?Est¨¢n las tecnolog¨ªas degradando al ser humano?
Un grupo de expertos lucha por una mejor relaci¨®n entre las personas, las redes y las plataformas digitales
Para la mayor¨ªa, la respuesta a la pregunta de si las tecnolog¨ªas est¨¢n degradando al ser humano es afirmativa. Pero con un matiz: las redes sociales y las plataformas digitales no son nocivas per se. Lo perjudicial son a menudo las intenciones de quienes las dise?an. ¡°Estamos entrando en una especie de era digital oscura¡±, explica por tel¨¦fono Aza Raskin, cofundador del Center for Humane Technology, una alianza de exempleados de las grandes tecnol¨®gicas que trabaja para reinventar la infraestructura digital y hacerla m¨¢s humana. Desde su punto de vista, seg¨²n hemos ido mejorando la tecnolog¨ªa nos hemos olvidado de nuestra condici¨®n de seres humanos y nos estamos denigrando. Pero no todo es desesperanzador para este f¨ªsico y matem¨¢tico, que subraya: ¡°Estamos a tiempo de hacer que las tecnolog¨ªas digitales se pongan a disposici¨®n de las personas y dejen de degradar a la humanidad¡±. ?C¨®mo? A trav¨¦s del desarrollo de productos y servicios basados en un dise?o de protecci¨®n de los usuarios. O lo que es lo mismo: Human Protective Design, el nuevo enfoque tecnol¨®gico.
Junto a Tristan Harris y otros ingenieros de Silicon Valley, arrepentidos y ahora preocupados con las consecuencias de esta vor¨¢gine de la econom¨ªa de la atenci¨®n y la extracci¨®n de datos, plantea que es necesario dise?ar herramientas y aplicaciones que velen por el bienestar de las personas. Desde sustituir la luz azul de las pantallas (tan perjudicial para los ritmos circadianos) hasta implementar l¨ªmites de tiempo en el uso de las aplicaciones o enviar mensajes de alerta para evitar que nos distraigamos con tanta frecuencia. ¡°Creo que esto no es m¨¢s que otra forma de obtener un mayor valor del usuario, sin preocuparse lo m¨¢s m¨ªnimo por sus derechos fundamentales¡±, opina Paloma Llaneza, abogada, auditora de sistemas, consultora de seguridad y autora, adem¨¢s de uno de los muchos detractores de este enfoque. Raskin y sus colegas saben que no lo tienen f¨¢cil, pero est¨¢n convencidos de que es posible establecer una relaci¨®n m¨¢s sana con la tecnolog¨ªa. Y los gigantes tecnol¨®gicos, ?estar¨ªan por la labor de hacer virar un negocio tan rentable? ¡°Tiene que haber alg¨²n tipo de incentivo, porque el ser humano se mueve por incentivos, y no hay ninguno para que las empresas tecnol¨®gicas cambien su modelo de negocio¡±, apunta Llaneza.
Aqu¨ª todos coinciden: la autorregulaci¨®n no funciona, as¨ª que hay que desarrollar leyes que obliguen a su cumplimiento y castiguen cuando se viole o no se cumpla la normativa. Raskin propone implantar medidas como acotar la intrusi¨®n de las tecnol¨®gicas extractivas de datos, impidiendo que puedan monetizar el contenido de usuarios menores de 13 a?os, o establecer un l¨ªmite a sus ganancias a partir del cual los beneficios se destinen a financiar soluciones para la industria y no a llenar sus arcas. ¡°TikTok, Facebook, Twitter, Google saben m¨¢s sobre nosotros que nuestros doctores, abogados y terapeutas juntos¡±, denuncia, ¡°y tienen tantos datos que pueden predecir nuestros pensamientos y acciones adelant¨¢ndose a nosotros mismos¡±. Esa desmesurada ventaja de la que gozan significa, seg¨²n ¨¦l, que deber¨ªan actuar bajo una relaci¨®n fiduciaria basada en la confianza, como cualquier letrado o m¨¦dico, y que, si no velan por el mejor inter¨¦s de sus clientes, deber¨ªan ser ¡°sancionados o suspendidos por delito¡±. Algo que deber¨ªamos ejecutar cuanto antes, urge, para hacer buen uso de las plataformas digitales y redes ?sociales, las cuales, cree firmemente, ¡°pueden contribuir a mejorar la sociedad¡±.
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