Dolce & Gabbana repasan 40 a?os en la moda: ¡°La vanguardia est¨¢ muy bien hasta que llegas a cierta edad¡±
La pareja italiana protagoniza la retrospectiva ¡®Del coraz¨®n a las manos¡¯, en el palacio Reale de Mil¨¢n, en la que relega el protagonismo a las manos de sastres, costureras y orfebres que hilaron su imperio
Es dif¨ªcil describir sin sofocarse el sal¨®n de las Cari¨¢tides del palacio Reale de Mil¨¢n: un espacio di¨¢fano de doble altura y 782 metros cuadrados ¡ª15 m¨¢s que el sal¨®n de los Espejos de Versalles¡ª, levantado junto al Duomo entre 1774 y 1778 en grandioso estilo neocl¨¢sico, y destruido e incendiado por las bombas aliadas en 1943. Fue reconstruido, despu¨¦s de a?os de abandono por culpa de sus conn...
Es dif¨ªcil describir sin sofocarse el sal¨®n de las Cari¨¢tides del palacio Reale de Mil¨¢n: un espacio di¨¢fano de doble altura y 782 metros cuadrados ¡ª15 m¨¢s que el sal¨®n de los Espejos de Versalles¡ª, levantado junto al Duomo entre 1774 y 1778 en grandioso estilo neocl¨¢sico, y destruido e incendiado por las bombas aliadas en 1943. Fue reconstruido, despu¨¦s de a?os de abandono por culpa de sus connotaciones mon¨¢rquicas, como un monumento a la destrucci¨®n de la guerra, y hoy vuelve a tener parte del esplendor que proyect¨® su arquitecto, Giuseppe Piermarini, pero sin ocultar sus cicatrices.
Fue en esta sala gloriosa y tr¨¢gica donde, este abril, Domenico Dolce y Stefano Gabbana ofrecieron la cena de inauguraci¨®n de la primera exposici¨®n de su carrera, y donde Isabella Rossellini recordaba el inicio de su relaci¨®n con los dise?adores: ¡°Al principio, me sorprendi¨® descubrirme a m¨ª misma abrazando la visi¨®n de la mujer siciliana de Dolce & Gabbana, esa idea neorrealista que mi generaci¨®n hab¨ªa dejado atr¨¢s¡ Pero que ellos interpretaban a trav¨¦s de la belleza y la iron¨ªa¡±, dijo ante una audiencia llena de clientes vestidos de gala y estrellas incombustibles como Demi Moore, Lupita Nyong¡¯o o Cher, convertidas en rutilantes convidadas a un moderno banquete real, eso s¨ª, con un ligero men¨² de lasa?a vegetal.
La muestra Dolce & Gabbana: del coraz¨®n a las manos, en el palacio Reale hasta el pr¨®ximo mes de julio, proporciona al espectador considerables dosis de grandiosa italianidad. Un rasgo que va de serie en la propuesta est¨¦tica de estos dise?adores: ¡°Nuestro ADN es una amalgama de muchas cosas: el negro y los colores vivos, lo sagrado y lo profano¡±, dicen, por correo, sobre su trabajo, que recupera, mezcla y eleva los contrastes, las tradiciones y los clich¨¦s del pa¨ªs transalpino traduci¨¦ndolos al lenguaje del lujo. Ante todo, Del coraz¨®n a las manos es un generoso muestrario de las colecciones de alta moda: extravagantes desfiles de piezas ¨²nicas y factura artesanal que, desde 2012, la firma muestra una vez al a?o en lugares pintorescos de la geograf¨ªa italiana. ¡°Queremos contar nuestra historia a trav¨¦s de las formas de creatividad m¨¢s elevadas, y de la herencia cultural que siempre nos ha servido de inspiraci¨®n. No es solo la prenda final lo que importa, sino la historia que hay detr¨¢s¡±, afirma Dolce. A?ade Gabbana: ¡°Las creaciones que mostramos en el palacio Reale, desde los vestidos a las joyas, son la expresi¨®n definitiva de nuestro trabajo y de la magia que son capaces de crear nuestros sastres, costureras, joyeros y todos los artesanos que hacen que cada una de estas fantas¨ªas se haga realidad¡±.
Hace ahora 40 a?os que Domenico Dolce y Stefano Gabbana, por entonces pareja, fundaron su firma de moda. Stefano es milan¨¦s, y Domenico, siciliano. ¡°Crec¨ª en el taller de sastrer¨ªa de mi padre, entre rollos de tela, retales y patrones. Todo lo aprend¨ª observ¨¢ndole y escuch¨¢ndole. Cos¨ª mi primer traje cuando todav¨ªa era un ni?o. Crear una prenda de ropa es un viaje excitante, pero tambi¨¦n requiere tiempo, paciencia, estar dispuesto a coser y descoser¡±, afirma hoy Dolce. Es este aspecto lento, exclusivo y artesanal de la profesi¨®n lo que ha inspirado la muestra de Mil¨¢n. Algo a lo que aspiraban desde sus inicios: ¡°Todav¨ªa no somos una firma de lujo, pero esperamos serlo alg¨²n d¨ªa¡±, declararon a la revista Amica en una entrevista de 1994. Ya entonces afirmaban no ser vanguardistas. Prefer¨ªan reconstruir el pasado: ¡°Nos inspira Yves Saint Laurent. Nos gustan Balenciaga y el siglo XVIII. No queremos lo nuevo por lo nuevo. La vanguardia est¨¢ muy bien hasta que llegas a cierta edad. Luego maduras¡±.
A fuerza de personalidad, Dolce & Gabbana no tard¨® en establecerse como una fuerza renovadora en la moda. Respond¨ªan a la tendencia de las mujeres fr¨¢giles con curvas sensuales, mezclaban sastrer¨ªa con lencer¨ªa y sus hombres pod¨ªan llevar traje y camiseta de tirantes, pero tambi¨¦n, por qu¨¦ no, una cazadora de pl¨¢stico transparente. Domenico y Stefano idearon una nueva mujer mediterr¨¢nea y, sobre ella, construyeron y reinventaron la imagen de sus ¨ªdolos: en sus manos Isa?bella Rossellini, fotografiada en blanco y negro, se reen?carnaba en una musa de su padre, el cineasta Roberto Rossellini, y Madonna romp¨ªa la alfombra roja con un bustier de pedrer¨ªa multicolor. Sobre aquella influyente colecci¨®n, la de invierno de 1991, Berna?dette Morris, cr¨ªtica de moda de The New York Times, dej¨® una frase premonitoria: ¡°Demasiada sobriedad te puede anestesiar, pero Dolce & Gabbana se asegura de que esto no ocurra¡±.
La terapia maximalista contin¨²a, m¨¢s de tres d¨¦cadas despu¨¦s, en las salas de exposici¨®n del palacio Reale. Del coraz¨®n a las manos est¨¢ llena de opulentas referencias cinematogr¨¢ficas ¡ªEl gatopardo, de Luchino Visconti¡ª, culturales ¡ªla ¨®pera¡ª y arquitect¨®nicas ¡ª?los mosaicos grecorromanos¡ª. Aqu¨ª las im¨¢genes no solo inspiran prendas, sino que se convierten en ellas: el estuco blanco con el que Giacomo Serpotta marc¨® el Barroco italiano revive en forma de querubines esculpidos en mikado de seda colocados en un vestido a modo de hombreras; en rosas de organza perlada sobre una capa, o incluso, literalmente, en las volutas de poliuretano blanco impreso en 3D que formaban parte de los trajes-armadura que Dolce & Gabbana present¨® en el pueblo siciliano de Ostuni en junio de 2022.
Pero, ?de d¨®nde viene todo esto? ¡°Cuando empezamos a pensar en alta moda todav¨ªa ten¨ªamos D&G, nuestra marca orientada a una audiencia joven, una propuesta m¨¢s comercial. Con el tiempo, nos dimos cuenta de que aquellas dos realidades no pod¨ªan coexistir. La primera l¨ªnea, Dolce & Gabbana, siempre hab¨ªa sido el punto de referencia, de modo que para elevar la creatividad y dar espacio a lo fatto a mano, a lo artesanal, ten¨ªamos que quitar algo [D&G]. Algunos nos recomendaron desarrollar alta moda en Par¨ªs, pero somos italianos y preferimos invertir en la excelencia de nuestro pa¨ªs¡±, cuenta Gabbana. En 2012 presentaron la primera colecci¨®n, ante una audiencia reducida, en Taormina, y ese mismo a?o fundaron Botteghe di Mestiere, una escuela de sastrer¨ªa y costura planteada para preservar las labores artesanas y ofrecer oportunidades profesionales a los j¨®venes: seg¨²n la firma, cerca del 60% de los alumnos termina trabajando para Dolce & Gabbana.
Dolce explica que es en estas colecciones donde se sienten m¨¢s libres. ¡°Este es un mundo completamente distinto al pr¨ºt-¨¤-porter: lo que subyace bajo estas creaciones no es tanto la necesidad de vestirse como de realizar un sue?o. Nuestra relaci¨®n con las prendas es compleja porque no las vemos como piezas de tela, sino como formas de expresi¨®n, vestidos que parten de una idea nuestra y luego ejecutan nuestras costureras, pero que solo cobran vida en el cuerpo de quien los lleva¡±. Al principio ten¨ªan 100 clientes de alta moda y ahora rondan los 1.000. ¡°Es importante entenderles para poder cumplir sus deseos¡±, afirma Gabbana. ¡°Siempre hemos creado ropa para gente real¡±, a?ade Dolce. ¡°Nuestro primer desfile se llamaba Donne Vere, mujeres de verdad, porque nunca nos han interesado los estereotipos de belleza de la moda. Nos gusta lo aut¨¦ntico, lo que nos parece bello, y que no tiene por qu¨¦ responder a ninguna regla¡±.
Hoy Dolce & Gabbana es un grande del Made in Italy (seg¨²n Financial Times, factur¨® 1.600 millones de euros el a?o pasado) y una de las pocas empresas privadas e independientes en un ecosistema del lujo copado por grandes grupos cotizados en Bolsa. La estrategia de elevar la firma ha dado frutos, pero tambi¨¦n una diversificaci¨®n que se corresponde con la irreverencia pop que tambi¨¦n es marca de f¨¢brica.
Bajo la etiqueta Dolce & Gabbana Casa, los italianos ofrecen desde una cl¨¢sica cafetera Bialetti cubierta de colorida decoraci¨®n siciliana por menos de 100 euros a muebles ¨²nicos de marqueter¨ªa artesanal que cuestan decenas de miles. Lo pr¨®ximo son promociones inmobiliarias. El pasado septiembre presentaron Design Hills, un proyecto de 92 apartamentos en Marbella desarrollado con Sierra Blanca Estates, ¨ªntegramente decorados y equipados por Dolce & Gabbana, que prev¨¦n inaugurar en 2026.
A pesar de sus 40 a?os en el negocio, ni Domenico Dolce ni Stefano Gabbana quieren hablar de planes sucesorios: ¡°Disfrutamos igual que el primer d¨ªa¡±, asevera el primero. Parecen haber dado con una f¨®rmula a prueba de crisis. ¡°Nos hemos dado cuenta de que viajar y estar en contacto con otras culturas, con nuestros clientes, es fundamental para nuestro crecimiento: solo as¨ª llegamos a todo el mundo con un idioma universal¡±, dicen sobre una lengua franca que, al final, lo engloba pr¨¢cticamente todo.
?Incluso el lujo silencioso? Gabbana responde: ¡°Tras la pandemia surgieron muchos proyectos y mucha creatividad en torno al deporte y a la ropa informal porque es lo que la gente quer¨ªa. El papel de la moda es satisfacer las necesidades del p¨²blico. Y ahora estamos viendo una vuelta a la sastrer¨ªa, a la elegancia y a la calidad. En realidad se trata de dar con el c¨®digo adecuado para cada ocasi¨®n¡±. Siguiendo el c¨®digo de etiqueta de estos creadores, si hay un momento para la fantas¨ªa, el escapismo y la extravagancia, debe ser este.