Paolo Sorrentino: ¡°Hago pel¨ªculas valientes porque en la vida no lo soy¡±
Con pel¨ªculas excesivas, valientes e irreverentes, el cine de Paolo Sorrentino genera amores y odios. Tras el Oscar por ¡®La gran belleza¡¯, film¨® en ingl¨¦s con Michael Caine ¡®La juventud¡¯. Retrat¨® despiadadamente a los que fueran primeros ministros de Italia Giulio Andreotti ¡ª ¡®Il divo¡¯¡ª y Silvio Berlusconi ¡ª'Silvio (y los otros)¡¯¡ª, y cont¨® su vida, hasta el fallecimiento de sus padres a sus 16 a?os, en ¡®Fue la mano de Dios¡¯. Estrena ¡®Parthenope¡¯, la historia de una mujer que lleva el nombre de su ciudad, N¨¢poles, y que, como esta, no aprovecha su belleza.
Paolo Sorrentino (N¨¢poles, 54 a?os) acudi¨® al ¨²ltimo Festival Internacional de Cine de San Sebasti¨¢n para presentar su nueva pel¨ªcula, Parthenope, que se estrena en cines el 25 de diciembre y narra la historia de una mujer que lleva el nombre de su ciudad, N¨¢poles, y que, como esta, no aprovecha su propia belleza.
Est¨¢ reci¨¦n duchado ¡ªtodav¨ªa tiene el pelo mojado¡ª, pero su cara delata cansancio. Pide permiso para dibujar mientras responde. Es un decir, lo hace cuando ya tiene media cara dibujada. En poco ...
Paolo Sorrentino (N¨¢poles, 54 a?os) acudi¨® al ¨²ltimo Festival Internacional de Cine de San Sebasti¨¢n para presentar su nueva pel¨ªcula, Parthenope, que se estrena en cines el 25 de diciembre y narra la historia de una mujer que lleva el nombre de su ciudad, N¨¢poles, y que, como esta, no aprovecha su propia belleza.
Est¨¢ reci¨¦n duchado ¡ªtodav¨ªa tiene el pelo mojado¡ª, pero su cara delata cansancio. Pide permiso para dibujar mientras responde. Es un decir, lo hace cuando ya tiene media cara dibujada. En poco m¨¢s de una hora terminar¨¢ el rostro de un hombre con bigote y ojeras. Le pregunto si siempre hace retratos. Contesta que siempre, pero nunca de quien tiene delante. Luego, en cierto momento de la entrevista se detiene. Alza la vista, como si acabara de reparar en algo: ¡°No vayas a pensar que no estoy escuchando con atenci¨®n. Dibujo para centrarme¡±.
¡°Dios se emple¨® a fondo inventando la infancia feliz. Luego se distrajo¡±.
La infancia puede ser el lugar de la perfecci¨®n. Despu¨¦s, la conciencia y la responsabilidad nos hacen ser m¨¢s problem¨¢ticos. Como si crecer fuera dejar de ser feliz.
Sus pel¨ªculas insin¨²an que lo real es surrealista.
Pienso que lo que hago siempre es muy realista.
?Una jirafa en las termas de Caracalla?
?Pero eso sucede! Evidentemente la gente no sale por ah¨ª lo suficiente y por eso piensa que lo que cuento es inventado.
Parthenope, la protagonista de su ¨²ltima pel¨ªcula, duerme en una carroza que llega por mar desde Versalles. Lo habitual.
Me lo he inventado. En el cine a veces hay que inventar.
Ella es antrop¨®loga. ?Qu¨¦ es la antropolog¨ªa?
La antropolog¨ªa es ver.
¡°Ver es lo ¨²ltimo que se aprende¡±. ?Cu¨¢ndo empez¨® a ver?
Tengo 54 a?os y empiezo a ver que, con el tiempo, ciertos aspectos de la vida se reducen: la capacidad de sorprenderse, algunas pasiones, el deseo¡ La vida empieza a repetirse. Ver es de las pocas actividades que pueden hacerte avanzar. Los ancianos ven mucho: van al cine, a los museos, est¨¢n en la calle.
?Ver es una penitencia o un premio?
Es de lo mejor que se puede hacer en la vida. Yo soy un voyeur, dedico tiempo a mirar.
Pero solamente est¨¢ tranquilo cuando escribe.
Cuando escribes est¨¢s solo. No tienes que hablar con nadie, puedes escuchar m¨²sica y entrar en lo que la poeta italiana Alda Merini llamaba ¡°el segundo mundo¡±, un lugar que no tiene nada que ver con lo que sucede en este. Fellini dec¨ªa que el cine no sirve para nada, pero distrae de la realidad. Porque la realidad es pobre, de mala calidad.
?Est¨¢ cansado de que le busquen referencias fellinianas?
Ni cansado ni feliz.
?Fellini es intocable en Italia?
Bastante. Para m¨ª es lo m¨¢ximo: dijo lo m¨¢s bonito sobre la vida y sobre el cine. Ten¨ªa un tipo de inteligencia que me gustar¨ªa tener, animalesca, instintiva, sab¨ªa d¨®nde ir. Lo dec¨ªa Visconti: es un animal cinematogr¨¢fico. Igual no vio las pel¨ªculas necesarias, no conoci¨® a las personas indicadas, pero, como los animales, sobreviv¨ªa. Era una fuerza.
?Usted es un solitario?
Me qued¨¦ solo y aprend¨ª a estarlo. Por fortuna, en cierto momento me cas¨¦, tuve hijos y estoy mucho con ellos.
Dedic¨® Il divo a su esposa, la periodista Daniela D¡¯Antonio, porque le hab¨ªa salvado de s¨ª mismo.
De peque?o me toc¨® ser muy responsable. Hu¨¦rfano con 16 a?os, no hice todo lo que hacen los ni?os: abandonarse a las tonter¨ªas, a la ingenuidad¡ Pensaba: si me dejo llevar y me equivoco, no habr¨¢ quien venga a salvarme. Y mi mujer siempre me ha dejado espacio. Dado que no soy muy inteligente, y que ella ¡ªque s¨ª lo es¡ª se dio cuenta, me dej¨® perderme y vino al rescate.
?De qu¨¦ le salv¨®?
Puede que de vicios potenciales.
?Los vicios que aparecen en sus pel¨ªculas?
Algunos. Otros son inefables. Una pel¨ªcula es un lugar donde afrontar lo que nadie quiere escucharse a s¨ª mismo. Las que golpean hablan de cosas que evitamos en la vida. La gente prefiere dar una imagen mejor de lo que es.
?Es su caso?
La mayor¨ªa de las pel¨ªculas tratan de no molestar. Yo no.
Sus actores son m¨¢s guapos que la gente real.
Cierto. Proust ten¨ªa una frase muy bonita: los vigilantes de la playa son muchas veces prudentes porque con frecuencia no saben nadar. Si viviera hoy, creo que lo dir¨ªa de los directores de cine: son prudentes porque muchas veces no saben hacer pel¨ªculas.
Su esposa es una gran cocinera.
Grand¨ªsima. Y yo adoro comer bien.
?C¨®mo la conoci¨®?
Trabajaba en el mismo edificio que yo. Escrib¨ªa sobre pol¨ªtica para La Repubblica en el piso de arriba, y yo, en el de abajo, intentaba hacer pel¨ªculas.
?Coincidieron en el ascensor?
Nos present¨® un amigo.
?Sus hijos a qu¨¦ se dedican?
Anna trabaja en una empresa de publicidad. No entiendo muy bien qu¨¦ hace. Y Carlo estudia guion en el Centro Sperimentale di Cinematografia de Roma. Es mucho mejor que yo. Siempre me han tomado el pelo. Y los he amado. Creo que es una buena se?al que no me hayan tomado en serio.
?La seria es su mujer?
Tambi¨¦n es ir¨®nica, pero s¨ª. Es la parte m¨¢s seria de la familia.
Usted sufri¨® la falta de padres y sus hijos podr¨ªan vivir la sombra del padre¡
En realidad, la sombra est¨¢ siempre. Incluso si tus padres no est¨¢n, su sombra queda.
¡°Nadie puede escapar de sus fracasos. Pero el amor salva siempre¡±. ?Ha sido su caso?
S¨¦ que es una frase banal de cancioncita, pero es as¨ª: el amor modifica la marcha de las cosas. Te permite cambiar incluso el funcionamiento del tiempo. Enamorado tienes una percepci¨®n distinta.
Sinti¨® desde ni?o amor por el cine.
Mucho. Ahora me interesa menos, debo decir.
?Y qu¨¦ va a hacer?
Si pudiera vivir de vender mis dibujos, dejar¨ªa el cine.
Decidi¨® dedicarse al cine tras ver una pel¨ªcula de Tornatore y darse cuenta de que no hac¨ªa falta hacerlo perfecto¡
El cine es, por definici¨®n, imperfecto desde el momento en que es un reflejo de la vida y la vida es imperfecta. Todas las pel¨ªculas son imperfectas. Las americanas tienen una capacidad t¨¦cnica perfecta, pero resultan falsas porque la perfecci¨®n las ahoga. Incluso Ocho y medio, de Fellini, que es la pel¨ªcula m¨¢s bonita que he visto, es imperfecta. En cierto punto se vuelve cansina porque la vida cansa. Pero esto el espectador no lo entiende. El espectador es como un ni?o: quiere ir al cine y quiere respuestas y que todo funcione. Pero si una pel¨ªcula habla de la vida, en la vida no hay respuestas y no todo funciona.
Quer¨ªa ser m¨²sico¡
Me faltaba paciencia para ensayar. No soy bueno aprendiendo. Lo aprendo todo tarde.
Como el protagonista de Fue la mano de Dios, ?est¨¢ siempre escuchando m¨²sica?
Siempre [en ese momento Sorrentino saca unos airpods del bolsillo]. Escucho de todo menos jazz. No consigue darme una emoci¨®n que me sirva.
?Para qu¨¦?
Para hacer ver que la vida es m¨¢s bonita de lo que es.
?El ritmo es lo m¨¢s importante de sus pel¨ªculas?
S¨ª. El secreto de la seducci¨®n es el ritmo. Hablo de seducir a una persona o haciendo una pel¨ªcula. Importa incluso m¨¢s que lo que se dice. Y la m¨²sica ayuda a conseguir el ritmo.
Qued¨® hu¨¦rfano con 16 a?os. ?Qu¨¦ pas¨® despu¨¦s?
Nada. No. No se puede decir.
Fue la mano de Dios termina cuando se va de N¨¢poles para tratar de hacer cine en Roma.
No soy bueno hablando de m¨ª. No s¨¦¡ Me convert¨ª en alguien muy irascible cuando murieron mis padres. Era destructivo. Estaba enfadado con el mundo.
?Le da m¨¢s miedo hablar de Berlusconi o de s¨ª mismo?
De Berlusconi.
Le hizo una pel¨ªcula.
Pero con miedo. Buscar dentro de m¨ª, m¨¢s que fuera, lo he hecho toda la vida. Al final, hagas lo que hagas, partes de ti. Cuentas lo que eres o lo que quieres ser.
Un detalle es siempre el origen de una pel¨ªcula.
Me fij¨¦ en que Giulio Andreotti hablaba siempre cerrando los ojos e hice Il divo.
?Parthenope es una diva?
Lo es de ni?a: c¨®mo se mueve, c¨®mo es deseada¡ Luego¡, dado que la vida ofrece siempre lo contrario de todas las cosas, lo paga.
?Italia es un pa¨ªs de divos?
De vanidosos. Los divos son vanidosos y la vanidad es una cosa que te hace cometer muchos errores y te deja vac¨ªo. Hoy la pol¨ªtica est¨¢ guiada por la vanidad. Antes lo estaba por ideales, por la creencia en el bien com¨²n. Cuando el poder se ejercita desde la vanidad, es el principio del fin.
Hizo pel¨ªculas que retrataban a Berlusconi y a Andreotti cuando ambos pol¨ªticos viv¨ªan. ?Hubo consecuencias?
Muchas. Pero no me apetece hablar de eso porque no soy una persona que busque lamentarse. Cuando se hace una pel¨ªcula sobre una persona viva, esta se alarma porque sabe que llegar¨¢ a mucha gente fuera de Italia. Eso les preocupa. Cuando las personas se preocupan, reac?cionan sin decoro. Viv¨ª eso. Pero no quiero contarlo. Entiendo que forma parte del juego. Pero no lo har¨¦ m¨¢s porque pasas a vivir en una prisi¨®n. Desde joven he sido combativo. Asumo el coste del riesgo, pero no quiero vivir bajo presi¨®n.
No har¨¢ pel¨ªcula sobre Giorgia Meloni¡
Ni sobre ning¨²n otro pol¨ªtico vivo. A su manera, Giulio Andreotti y Silvio Berlusconi, con sus defectos, ten¨ªan carisma, aunque representen la idea opuesta a la que yo tengo de c¨®mo estar en el mundo. Era bonito contar toda esa potencia en una pel¨ªcula. Hoy todos los pol¨ªticos carecen de esa fuerza. Y no solo de los de derechas.
?Trump?
No lo conozco bien. Vi una pel¨ªcula en Cannes sobre ¨¦l que estaba bien [The Apprentice, del director iran¨ª nacionalizado dan¨¦s Ali Abbasi].
?Ser¨ªa posible contar a Berlusconi evitando la vulgaridad est¨¦tica?
No es ni siquiera vulgaridad. Es una cultura-espect¨¢culo: c¨®mo pensaba que deb¨ªa relacionarse con las mujeres o comunicarse. Igual deber¨ªa definirse como subcultura, pero ten¨ªa principios a los que era muy fiel.
Tiene una cosa en com¨²n con Silvio Berlusconi: ¡°En Italia, si hay uno que se ha hecho a s¨ª mismo, ese soy yo¡±.
Lo dice, pero no es verdad. Nunca es verdad, pero en Berlusconi menos. Tuvo mucha ayuda. Como todos, yo soy el resultado del modo en que he crecido, de lo que me ha fascinado. Y luego, me top¨¦ con un mont¨®n de personas que me han ayudado. Sin mi productor no habr¨ªa hecho nada.
Es un defensor del cine europeo¡
Defiendo las pel¨ªculas bonitas. Y pienso que las m¨¢s bonitas son europeas. Aqu¨ª hay m¨¢s libertad cultural. Italia es un pa¨ªs bastante libre con respecto a lo que se puede contar.
Hizo dos pel¨ªculas en ingl¨¦s.
Pero nunca con dinero norteamericano. Ponen demasiadas condiciones. En Europa se conf¨ªa, en Am¨¦rica se controla. El director es menos importante en Estados Unidos. Lo que cuenta es el dinero. As¨ª que, si puedo evitar entrar en ese mecanismo, lo evito.
Para quien quiso hacer cine desde ni?o¡, ?trabajar con Michael Caine era un sue?o?
Tengo una foto que me hizo una novia en Londres junto a la estatua de cera de Michael Caine. A?os despu¨¦s dirigirlo fue extra?o. Para mi generaci¨®n eran un mito ¨¦l, Frances McDormand, Sean Penn¡
Se considera mejor escritor que director. ?Por qu¨¦ no se dedica a ello?
Por el dinero, que es una de mis grandes pasiones. Me gusta la aritm¨¦tica, contar dinero. Pero no es solo por eso. Hay una desproporci¨®n entre el esfuerzo de escribir un libro y el resultado. Si tienes suerte, lo leen 20.000 personas. Una pel¨ªcula, muchas m¨¢s.
¡°Si sabes robar no necesitas una educaci¨®n¡±, le hace decir a Gary Oldman haciendo de John Cheever.
Si lo dice Cheever es verdad. Creo que la falta de una educaci¨®n cinematogr¨¢fica ha sido mi suerte. Mejor salir por ah¨ª a buscar cosas que ahogarte en una educaci¨®n acad¨¦mica que te resta libertad. La educaci¨®n forma y deforma. He sido siempre un outsider. No he rendido cuentas a nadie ni he tenido maestros.
¡°He hecho todo lo que he podido para no convertirme en un intelectual. Y he triunfado¡±, dec¨ªa Michael Caine en La juventud.
Hablo yo ah¨ª, claro. Me gusta m¨¢s el aspecto sensorial de la vida, las emociones, las caricias, los besos, las miradas¡, mucho m¨¢s que los discursos. Me gusta la seducci¨®n intelectual a partir de la vida vivida.
?Por qu¨¦ hay tantos intelectuales reticentes a hablar de emociones?
Se debe hablar solo de eso. Las relaciones con las personas son siempre de seducci¨®n. Yo estoy intentando impresionarla con mis respuestas y usted con sus preguntas. Es un juego sutil, maravilloso, que hacemos para intentar comprender cualquier cosa.
¡°Cuando lo sabes todo, mueres, casi siempre, solo¡±.
Es un lugar com¨²n bastante verdadero: los est¨²pidos viven m¨¢s. Son felices y pueden vivir hasta 140 a?os.
Habla de la Italia que le gusta: vitalista, cat¨®lica, degenerada, tierna y que no sirve para nada¡
Pero es divertida.
?Est¨²pidos e in¨²tiles?
Cualquier cosa tiene una cara y un reverso. Nuestro metro no funciona: obvio, porque est¨¢bamos divirti¨¦ndonos. Pero como enfoque vital es bonito.
?Parthenope es como su ciudad, N¨¢poles, una mujer bella que no aprovecha su belleza?
Una guapa que no va de guapa. N¨¢poles sabe que es bella pero vive descuidada. Es como las mujeres guap¨ªsimas que ni van a la peluquer¨ªa porque se lo pueden permitir.
¡°No se puede ser feliz en la ciudad m¨¢s bonita del mundo¡±.
Es una frase efectista. En realidad, es dif¨ªcil ser feliz en una ciudad bonita y en una fea.
No es religioso.
Me interesa mucho d¨®nde buscamos el equilibrio, la tranquilidad. Millones de personas lo hacen en la religi¨®n. Luego, claro, la cat¨®lica tiene una dimensi¨®n espectacular que para m¨ª que hago espect¨¢culo¡
Parthenope es una mujer que piensa. Y est¨¢ sola.
Est¨¢ sola porque crece en un momento en el que elegir ser libre siendo mujer pod¨ªa comportar como consecuencia la soledad. Hoy tengo la sensaci¨®n de que los hombres, en diversas escalas y sin llegar a quienes cometen feminicidio, temen la libertad de las mujeres.
?Le sucede a usted?
Me fascina. Pero es evidente que cualquier persona muy libre te crea problemas.
?Por qu¨¦ da miedo la libertad de las mujeres y no la de los hombres?
Durante siglos los hombres han tenido el control y perderlo espanta. Como todo lo adquirido: si pierdes la casa que has tenido siempre, te mueres. Por eso los hombres atraviesan un momento dif¨ªcil. Algunos no saben c¨®mo relacionarse y matan, pegan, abusan. Otros, m¨¢s c¨ªvicos y sensibles, est¨¢n aprendiendo a relacionarse. No deja de ser una dificultad. Pero es un gran momento. Eso s¨ª, decidir qu¨¦ es lo que quieres hacer y perseguirlo tiene para cualquiera la consecuencia de que te puedes quedar solo.
Es la primera vez que el personaje principal de una pel¨ªcula suya es una mujer.
Escrib¨ª un guion sobre dos mujeres que no me dejaron hacer. Para m¨ª hacer una pel¨ªcula es medirme con un personaje con el que tengo una dial¨¦ctica amorosa. El amor nace cuando alguien te lleva a otro mundo. De la misma manera que no conoc¨ªa a Andreotti, creo que no conozco a las mujeres, por eso quer¨ªa enamorarme de un personaje femenino de la misma manera que me enamor¨¦ del personaje de Andreotti. Hablar de las diferencias entre hombre y mujer me despierta poco inter¨¦s. Me interesa lo que tenemos en com¨²n: sufrimientos, placeres. Las pel¨ªculas son mi segundo mundo, el lugar donde puedo exprimir la locura, la valent¨ªa. Hago pel¨ªculas valientes porque en la vida no lo soy. Aunque¡ tengo que decir que, ahora que voy envejeciendo, estoy empezando a arriesgar m¨¢s.