Coreograf¨ªa de cad¨¢veres
Hay una literatura del ahorcado y una cinematograf¨ªa del ahorcado y una m¨²sica del ahorcado, incluso una m¨ªstica del ahorcado, si me apuran. Estos tipos de Ir¨¢n, no conformes con cargarse la literatura, el cine, la m¨²sica y la m¨ªstica del ahorcado, convierten uno de los grandes inventos de la humanidad ¡ªla gr¨²a¡ª en un mero brazo ejecutor. La pena de muerte es un sindi¨®s donde quiera que se practique, aunque parad¨®jicamente se ejercita m¨¢s en los lugares donde m¨¢s presente est¨¢ Dios. Aqu¨ª mismo, durante el franquismo, cuando un cardenal mandaba tanto como un ministro, se mataba mucho con un procedimiento que helaba la sangre: el del garrote vil, llamado de este modo ¡ªqueremos suponer¡ª por la bajeza del m¨¦todo, que se remontaba a los tiempos de la Edad Media y de la Inquisici¨®n. Les ahorramos el inventario de hierros y tornillos que compon¨ªan el equipo para no amargarles la ma?ana del domingo.
Y es que hasta las tecnolog¨ªas de la pena capital son un indicativo de los niveles de cultura de un pa¨ªs. Esto de matar con la misma herramienta con la que se construyen las casas para que el cad¨¢ver se balancee durante d¨ªas a la vista del p¨²blico es de una brutalidad sin parang¨®n, signifique lo que signifique parang¨®n. Se da la desgraciada circunstancia de que cerca de mi barrio hay en marcha una obra en la que abundan las gr¨²as, de modo que eso es lo primero que veo cuando salgo a por el peri¨®dico, las gr¨²as. Y lo segundo que veo, desde que se public¨® esta foto en la primera p¨¢gina del peri¨®dico, es una coreograf¨ªa de cad¨¢veres que se secan al sol colgando de sus plumas.
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