La oculta relaci¨®n sentimental de Dolce y Gabbana
Los dise?adores, que durante m¨¢s de dos d¨¦cadas fueron pareja adem¨¢s de socios, han desvelado que al inicio escondieron su relaci¨®n y que en la adolescencia sufrieron una crisis de identidad
¡°Me sent¨ªa diferente a los dem¨¢s, sent¨ªa que me juzgaban y que me tomaban el pelo¡±, ha confesado Stefano Gabbana en una entrevista con Il Corriere della Sera. Y tambi¨¦n ha reconocido que en ese periodo nunca habl¨® en su casa sobre la homosexualidad. Tambi¨¦n han recordado que ya de adultos, Dolce y ¨¦l, al inicio trataron de ocultar su relaci¨®n, tanto en p¨²blico, como en sus ¨¢mbitos privados. Los dos se fueron a vivir juntos a un peque?o apartamento en Mil¨¢n, cuando Gabbana ten¨ªa 18 a?os y Dolce, 22, pero nunca hablaron con sus allegados del amor que les un¨ªa. ¡°Compart¨ªamos todo, pero ante nuestros parientes no nos present¨¢bamos como pareja sentimental. Nunca he llegado a hablar de mi homosexualidad en casa¡±, ha desvelado Gabbana, que naci¨® en Mil¨¢n en 1962.
De hecho, hasta 1999, cuando llevaban cerca de 20 a?os saliendo juntos, nunca hab¨ªan hablado ante los focos de su historia de amor. Ese a?o, los dos salieron en la portada de la revista Sette y desvelaron su relaci¨®n. ¡°Mi madre se ech¨® a llorar preocupada por la reputaci¨®n. ¡®?Qu¨¦ le digo a la vecina?¡¯, pens¨®, antes de abrazarme, mientras que mi padre, sobrio, como sol¨ªa ser, sorpresivamente decret¨®: ¡®si por ti est¨¢ bien, por m¨ª no hay ning¨²n problema¡¯ y sigui¨® leyendo el peri¨®dico¡±, ha revelado Dolce, nacido en Palermo en 1958.
Ahora, ambos han decidido apoyar un proyecto para ayudar a otros adolescentes con problemas o que se encuentran en una situaci¨®n similar a la que ellos vivieron. Se trata de un consultorio en Mil¨¢n, conocido como el Minotauro, en el que un equipo de psic¨®logos ofrece asistencia gratuita a los j¨®venes que lo soliciten. La instituci¨®n estaba en crisis por falta de fondos y la aportaci¨®n del d¨²o de estilistas les ha salvado del cierre. ¡°No s¨¦ como agradec¨¦rselo. Han demostrado que tienen una sensibilidad particular por las nuevas generaciones¡±, ha dicho el fundador del centro, el psicoterapeuta Gustavo Pietropolli Charmet. Hace dos meses lanz¨® una llamada de auxilio para recaudar los 300.000 euros necesarios para seguir prestando asistencia gratuita a m¨¢s de un centenar de familias.
Cientos de milaneses han contribuido con donaciones en este tiempo. A ellos se han sumado los famosos estilistas. Stefano fue el primero en adherirse a la causa y convenci¨® a Domenico para seguirle. ¡°Los j¨®venes tienen derecho al apoyo de un psicoterapeuta experto, sin ning¨²n coste si las familias no pueden pagarlo. Los a?os del crecimiento son demasiado delicados para renunciar a la forma de escucha necesaria¡±, ha se?alado Gabbana. Y ha a?adido: ¡°Algunas crisis, aunque sean profundas, son pasajeras, y otras hay que afrontarlas con ayuda¡±.
El estilista sabe bien de lo que habla, porque de adolescente lo sufri¨® en primera persona. ¡°Mi madre era portera en un establecimiento y mi padre trabajaba en el turno de noche en un f¨¢brica. Yo que en apariencia parec¨ªa un chico alegre y creativo, pero dentro de m¨ª incubaba una melancol¨ªa profunda que yo solo no era capaz ni de comprender ni de expresar¡±, ha confesado. Y ha se?alado que siempre se sinti¨® diferente e incluso marginado. ¡°En los deportes y en el oratorio me sent¨ªa diverso a los dem¨¢s, sent¨ªa que me juzgaban y me tomaban el pelo. Pero el malestar estaba dentro de m¨ª, tal vez proyectaba fuera el sentido de extra?eza hacia una parte de m¨ª que me costaba aceptar¡±, ha desvelado. Y ha a?adido: ¡°Era como si mi propia identidad corriera el riesgo de romperse en pedazos por las palabras de mis compa?eros¡±. Aquellos a?os nadie le ofreci¨® ayuda profesional, pero mucho tiempo despu¨¦s comenz¨® a ir a terapia para profundizar en las causas de su malestar y fue todo un descubrimiento. ¡°Una colega me present¨® a una psicoterapeuta que me enganch¨® con un trabajo sobre los sue?os, despu¨¦s continuamos durante diez a?os m¨¢s y nunca lo hubiera dejado. Entre otras cosas me ense?¨® que tengo tendencia a ponerme a prueba para defenderme¡±, ha dicho.
Aunque dese hace casi dos d¨¦cadas ya no son pareja, los dise?adores contin¨²an siendo grandes amigos, adem¨¢s de compartir negocio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.