Adulterio en el tubo de ensayo
Una sentencia brita?nica muestra las grietas del control de la identidad en la reproduccio?n asistida en Espan?a. La ley no exige protocolos a las cli?nicas
Seis a?os despu¨¦s de ver nacer a su hijo, cuidarlo y pagar su manutenci¨®n, el brit¨¢nico se?or X descubri¨® ¡°con horror¡± que su exmujer le hab¨ªa enga?ado: el ni?o era de otro. Vieja historia, nuevo giro. La infidelidad no ocurri¨® en un motel, sino en un tubo de ensayo de una prestigiosa cl¨ªnica reproductiva catalana. El l¨ªo acab¨® en una reciente sentencia de un juzgado londinense. Los hechos probados leen como una telenovela...
En cifras
- Se calcula que el 3% de los nacimientos provienen de t¨¦cnicas de reproducci¨®n asistida (en Espa?a, 16.000).
- En Espa?a se realizan 60.000 ciclos al a?o, el 10% de los tratamientos europeos.
- El ritmo de tratamientos en Europa crece entre el 5% y el 10% cada a?o.
- La Ley 14/2006 espa?ola es una de las m¨¢s avanzadas, pero no ha sido suficientemente desarrollada por reglamentos ni normas de rango inferior.
Acomodada pareja inglesa acude en 2004 al Instituto Marqu¨¨s de Barcelona con la intenci¨®n de que el semen del se?or X fecunde in vitro un ¨®vulo donado que ser¨¢ transferido al ¨²tero de la se?ora Y. Se les entrevista, pide la documentaci¨®n y ambos firman un consentimiento informado de lo que va a ocurrir. El semen del se?or X se congela. Cuatro meses despu¨¦s, la se?ora Y vuelve a la cl¨ªnica con otro hombre ¡ªsu exnovio, el se?or P¡ª que, haci¨¦ndose pasar por el se?or X, produce una nueva muestra de semen. La cl¨ªnica no confirma su identidad y registra la segunda muestra ¡ªla que finalmente se us¨®¡ª, como si fuese tambi¨¦n del se?or X. Unos d¨ªas m¨¢s tarde, los embriones se colocan en la se?ora Y. A los nueve meses, en oto?o de 2005, nace un var¨®n al que llamaremos Z. Para protegerlo la juez ha ordenado el anonimato de los implicados.
La sentencia no va en ning¨²n momento contra la cl¨ªnica, pero revela la falta de protocolos obligatorios en estos centros. ?C¨®mo pudo acabar el semen de uno con el nombre de otro con tanta facilidad? ¡°La ley es muy vaga, as¨ª que cada cual controla la identidad a su manera¡±, responde Esther Farn¨®s, profesora adjunta de Derecho Civil en la Universidad Pompeu Fabra y especialista en consentimientos de reproducci¨®n asistida y falsas atribuciones de paternidad. Resultado: ¡°Se dan enga?os que se podr¨ªan evitar simplemente con exigir el DNI y un poco de diligencia¡±.
¡°No estamos para evitar estas cosas... Y nos dan igual¡±, dice la cl¨ªnica
Consultadas varias cl¨ªnicas, espa?olas y brit¨¢nicas, algunas dicen que lo piden cada vez que se deposita una muestra; otras no, o no siempre. ¡°Ya los conoces de cara¡±, ¡°resulta violento¡±, repiten, ¡°y si te la quieren colar, te la cuelan¡±. Muchas hacen fotos a los pacientes, pero algunos se niegan. Todas aceptan que sea otra persona quien lleve la muestra de semen (por ejemplo, la mujer), pero mientras en algunas es necesario que el hombre firme presencialmente y con DNI una autorizaci¨®n previa, en otras basta con que la se?ora llegue con el papel (o el bote) firmado.
¡°Una firma es f¨¢cilmente falsificable... ?Pero qu¨¦ vamos a hacer, tener un perito?¡±, se pregunta la doctora Marisa L¨®pez-Teij¨®n, jefa del servicio de reproducci¨®n asistida de Instituto Marqu¨¨s, que quita excepcionalidad al caso del se?or X y enumera enga?os ¡°inevitables¡±: casadas que dicen ser solteras se inseminan y hacen creer al marido que las embaraz¨® de forma natural; maridos que ¡°por fastidiar¡± a su mujer dan el semen de otro; personajes conocidos que llegan con parejas que evidentemente no son sus c¨®nyuges; musulmanas inseminadas por los hermanos de sus maridos est¨¦riles, como dicta su religi¨®n; incluso ¡°boris beckers¡± (mujeres que intentan inseminarse con lo recogido en una felaci¨®n). ¡°Los enga?os entre parejas son continuos, ha pasado y volver¨¢ a pasar¡±, dice L¨®pez-Teij¨®n. ¡°Lo ¨²nico que nos preocupa es no equivocarnos nosotros, no que se enga?en entre ellos. Los m¨¦dicos no somos la polic¨ªa¡±. Y volviendo al caso del se?or X: ¡°No es un error, no hay responsabilidad legal. No estamos para evitar estas cosas... Y nos dan igual¡±, zanja.
¡°Aunque no haya responsabilidad, hubo mala praxis¡±, opina Esther Farn¨®s. ¡°Es cierto que algunos fraudes no se pueden evitar, pero este s¨ª¡±. ¡°Una muestra de semen tiene consecuencias en materia de filiaci¨®n, es muy fuerte que siendo algo tan serio no se exija algo tan simple como una identificaci¨®n¡±, dice. ¡°El problema es que no hay reglamentos, ni siquiera directrices voluntarias... Y s¨ª un lobby muy fuerte al que este vac¨ªo legal le ha venido bien para hacer negocio¡±. ¡°Yo no ser¨ªa partidario de obligar a las cl¨ªnicas a pedir el DNI cada vez¡±, contrapone Fernando Abell¨¢n, asesor jur¨ªdico de la Sociedad Espa?ola de Fertilidad. La raz¨®n: ¡°Burocratizar¨ªa el proceso, complicar¨ªa el modus operandi com¨²n para evitar un caso excepcional¡±. Y matiza: ¡°Lo normal es que la cl¨ªnica hubiese detectado el enga?o y avisado... Pero te puede pasar, un centro debe ser proactivo aclarando identidad y estado civil, pero no puede hacerlo a un nivel policial¡±.
A veces las alarmas s¨ª saltan. La doctora L¨®pez-Teij¨®n recuerda una ocasi¨®n en la que una mujer lleg¨® con una segunda muestra de semen firmada por su marido, porque la primera no daba calidad. En el laboratorio vieron que era imposible que el f¨¦rtil semen reci¨¦n entregado fuese del mismo se?or. Sospechando juego sucio, la cl¨ªnica llam¨® a la esposa. Le dijeron que ¡°la muestra se hab¨ªa ca¨ªdo al suelo¡± y que necesitar¨ªan una tercera del marido. Ella no volvi¨®. En el caso del se?or X no se percataron del cambiazo, ¡°porque el semen de ambas muestras no era tan distinto¡±.
Para hacer a¨²n m¨¢s rocambolesco el caso que nos ocupa, en 2005, mientras la se?ora Y y el suplantador estaban en Barcelona, la cl¨ªnica llam¨® a la casa de la mujer en Londres. Cogi¨® el tel¨¦fono el se?or X. ¡°Me preguntaron qui¨¦n era yo y parecieron sorprendidos¡±, dice. La llamada sembr¨® una duda en el marido. Pregunt¨® a su esposa. ¡°?Has ido con otro?¡±. Ella confes¨®, y luego, siempre seg¨²n X, invent¨® que, arrepentida, hab¨ªa pedido que usaran el primer semen. ?l se lo crey¨®.
Esther Farn¨®s: ¡°Se dan enga?os que se podr¨ªan evitar solo exigiendo el DNI¡±
A?os despu¨¦s, en 2007, cuando la pareja ya se hab¨ªa divorciado, una desconfiada novia del se?or X le incit¨® a confirmar con la cl¨ªnica que efectivamente usaron la primera muestra. Le contestaron que s¨ª. ¡°Una informaci¨®n err¨®nea¡±, dice la sentencia. ?Por qu¨¦? ¡°No sabes la de tonter¨ªas irrelevantes que nos preguntan¡±, responde la doctora L¨®pez-Teij¨®n. ¡°El se?or deber¨ªa haber subrayado que su pregunta era importante¡±.
La versi¨®n de la se?ora Y en el juicio (EL PA?S no pudo contactar con ella dado el anonimato) es que el se?or X siempre supo que hab¨ªa ido a Barcelona con P y ella nunca le enga?¨®. Dice que, si acaso fue la cl¨ªnica quien le confundi¨®. ¡°El se?or X confi¨® en la palabra y los actos de su mujer y la informaci¨®n aportada por la cl¨ªnica simplemente corrobor¨® lo que ¨¦l ya cre¨ªa¡±, concluye sin embargo la sentencia. Tambi¨¦n el Se?or X: ¡°Nunca pens¨¦ en denunciar a la cl¨ªnica, mi ex les enga?¨® como a m¨ª¡±, dice ahora el se?or X. ¡°Quiz¨¢s cometieron un error, y su incompetencia afianz¨® mi creencia de que el ni?o era m¨ªo, pero no lo hicieron a prop¨®sito¡±.
El ni?o llev¨® el apellido del se?or X y, tras la separaci¨®n, ¨¦l pag¨® durante a?os la manutenci¨®n que le correspond¨ªa y ejerci¨® de padre. El se?or X descubri¨® que no era el padre de Z en 2011. Se lo cont¨® la madre cuando la demand¨® por irregularidades en el r¨¦gimen de visitas. Tuvo que hacerse una prueba de ADN para creerlo. En la sentencia no queda claro cu¨¢ndo lo descubri¨® el ni?o, pero s¨ª que P siempre estuvo m¨¢s o menos presenten en su vida, y que ahora es su padre oficial.
¡°Los enga?os en reproducci¨®n asistida ocurren al menos tanto como ocurren en la calle¡±, dice la Doctora L¨®pez-Teij¨®n, barajando un estudio que calcula que entre el 5% y el 10% de los hijos no son de sus supuestos padres. ¡°Y cada vez hay m¨¢s gente en las cl¨ªnicas¡±, a?ade la jurista Farn¨®s, ¡°donde se funciona por ensayo y error con casos como este que muestran las grietas del sistema¡±.
Por una de esas grietas naci¨® Z. Resumiendo una compleja historia de mentiras, dinero, muestras de semen y venganza, un tribunal familiar retir¨® en 2013 la patria potestad al se?or X (dejando las visitas a discreci¨®n de su exmujer). X decidi¨® pedir una indemnizaci¨®n por da?os y perjuicios y una sentencia del pasado marzo oblig¨® a la se?ora Y a pagarle 54.000 euros. El montante no incluye la manutenci¨®n pagada (19.500 euros anuales; ambos c¨®nyuges, dedicados a la formaci¨®n de altos ejecutivos, ten¨ªan ingresos de m¨¢s de 140.000 euros). El juez entendi¨® que durante esos seis a?os X hab¨ªa disfrutado del cr¨ªo. En los ¨²ltimos 18 meses, X y el ni?o se han visto 10 minutos. ¡°Espero que cuando cumpla 18 venga a buscarme¡±, dice X. ¡°Es tr¨¢gico: arrancaron a un ni?o del lado de su padre y le pusieron uno nuevo¡±. Aquel que un d¨ªa entreg¨® un bote de semen con un nombre que no era el suyo y col¨®.
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