inevitablemente incluye a los hombres trans, puede seguir o no su propio camino, pero no tiene por qu¨¦ aspirar a invadir el espacio de la lucha de las mujeres por la igualdad. Esta es, por hoy, mi ¨²ltima certeza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.