Mudas limpias in¨²tiles
He aqu¨ª la foto de portada de un d¨ªa cualquiera de marzo de 2022, es decir, de una jornada del siglo XXI, tan digital en unos aspectos y tan anal¨®gico en otros. He aqu¨ª un crimen profundamente anal¨®gico, valdr¨ªa decir, llevado a cabo con la metralla maciza de las guerras antiguas. Amaneci¨® lunes, llov¨ªa. La imagen se public¨® en varios medios debido a su eficacia informativa, como una buena oraci¨®n de sujeto, verbo y predicado. El cad¨¢ver, parcialmente visible, pertenece a alguien que hu¨ªa con su maleta del bombardeo de la ciudad ucrania de Irpin. Las maletas han alcanzado un protagonismo notable en esta crisis, hasta el punto de constituirse en una extensi¨®n de la geograf¨ªa corporal. Podr¨ªamos decir que mucha gente introduce en ella sus v¨ªsceras morales. Pongamos que llamamos v¨ªscera moral a la muda.
¡ªLleva una muda, hijo ¡ªsuelen aconsejar las madres cuando uno se va o huye de casa.
Se entiende por muda la ropa m¨¢s cercana al alma, la que se empapa de nuestro sudor y que nos da verg¨¹enza mostrar en los aeropuertos a los funcionarios de aduanas. Es seguro que la persona que yace bajo la manta llevaba una muda silenciosa y limpia, quiz¨¢ de color blanco, a la antigua usanza. Con una muda limpia y con el pasaporte puedes llegar a cualquier sitio, incluso al m¨¢s all¨¢. Ignoro si en las guerras hay tiempo para practicar la autopsia a la poblaci¨®n civil masacrada. De ser as¨ª, yo realizar¨ªa antes la de la maleta que la del cuerpo. Quiz¨¢ despu¨¦s de la de la maleta no fuera necesaria la del cuerpo. ?Cu¨¢ntas mudas limpias se estar¨¢n quedando por ah¨ª, sin llegar a utilizarse, en esta guerra?
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