Madrid, capital de la risa
El coronavirus congel¨® la escena de los mon¨®logos humor¨ªsticos en vivo en Espa?a. Pero Madrid, que concentra el mayor circuito del pa¨ªs, ha sabido sobreponerse y sigue atrayendo a p¨²blico y c¨®micos de todo el territorio.
La cita era los mi¨¦rcoles por la noche. David Broncano bajaba las empinadas escaleras de un s¨®tano de Malasa?a y se mezclaba entre la gente. El c¨®mico estaba preparando un nuevo proyecto televisivo y acud¨ªa al open mic (micro abierto) del bar Picnic buscando talento para el equipo de guion de La resistencia, que ver¨ªa la luz a principios de 2018. Cada semana durante un decenio se han cruzado para probar textos en el reducido escenario del local madrile?o las mayores figuras de la escena nacional con los debutantes que suben a las tablas por primera vez. Y cada semana un p¨²blico fiel y entusiasta ha abarrotado el s¨®tano porque sabe que solo en un micro abierto puede ver nacer la chispa de la comedia ante sus ojos. Tienen el privilegio de escuchar por primera vez los chistes que luego se repetir¨¢n hasta la saciedad en otras salas, que llegar¨¢n quiz¨¢s a la televisi¨®n. Es su risa la que elige qu¨¦ bromas se descartan y cu¨¢les pasan el corte.
La pandemia hizo peligrar esa chispa. El coronavirus congel¨® la escena de la comedia en vivo en Espa?a y el mazazo fue especialmente duro para Madrid, que concentra una oferta y un circuito de salas frecuentadas por p¨²blico y c¨®micos de todo el pa¨ªs. La ciudad viv¨ªa el mayor momento de efervescencia c¨®mica en 21 a?os. Se puede hablar de un periodo de tiempo tan concreto, 21 a?os, porque del stand up (mon¨®logo c¨®mico) en Espa?a se conocen los padres y la fecha de nacimiento. El g¨¦nero surgi¨® a mediados del siglo XX en los clubes de Estados Unidos como un espect¨¢culo contracultural que posteriormente ser¨ªa absorbido por la televisi¨®n. Hoy en d¨ªa las grandes estrellas de la comedia anglosajona cobran sumas millonarias por sus especiales publicados en plataformas como Netflix o HBO. Pero en Espa?a, el fen¨®meno ha seguido justo el camino contrario.
En 1999 el Club de la comedia aterriz¨® en Canal+ y la fiebre por los mon¨®logos se extendi¨® por todo el pa¨ªs. En las primeras temporadas del programa, un equipo de guionistas escrib¨ªa los textos que interpretaban actores como Amparo Bar¨® o Jorge Sanz. Ese mismo a?o tambi¨¦n naci¨® el canal Paramount Comedy, que comenz¨® a grabar a c¨®micos que creaban su propio material. Pero fue el estilo amable y desenfadado del Club de la comedia el que se impuso. Creci¨® la demanda de c¨®micos y se form¨® un circuito de bares y locales que programaban actuaciones por toda la geograf¨ªa. Con una menci¨®n especial para la costa levantina, donde el dinero quemaba en las manos de algunos de los constructores de la burbuja inmobiliaria que contrataban con los ojos cerrados a estos comediantes.
En unos a?os en los que todav¨ªa no exist¨ªa YouTube ni las redes sociales, la comedia alternativa era muy limitada. Y fueron precisamente esos autores disidentes, los que no encajaban en los estrechos m¨¢rgenes del estilo comercial, quienes comenzaron a generar la escena independiente. ¡°Lo que triunfaba era el rollo Club de la comedia. Los chistes eran limitados en cuanto a tem¨¢tica o estilo. No hab¨ªa mucha escena underground¡±. As¨ª recuerda Adri¨¢n L¨®pez, uno de los due?os del Picnic, el panorama en 2012 cuando el c¨®mico Ignatius Farray se acerc¨® hasta el local madrile?o y propuso celebrar all¨ª un open mic. Comenz¨® a surgir una red alternativa de salas cada vez m¨¢s potente que programaban mon¨®logos y clubes en los que probar los textos. Las redes sociales permitieron que la gente accediese a otros tipos de comedia y la f¨®rmula del stand up comercial empez¨® a resultar a?eja. Los disidentes hab¨ªan logrado darle la vuelta a la historia. Ahora era el mainstream el que llamaba a la puerta de los micros abiertos y las peque?as salas del circuito para reclutar ese talento fraguado en los s¨®tanos de la capital.
La covid detuvo en seco esta agitaci¨®n. Pero la sencillez que caracteriza al stand up (un c¨®mico y un micr¨®fono) permiti¨® que los mon¨®logos retomasen la actividad antes que otros espect¨¢culos. La Cueva Comedy Club, en el Teatro de las Aguas, fue uno de los primeros en re?abrir Open a primeros de julio de 2020. La buena acogida anim¨® a los fundadores de este proyecto, los c¨®micos Eva Soriano, Fran Pati y Diego Da?o, a crear su propio club de comedia. Alquilaron un local en la calle de las Huertas y en febrero de 2021, en plena tercera ola del coronavirus, nac¨ªa el Golfo Comedy Club. Empezaron con 10 sesiones, adapt¨¢ndose al toque de queda y la restricci¨®n de aforos. Ahora celebran 18 y en el 70% cuelgan el cartel de lleno. ¡°La gente ha respondido muy bien¡±, asegura Da?o, y a?ade que hasta el local llega p¨²blico de todo el pa¨ªs incluso entre semana gracias a la transmisi¨®n de boca en boca.
Tambi¨¦n los artistas del resto del territorio quieren dejarse ver por las salas madrile?as. ¡°Traemos c¨®micos de Barcelona, Valencia, el Pa¨ªs Vasco¡ Ellos buscan actuar en el Golfo porque ha adquirido prestigio¡±, explica Da?o con orgullo. La escena madrile?a ofrece un centenar de citas semanales con el stand up (en la capital catalana esa cifra ronda la treintena), seg¨²n se puede consultar en una de las plataformas de venta de entradas m¨¢s populares. Adem¨¢s, los micros abiertos han vuelto a funcionar a pleno rendimiento, pr¨¢cticamente hay uno cada d¨ªa: La Bromerie (Sala Abonavida), Petit Riot Comedy (Sala Moby Dick Club), Comedy Buddies (Caf¨¦ Libertad 8), Open Open Mic (Golfo Comedy Club), Open Beer (Beer Station)¡ Tambi¨¦n el Picnic retom¨® su micro abierto a mediados del pasado mes de octubre. Con menos aforo y reserva previa, pero con el mismo esp¨ªritu. El s¨®tano se llena y Adri¨¢n L¨®pez confiesa que tiene lista de espera para participar. ¡°Cada semana hay m¨¢s inter¨¦s, cada semana viene m¨¢s gente¡±. La cita contin¨²a siendo, como siempre, los mi¨¦rcoles por la noche.
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