El laboratorio del artista, Antonio L¨®pez
El pintor y escultor protagoniza el ¡®Cuaderno de artista¡¯ incluido en el ¨²ltimo n¨²mero ¡ªel Z¡ª de la revista ¡®Matador¡¯. En ¨¦l, el autor de ¡®La familia de Juan Carlos I¡¯ deja entrever algunas de sus exploraciones pict¨®ricas en el proceso de la obra de arte. Una visita al laboratorio de uno de los nombres capitales del panorama art¨ªstico espa?ol del ¨²ltimo medio siglo.
Algunos de los elementos cubistas y surrealistas a los que Antonio L¨®pez acudi¨® antes de los a?os sesenta con el fin de reforzar el car¨¢cter narrativo de ciertas pinturas reaparecen en cierto modo en las pruebas de color y dibujos preparatorios incluidos en este Cuaderno de artista de la revista Matador. La mod¨¦lica publicaci¨®n anual que fund¨® y dirigi¨® el periodista madrile?o Alberto Anaut hasta su muerte, el 10 de julio de 2023, lleg¨® a su n¨²mero Z ¡ªel ¨²ltimo de esa etapa, que no su adi¨®s definitivo, ya que seguir¨¢, aunque con distinta fisonom¨ªa¡ª, e inclu¨ªa en cada entrega un monogr¨¢fico dedicado a un artista o fot¨®grafo espa?ol o internacional. Miquel Barcel¨®, Chema Madoz, Philippe Parreno, Ai Weiwei, Cristina Iglesias o Louise Bourgeois fueron algunos de los grandes nombres de la creaci¨®n pl¨¢stica que transitaron por esas p¨¢ginas. En este n¨²mero Z, el lector penetra en una suerte de laboratorio de Antonio L¨®pez. Veinticuatro dibujos preparatorios y pruebas de color en magn¨ªficas reproducciones dan cuenta del minucioso proceso creativo del pintor y escultor de Tomelloso, que cierra as¨ª la serie iniciada 28 a?os atr¨¢s por Eduardo Chillida. La b¨²squeda del tono concreto de una flor, la prueba de composici¨®n de los zapatos de la infanta Cristina en La familia de Juan Carlos I o el estudio de elementos destinados a formar parte de una pintura pero que nunca llegaron a plasmarse son algunos de los tesoros de este cuaderno. Un verdadero banco de pruebas en el que el autor de esas abracadabrantes vistas de la Gran V¨ªa madrile?a demuestra c¨®mo hubo un tiempo (hasta los a?os sesenta) en que no solo lo figurativo, sino tambi¨¦n el cubismo y el surrealismo poblaban sus telas.
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