Rosan Bosch y el arte de transformar el espacio para activar la mente
La dise?adora holandesa Rosan Bosch mezcla arte, dise?o y arquitectura para transformar los distintos espacios en lugares capaces de activar la mente de quienes los utilizan. Visitamos su estudio en Madrid, desde el que trabaja para clientes en Argentina, Turqu¨ªa o Pakist¨¢n.
El dise?o puede cambiar la vida de las personas. Ofrece soluciones. Mis dise?os no son soluciones, son transformaciones: proponen, empujan y ayudan al cambio¡±. Hija de una fot¨®grafa y un estudioso de la educaci¨®n, y casada con un periodista dan¨¦s, Rosan Bosch (Utrecht, 53 a?os) quer¨ªa ser escultora. Por eso estudi¨® Bellas Artes en¡ ?Barcelona! Lo cuenta tras presentar su m¨¦todo de trabajo en el Madrid Design Festival.
Bosch conoce bien Madrid. De la misma manera que estudi¨® Bellas Artes en Barcelona, o se traslad¨® a vivir a Copenhague tras concluir Dise?o en Utrech. Tras la pandemia, abri¨® oficina en Madrid ¡°para mantener a los espa?oles que hab¨ªa formado en Copenhague que quer¨ªan volver a su casa¡±. El suyo es un estudio global pero que trabaja a la carta.
La entrevista es en castellano. Lo habla desde que, con 19 a?os, estudi¨® Escultura en Barcelona. Lleg¨® all¨ª por su abuela, que, ¡°como no hab¨ªa podido estudiar, compens¨® su curiosidad viajando y al regresar proyectaba diapositivas en el sal¨®n de su casa¡±. Rosan ten¨ªa 10 a?os cuando vio las columnas torcidas del parque G¨¹ell y la cubierta de piel de drag¨®n de la Casa Batll¨®. ?C¨®mo puede algo as¨ª existir en una ciudad? ?C¨®mo pasa una estudiante de Bellas Artes de la escultura al espacio? ¡°Hac¨ªa instalaciones para indagar sobre asuntos existenciales: ?qu¨¦ quiere decir ser madre?, ?qu¨¦ hace a una persona? Y lleg¨® un punto en que, teniendo galer¨ªa y habiendo hecho exposiciones, me atormentaba una duda: ?para qu¨¦ hacer arte?¡±.
Necesitaba que lo que hac¨ªa tuviera consecuencias. Fue entonces cuando apareci¨® el dise?o. ¡°No quer¨ªa ser una artista encerrada en mi cabeza o en mi taller; quer¨ªa hablar con el mundo¡±. Convertida en artista-dise?adora, su primer encargo la llev¨® a Copenhague. Corr¨ªa el a?o 1999.
¡°La cultura danesa tiene una tradici¨®n de mezclar el arte con otras disciplinas y con la vida cotidiana¡±. Por eso, su primer interiorismo, para su Ministerio de Econom¨ªa, sali¨® del encargo de una escultura. ¡°Quer¨ªan que hiciera una para la entrada¡±. Ella propuso cambiar la forma de trabajar. Ofreci¨® la posibilidad de que los oficinistas estuvieran juntos pero separados en un mismo espacio. ¡°Me parec¨ªa m¨¢s creativo cambiar la forma de trabajar que poner una escultura y trabajar como hace d¨¦cadas¡±.
Aceptaron el cambio. ¡°En Dinamarca los encargos se consiguen con buenas ideas, no como en Espa?a, por ser amigo o familia de alguien¡±, opina. Siendo tan cr¨ªtica con Espa?a, ?por qu¨¦ abri¨® despacho aqu¨ª? ¡°Por la calidad de los dise?adores y los arquitectos. Y por su humanidad: mezclan profesionalidad y pasi¨®n¡±. Con todo, insiste en que ¡°es muy dif¨ªcil abrir un despacho en Espa?a porque no hay una administraci¨®n flexible que te facilite abrir un negocio. En Copenhague es cuesti¨®n de horas. Finalmente abierto, hoy su despacho madrile?o funciona con ocho arquitectos. Mientras que en el de Copenhague trabajan 35 personas. ¡°Con esas dos oficinas servimos al mundo: de Pek¨ªn a Uruguay, pasando por Turqu¨ªa, han construido colegios como el St. Andrew¡¯s Scots School de Buenos Aires (Argentina), la escuela Arkuos en Langreo (Asturias) o el Agora International School de Madrid.
?C¨®mo pas¨® de firmar oficinas a idear escuelas? El proyecto para el ministerio dan¨¦s triunf¨® en la prensa. Y ¡°como por entonces ten¨ªa un hijo peque?o pens¨¦: esto lo tengo que llevar a los colegios¡±. Ocurri¨® as¨ª: ¡°La profesora me dijo que mi hijo Loui no sab¨ªa estarse quieto. Que ten¨ªa 28 alumnos y no pod¨ªa dedicarle tanta atenci¨®n. Se me ocurri¨® ofrecerle ayuda aprovechando un trozo del pasillo para que los ni?os pudieran salir a desahogarse¡±. La profesora acept¨® la ayuda. Y Rosan dise?¨®. Funcion¨®. Los ni?os, en el aula, se concentraban mejor. Bosch hab¨ªa encontrado el nicho que har¨ªa crecer su despacho. Defiende que un lugar m¨¢s l¨²dico hace percibir el mundo de una manera m¨¢s intensa pero m¨¢s libre. Eso desarrolla el cerebro con mayor libertad y menor miedo a fallar.
Esa es la clave, el miedo. O su falta. ¡°Nos ense?an que hay una respuesta buena y otra mala. Eso elimina las ganas de intentar opciones diferentes¡±. Considera que atreverse a pensar de otra manera es una destreza para sobrevivir en el siglo XXI. ¡°Es m¨¢s necesario que nunca porque todo est¨¢ cambiando¡±.
?Existe una relaci¨®n entre el miedo y el juego? ¡°Cuando tienes miedo no juegas, tu pensamiento se centra en sobrevivir. Los sistemas que angustian no consiguen rendimiento laboral ni educativo¡±. No tener miedo a fallar es esencial para avanzar. ¡°Un adulto que tiene miedo no disfruta, no inventa y termina por no vivir. El cambio es vida¡±.
Explica que la NASA hizo una investigaci¨®n sobre la creatividad. De los 5 a los 15 a?os, los ni?os pierden el 80% de su potencial. Ella sue?a con detener esa p¨¦rdida. Defiende que lo f¨ªsico mejora lo mental. ¡°Distinguir entre las dos partes que nos componen es antinatural¡± y advierte de que el uso de los medios digitales tiene un efecto negativo en el desarrollo neurol¨®gico de los ni?os. ¡°Si tus sentidos se activan en pocas direcciones, tu desarrollo como ser humano es menos intenso¡±.
?C¨®mo puede el dise?o espacial motivar en lugar de distraer? ¡°La palabra distraer es negativa¡±, corrige. ¡°La palabra inspirar, positiva. La distracci¨®n puede inspirar. Aunque no sucede siempre. Si tu vida est¨¢ reglada por normas y no dejas espacio a lo inesperado, no aparece la inspiraci¨®n. Ni la posibilidad de tener ideas nuevas¡±.
Muchos ni?os tienen miedos, baja autoestima, no funcionan en competencia con otros; por eso, para esta dise?adora, ofreciendo diversos lugares y usos, las clases les permitir¨ªan ser m¨¢s libres. ¡°Todos tenemos un potencial. Los espacios con zonas diferentes impulsan la posibilidad de que cada ni?o sea distinto y no est¨¦ cortado por el mismo patr¨®n, que suele ser el patr¨®n del miedo y el castigo¡±. ¡°Hemos aprendido a apagar nuestros sentidos y hay una arquitectura que los potencia¡±. Defiende que ¡°hemos hecho del mundo una abstracci¨®n¡±. Por eso, cuando habla de sostenibilidad lo hace de ¡°sentir la lluvia. Entender c¨®mo una tormenta modifica el aire que respiramos y la vegetaci¨®n de la que nos rodeamos¡±. ¡°Aumentar tus impresiones sensoriales es aumentar experiencias y experimentar es acumular conocimiento. Uno conecta las experiencias sensoriales con lo que aprende, escucha o piensa¡±.
?Cu¨¢n sostenible es cambiar las aulas si el mobiliario escolar est¨¢ hecho para durar a?os? ¡°La sostenibilidad es responsabilidad y es una ense?anza, m¨¢s cuando trabajas para ni?os, que son el futuro. Cuando hablamos de sostenibilidad hablamos de cosas f¨ªsicas. Pero para ser m¨¢s sostenible tenemos que cambiar tambi¨¦n la conciencia y la manera de pensar¡±, opina. ¡°Mi objetivo, ahora, es sacar los alumnos a las calles. A los profesores y los padres les preocupa que se ensucien los ni?os. A m¨ª, que no se ensucien. No poder ensuciarse es un primer sistema de control¡±.
As¨ª, explica que su problema no es cambiar las sillas, ¡°mi problema es que o las tengo que sacar para instalar nuevos usos en las aulas, o no hay espacio para nuestras propuestas¡±. Eso s¨ª, defiende que en Turqu¨ªa o Pakist¨¢n ha trabajado con presupuestos bajos. ¡°En Buenos Aires trabajamos cambiando el marco de los aprendizajes. Hicimos un espacio para educar en habilidades en lugar de en contenidos¡±.
Si dise?ar un mundo mejor empieza en la escuela y si por encima del dise?o lo que debe cambiar es la actitud. ?C¨®mo se cambia sin transformaci¨®n f¨ªsica? ¡°Repensando las cosas: yo puedo cubrir una mesa con una manta y convertirla en una cueva. Cuando aprendes a jugar con los espacios est¨¢s empezando a cambiar¡±.
Su estudio tambi¨¦n ha trabajado en Abu Dabi. ?Se puede ense?ar a pensar en lugares donde la represi¨®n est¨¢ presente? ¡°Claro que hay conflictos. Por eso he tenido que aprender que, si quieres cambiar, no puedes hacerlo sin escuchar ni proponer. Cuando la familia real saud¨ª me contrat¨®, contest¨¦ que no cre¨ªa ser la persona adecuada. Pero me contestaron que tambi¨¦n ellos quer¨ªan llegar al siglo XXI y buscar la excelencia. Me contaron que los chicos sal¨ªan a estudiar fuera y que por eso quer¨ªan reformar las escuelas de chicas. Vi voluntad de progreso. Y eso deshizo mis prejuicios¡±. ¡°Puede que su escuela no sea la m¨¢s innovadora del mundo, pero s¨ª va a hacer avanzar la educaci¨®n¡±. ¡°Yo propongo cambio. Y el cambio genera resistencia, no solo en Abu Dabi, tambi¨¦n aqu¨ª en Espa?a¡±.
A una defensora de cambiar el espacio para cambiar la cabeza y de los espacios que energizan, que dan vida y permiten abrir la mente para trabajar, pensar y vivir distinto, le pregunto por qu¨¦ viste de negro. ¡°Como mujer, me he acostumbrado a vestir para pasar inadvertida. A un hombre nadie le dice qu¨¦ guapo est¨¢ cuando llega a dise?ar un espacio. Yo quiero centrar la atenci¨®n sobre los espacios y por eso trato de pasar inadvertida¡±.
Explica que, con Maria Montessori, Italia fue un pa¨ªs de innovaci¨®n. Y c¨®mo la c¨¦lebre pedagoga Bosch defiende utilizar el espacio como herramienta educativa. Tambi¨¦n apuesta por aprender jugando y fomenta una idea: salir de la clase para ampliar conocimientos. ¡°Hay que utilizar las calles y la sociedad para aprender¡±. Sostiene que es un error renunciar a la ciudad como escuela. Y explica que la casa se ha abierto mucho en las ¨²ltimas d¨¦cadas. ¡°Es m¨¢s acogedora que representativa, m¨¢s real que estereotipada¡±. Al final, concluye que no le interesa ser la reina de los espacios que hacen pensar. ¡°Quiero divulgar esa manera de trabajar porque estoy convencida de que mejorar¨¢ el mundo¡±. ¡°Pero¡±, aclara, ¡°aunque act¨²e como Juana de Arco, ella no es mi hero¨ªna. Lo es Pipi Calzaslargas: esa es la referencia principal de mi vida¡±.
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