Una docena de huevos y otra de balas: la munici¨®n llega a los supermercados de EE UU
Desde este verano es posible comprar munici¨®n en m¨¢quinas dispensadoras ubicadas en tiendas de Oklahoma, Alabama y Texas. La empresa que las comercializa aspira a cubrir todo el territorio estadounidense en los pr¨®ximos meses
Si algo ten¨ªan en com¨²n los cuatro principales candidatos a las elecciones estadounidenses de noviembre, los dos republicanos (Trump y Vance) y los dos dem¨®cratas (Harris y Walz), es que todos ellos eran propietarios de armas. A Trump ¡ªa la postre vencedor en los comicios¡ª, condenado en primera instancia por falsificaci¨®n de registros documentales, recientemente le han retirado la licencia, pero a¨²n conserva en sus mansiones un peque?o arsenal dom¨¦stico que nadie parece dispuesto a requisar. El presidente electo es miembro de la Asociaci¨®n del Rifle. Harris, a su vez, confirm¨® en plena campa?a que posee un rev¨®lver y que no dudar¨ªa en utilizarlo si alguien entrase en su casa.
Nada extra?o, en fin, en un pa¨ªs en el que un tercio de la poblaci¨®n adulta dispone de armas de fuego, presentes en el 44% de los hogares. Desde el pasado mes de julio, los incondicionales de rifles, escopetas y rev¨®lveres ya pueden hacer acopio de munici¨®n en m¨¢quinas expendedoras de aspecto vanguardista instaladas, aunque cueste creerlo, en tiendas de comestibles. Ocurre, de momento, en los Estados de Oklahoma, Alabama y Texas. Associated Press fue uno de los primeros medios de comunicaci¨®n en detectar la presencia (en un colmado de las afueras de la ciudad de Montgomery, Alabama) de estos novedosos armatostes, cajas met¨¢licas compactas de metro y medio de altura. Sobre su superficie, el nombre y logo de la empresa que lo fabrica y distribuye, American Rounds, y unas sencillas instrucciones: ¡°1. P¨®ngala en marcha. 2. Elija su munici¨®n. 3. Introduzca su n¨²mero de identificaci¨®n personal. 4. Realice la compra¡±.
Kimberley Chandler, reportera de la agencia, se puso en contacto con American Rounds y un portavoz de la compa?¨ªa le confirm¨® que se trata de una iniciativa piloto que piensa extenderse por todo EE UU en los pr¨®ximos meses. Su objetivo, seg¨²n los padres del invento, es agilizar y simplificar la venta de munici¨®n legal a individuos que cumplan el ¨²nico requisito que se exige para adquirirla, es decir, ser mayores de edad, extremo que se comprueba gracias a un sencillo dispositivo de reconocimiento facial por IA que se activa con la m¨¢quina.
Grant Mangers, director ejecutivo de American Rounds, argument¨® que su expendedora ofrece mayores garant¨ªas que la venta convencional, porque en la mayor¨ªa de las tiendas de armas no suele exigirse identificaci¨®n de ning¨²n tipo a los compradores y, adem¨¢s, ¡°existe el riesgo de que la munici¨®n sea robada¡±, cosa que no ocurre con las poco menos que inexpugnables m¨¢quinas que ellos fabrican.
Desde entonces, medios como USA Today, The New York Times o CBS News se han pronunciado sobre la conveniencia de automatizar y trivializar hasta ese punto la compra de munici¨®n en un pa¨ªs que tiene un serio problema con la proliferaci¨®n descontrolada de armas de fuego: en septiembre ya se hab¨ªan registrado m¨¢s de 12.000 muertes por disparos. Marla Bautista, redactora de USA Today, considera de una frivolidad inaudita que se puedan comprar balas de 9 mil¨ªmetros ¡°junto a los pl¨¢tanos o los pa?ales¡± en un pa¨ªs aquejado por ¡°una epidemia de violencia cr¨®nica¡±. Por su parte, Maddy Keyes, licenciada universitaria residente en Oklahoma, colaboradora eventual de la revista Slate, cuenta que acaba de cumplir 22 a?os, no sabe manejar un arma y no dispone de licencia de ning¨²n tipo para hacerlo. Pero una ma?ana de domingo acudi¨® a una tienda de la ciudad de Noble y compr¨® huevos, un paquete de fideos chinos y una docena de balas: ¡°Mientras me dirig¨ªa al aparcamiento, no pude evitar pensar que acababa de producirse un error ins¨®lito, porque comprar munici¨®n mortal no puede ser tan f¨¢cil¡±. Pero lo es.
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