Querido Sebasti¨¢n
Soy tu nieta May y me he pasado los ¨²ltimos cinco a?os busc¨¢ndote. Ha sido un proceso largo, y muchas veces doloroso, que ha quedado plasmado en una novela que lleva por t¨ªtulo El ¨²ltimo cuento y por subt¨ªtulo De abuelos y cunetas, para que no haya dudas sobre su contenido. Aun a riesgo de desvelar algunos detalles, voy a contarte aqu¨ª, brevemente, qu¨¦ me llev¨® a hacerlo.
Cuando t¨² moriste, el 15 de abril de 1939, dejaste viuda y tres hijas. Yo soy hija de la peque?a, Fabiola, que se vino a vivir a Barcelona y se trajo a su madre, mi adorada abuela Manuela, a vivir con ella.
Yo me crie, pues, con Manuela, con la que incluso compart¨ª habitaci¨®n durante mi infancia. De peque?a, como todas las buenas abuelas del mundo, me contaba cuentos, pero tambi¨¦n me contaba que hab¨ªas muerto 15 d¨ªas despu¨¦s de acabada la Guerra Civil y que, aunque la versi¨®n oficial manten¨ªa que te hab¨ªas suicidado, la verdad era que te hab¨ªan matado. ¡°Lo mataron por la espalda cuando ya hab¨ªa acabado la guerra¡±, repet¨ªa de vez en cuando como un mantra y como mucho a?ad¨ªa la palabra ¡°cobardes¡±.
Mi libro es un diario novelado de la investigaci¨®n que llev¨¦ a cabo para descubrir qu¨¦ hab¨ªa de cierto en sus palabras. A lo largo de estos a?os he hablado con tus hijas, con tus sobrinos, con los hijos de tus amigos y con los vecinos de tu pueblo, Andorra de Teruel. Todo el libro es una larga conversaci¨®n con Manuela, que, aunque muri¨® en 1998, como interlocutora ha resultado ser maravillosa. La novela arranca cuando le comunico mi decisi¨®n de averiguar qu¨¦ es lo que realmente pas¨®, pues a medida que fui creciendo me fueron contando versiones muy diferentes sobre lo que hab¨ªa sucedido aquella fat¨ªdica noche de abril. Le explico adem¨¢s mi intenci¨®n de hallar tu cuerpo, que, pasase lo que pasase, nunca fue entregado a la familia, y de proceder a tu exhumaci¨®n.
Cuando empec¨¦ apenas sab¨ªa el nombre de tus padres y ni por asomo conoc¨ªa el de la caterva de hermanos que ten¨ªas. No sab¨ªa c¨®mo eras, ni conoc¨ªa tus gustos ni tus aficiones. Ahora s¨¦ que eras un buen hombre, alegre y vividor, que defendi¨® sus ideas de izquierdas y la legitimidad de la II Rep¨²blica hasta el punto de morir por ella. Ahora s¨¦ que, si no hubieras muerto, te habr¨ªa querido tanto como a Manuela. Ahora s¨¦ que todos los a?os que te he dedicado han valido la pena. Ahora s¨¦ que no hay que olvidar el pasado, que la memoria importa, que el mal existe, pero que tambi¨¦n existe el bien. Ahora s¨¦, pese a mi ate¨ªsmo recalcitrante, que existen los ¨¢ngeles, pero que no llevan alas, sino palas con las que, de sol a sol, abren zanjas para sacar de ellas a todos los abuelos y abuelas del pa¨ªs. Sin aspavientos, s¨®lo por amor a la verdad y a la justicia.
May Borraz es autora del libro El ¨²ltimo cuento (Marc Ripol Sainz).
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