Ser infiel ya no es delito en Nueva York
El Estado revoca, por mayor¨ªa, la tipificaci¨®n delictiva del adulterio, hasta ahora castigado (te¨®ricamente) con hasta 90 d¨ªas de c¨¢rcel y una multa de 500 d¨®lares
Hollywood nos record¨® en su d¨ªa hasta d¨®nde puede llegar la tontuna de una infidelidad con la pel¨ªcula Atracci¨®n fatal, que convert¨ªa el adulterio en terror¨ªfico aviso para navegantes. Pero, pese a los anillacos que lucen en el anular izquierdo los c¨®nyuges de Estados Unidos, la tentaci¨®n vive arriba, y abajo, y al parecer por doquier. Y tal vez por eso, en un pa¨ªs que da tanta importancia a la honestidad, existen leyes como la del Estado de Nueva York, que tipifica el adulterio como delito. Es una norma de los tiempos de Maricasta?a, con pocos efectos pr¨¢cticos; el resabio de una sociedad pacata.
En marzo, la Asamblea de Albany ¡ªel Capitolio del Estado de Nueva York¡ª vot¨® por abrumadora mayor¨ªa un proyecto de ley para derogar la ley de adulterio; la iniciativa pas¨® luego a un comit¨¦ del Senado estatal. La norma a¨²n vigente tipifica el adulterio como delito menor que se castiga te¨®ricamente con hasta 90 d¨ªas de c¨¢rcel y una multa de 500 d¨®lares. El promotor del proyecto legislativo, Charles Lavine, un dem¨®crata de Long Island que lleva 54 a?os ¡°felizmente casado¡±, se ha hecho famoso por su idea de acabar con un delito en el que los delincuentes suelen darse a la fuga. Porque el caso de Nueva York no es el ¨²nico: el adulterio sigue siendo ilegal en varios Estados, y en Oklahoma, M¨ªchigan y Wisconsin se considera incluso delito grave.
Pero frente a un c¨®digo penal anticuado y ante el rearme conservador en curso ¡ªla sentencia de Alabama que considera fetos a los embriones congelados, la revocaci¨®n del derecho al aborto por el Supremo o, m¨¢s recientemente, la orden de Luisiana de exhibir en todas las aulas p¨²blicas los 10 mandamientos¡ª, iniciativas como la de Albany parecen a su promotor m¨¢s necesarias que nunca. ¡°Cualquier ley que penalice el comportamiento ¨ªntimo consentido entre adultos no merece estar en vigor¡±, dijo en un comunicado Lavine, para quien la despenalizaci¨®n del adulterio va m¨¢s all¨¢ de actualizar el c¨®digo penal. ¡°Todos corremos el riesgo de perder nuestros derechos. Y quienes tienen m¨¢s probabilidades de ser procesadas por este delito, no solo en Nueva York, sino en Estados Unidos y en todo el mundo, son las mujeres¡±.
As¨ª parece, a juzgar por la identidad de la ¨²ltima condenada, en 2010: una mujer de 43 a?os detenida tras mantener relaciones sexuales con un hombre que no era su marido en un parque. Los dos fueron denunciados por esc¨¢ndalo p¨²blico, pero solo la mujer, a la que en su d¨ªa se identific¨® con nombre y apellidos y la publicaci¨®n de la foto de su ficha policial, fue acusada.
Nueva York, vanguardia y escaparate de tantas cosas, va a la zaga en la regulaci¨®n de asuntos relativos a la moral sexual. En 2010, fue el ¨²ltimo Estado del pa¨ªs en adoptar el divorcio ¡°sin culpa¡±, es decir, de mutuo acuerdo ¡ªsin necesidad de alegar adulterio, a lo que se prestaba adecuadamente la ley vigente¡ª, casi 40 a?os despu¨¦s de que California lo hiciera. El matrimonio infantil fue legal hasta 2021, cuando los legisladores del Estado elevaron a 18 a?os la edad de consentimiento.
La ley de adulterio se estableci¨® en 1907. Pocas semanas despu¨¦s de entrar en vigor, un ferroviario casado y la joven con la que se ve¨ªa fueron detenidos e imputados. Nueva York ha intentado derogarla desde 1964, cuando una comisi¨®n legislativa consider¨® que era ¡°una cuesti¨®n de moral privada, no de ley¡±. Al menos 13 personas han sido acusadas desde 1972. Solo cinco condenadas. Incluida la mujer se?alada con el dedo en 2010, que a¨²n arrastra, dicen, una verg¨¹enza propia de otros tiempos.
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