Verse demasiado la cara por Zoom produce dismorfia
No estamos m¨¢s feos ni nos ha crecido la papada. Es que la c¨¢mara de las videoconferencias nos deforma como un espejo de feria. Lo que nos hace sonar las alertas est¨¦ticas es un s¨ªndrome, una dolencia, y tiene nombre.
¡°Puta c¨¢mara¡±. Un post-it en la pantalla del ordenador recuerda a Mar¨ªa G. (42 a?os) su pen¨²ltimo drama. En sus cuatro horas diarias de Zoom ha descubierto una cara ¡ªla suya¡ª que no le gusta nada, totalmente diferente a la que sol¨ªa ver en el espejo antes de la pandemia. La nariz grande y ancha, los ojos peque?os y una papada ¡°de nueva adquisici¨®n¡±. Una r¨¢pida consulta entre sus allegados la ha convencido de que la c¨¢mara le devuelve su peor versi¨®n. Y ella tiene que seguir ah¨ª, cuatro hora...
Reg¨ªstrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PA?S, puedes utilizarla para identificarte
¡°Puta c¨¢mara¡±. Un post-it en la pantalla del ordenador recuerda a Mar¨ªa G. (42 a?os) su pen¨²ltimo drama. En sus cuatro horas diarias de Zoom ha descubierto una cara ¡ªla suya¡ª que no le gusta nada, totalmente diferente a la que sol¨ªa ver en el espejo antes de la pandemia. La nariz grande y ancha, los ojos peque?os y una papada ¡°de nueva adquisici¨®n¡±. Una r¨¢pida consulta entre sus allegados la ha convencido de que la c¨¢mara le devuelve su peor versi¨®n. Y ella tiene que seguir ah¨ª, cuatro horas por d¨ªa, dando la cara a su gran enemiga.
A finales del verano de 2020, Shadi Kourosh, dermat¨®loga de la Facultad de Medicina de Harvard, reabri¨® su consulta y se sorprendi¨® de que, cuando las prioridades de salud deb¨ªan ser otras, sus clientes estuvieran tan insatisfechos con su aspecto, tanto como para estar dispuestos a entrar a un quir¨®fano en plena pandemia. Dedicados al escrutinio continuo de su rostro, hab¨ªan descubierto p¨®mulos ca¨ªdos, cuellos descolgados, papadas inesperadas, narices desproporcionadas. Caras cansadas y con mal color. Las quejas se concentraban en los mismos ¨¢ngulos y cent¨ªmetros, y se ped¨ªan tratamientos muy espec¨ªficos: rellenar, iluminar, borrar. Consult¨® entre sus colegas y la experiencia era similar. M¨¢s del 50% inform¨® de un aumento de las consultas cosm¨¦ticas en medio de la crisis sanitaria. Preguntaron a sus pacientes qu¨¦ les hab¨ªa motivado a consultar y el 86% contest¨® que las videoconferencias. ?Kourosh y su equipo, despu¨¦s de entrevistar a 7.000 personas, describieron un nuevo s¨ªndrome: la dismorfia de Zoom. Su teor¨ªa es que ocho meses de uso indiscriminado de c¨¢maras frontales han distorsionado la imagen que tenemos de nosotros mismos, un efecto secundario que, en su opini¨®n, durar¨¢ m¨¢s que la pandemia.
De la noche a la ma?ana nos expusimos a una lente sin tener conocimientos t¨¦cnicos y comenzamos a vernos demasiado cerca, mal iluminados y desde ¨¢ngulos poco favorecedores. Un a?o despu¨¦s parece l¨®gico creer que somos eso que nos ha devuelto la c¨¢mara todo este tiempo. ¡°La mayor¨ªa de las personas no son conscientes de que las c¨¢maras frontales pueden deformar los rasgos como lo har¨ªa un espejo distorsionador de feria¡±, escribieron Kourosh y su equipo en un art¨ªculo publicado en la revista International Journal of Women¡¯s Dermatology.
Gema P¨¦rez Sevilla es cirujana maxilofacial y ha tenido una experiencia similar con sus pacientes en Espa?a. ¡°Es tanta la demanda de tratamientos asociados a la nueva percepci¨®n del rostro que, s¨ª, se puede admitir que ha habido un cambio sustancial en las consultas tras el uso masivo de las videollamadas¡±, confirma v¨ªa e-mail. ¡°Somos conscientes de defectos que antes no ve¨ªamos y adem¨¢s m¨¢s exigentes, porque la imagen que nos devuelve la c¨¢mara no nos gusta tanto como la del espejo¡±. P¨¦rez Sevilla, que tambi¨¦n es experta en medicina est¨¦tico-facial, advierte de que las c¨¢maras y sus ¨®pticas pueden deformar la imagen y se?ala las videollamadas por tel¨¦fono como las grandes distorsionadoras. ¡°Bajamos el ment¨®n para mirarnos en la c¨¢mara del m¨®vil y entonces aparece la papada y las bandas del cuello que no vemos en el espejo, al que nos enfrentamos con el ment¨®n m¨¢s adelantado¡±.
Las videoconferencias mal iluminadas ¡ªque son la mayor¨ªa¡ª intensifican las sombras, y aparecen los p¨¢rpados ca¨ªdos, las bolsas, se hunde la zona malar, se acent¨²a el surco nasogeniano (que une la nariz con la comisura labial) y el pliegue de la amargura (el que cae desde cada comisura a la barbilla). P¨¦rez Sevilla tambi¨¦n advierte de que las c¨¢maras frontales potencian los efectos de volumen: narices anchas y, otra vez, la papada, que, asegura, es la ¡°gran protagonista¡± de la pospandemia.
El equipo de dermat¨®logos de Harvard compara este s¨ªndrome con otro acu?ado en 2015, la dismorfia de Snapchat. Por entonces, los pacientes empezaron a llegar a las consultas con su foto pasada por un filtro que provocaba tres efectos: piel tersa, ojos grandes y redondos y p¨®mulos muy altos. Y eso ped¨ªan al cirujano, pero sab¨ªan que su imagen estaba alterada por un filtro. La dismorfia de Zoom es, seg¨²n estos expertos, m¨¢s perturbadora por la falta de consciencia en la mayor¨ªa de las personas de que hay un elemento distorsionador en la ecuaci¨®n que afecta la autoimagen.
Consecuencia de las horas pasadas en Zoom o en cualquier otra aplicaci¨®n de videoconferencias son el aumento de los tratamientos para corregir la papada y las bandas del cuello, el surco nasogeniano, el pliegue de la amargura, las ojeras y las bolsas. La doctora P¨¦rez Sevilla tambi¨¦n observa inquietud por ¡°el tono apagado y poco uniforme de la piel, los poros dilatados y la falta de luminosidad¡±, y destaca la presi¨®n social del mercado de trabajo para aparentar frescura y juventud. ¡°Los pacientes desean verse saludables y descansados en Zoom, les preocupa transmitir una imagen envejecida y cansada porque son signos que se asocian a una menor creatividad y productividad¡±.
¡°A m¨¢s tiempo y menor distancia frente al espejo tecnol¨®gico, m¨¢s ansiedad y peor autopercepci¨®n¡±, se?ala la investigaci¨®n de Harvard. Seg¨²n sus indagaciones, la insatisfacci¨®n con la autoimagen provoca ansiedad y estr¨¦s ante la vuelta del trabajo presencial en un 71% de las personas estudiadas. Tres de cada 10 planificaban ¡°invertir en su apariencia como una estrategia de defensa para volver a la vida social¡±. Los autores recuerdan que nunca un encuentro cara a cara ser¨¢ tan distorsionador como una lente frontal colocada demasiado cerca.
La ¨²nica v¨ªa que ven los expertos para superar esta distorsi¨®n es la consciencia. Entender lo que nos ha pasado. A la doctora Shadi Kourosh le colapsaron el e-mail cuando acu?¨® su nuevo s¨ªndrome. ¡°Todo el mundo ten¨ªa una historia que contar. Hab¨ªa mucha gente callada, que ya no soportaba su pinta en una conferencia de Zoom, y pensaba que estaba sola en esto¡±.
Odie todos sus dispositivos con c¨¢maras frontales. Pegue su post-it. Se lo han ganado a pulso.