Del ¡®heavy metal¡¯ a la ¡®viola da gamba¡¯
El m¨²sico sevillano Fahmi Alqhai ampl¨ªa el repertorio del instrumento barroco y lo acerca al flamenco y al guitarreo duro, sus otras pasiones.
Todo en ¨¦l es excepcional. Violagambista, uno de los mejores del mundo seg¨²n los cr¨ªticos, es adem¨¢s gestor cultural, empresario e incansable investigador entregado al rescate de compositores olvidados por la historia. ¡°Desempolvador de partituras¡±, en sus palabras. Fan confeso de Iron Maiden, se licenci¨® en Odontolog¨ªa porque sus padres, m¨¦dicos, quer¨ªan que estudiara una carrera de provecho y se alejara de esa m¨²sica ¡°de drogatas y peludos¡±, pero nunca lleg¨® a ejercer. Virtuoso de la viola da gamba, lo suyo es la m¨²sica antigua, aunque se siente uno m¨¢s entre los flamencos, un arte que define como una s¨ªntesis entre lo oriental y lo occidental, y no se cansa de buscar la felicidad por escenarios internacionales al frente de Accademia del Piacere. Hijo de palestina y sirio, este sevillano del barrio de la Macarena con pinta de heavy se sent¨® al piano a los siete a?os en Homs, se enamor¨® despu¨¦s de la guitarra el¨¦ctrica y se top¨® por casualidad con la viola da gamba en el conservatorio de Sevilla a los 17. Desde entonces, Fahmi Alqhai no ha dejado de sorprender al mundo con su habilidad para inyectar emoci¨®n a la m¨²sica barroca y transmitirla con todo lo que toca.
¡°La m¨²sica me aporta felicidad y yo quiero que el p¨²blico disfrute, que lo que intento comunicar le llegue a trav¨¦s de la emoci¨®n. No importa el g¨¦nero porque no existe ning¨²n estilo puro. Todas las m¨²sicas son mestizas y se consolidan creando un estilo concreto, pero todo viene de la misma fuente¡±, afirma Alqhai, de 44 a?os.
Director del Festival de M¨²sica Antigua de Sevilla (Femas) desde 2009, una de las citas tradicionales en su g¨¦nero en Espa?a, que el 4 de abril clausur¨® su 38? edici¨®n, su amor por la m¨²sica surgi¨® en Siria, donde sus padres lo enviaron con dos a?os junto a su abuela paterna. ¡°Todo empez¨® en Homs, cuando alguien me regal¨® un teclado Casio a pilas a los siete a?os. Yo viv¨ªa con mi abuela para que mi madre pudiera terminar Medicina en Sevilla y tambi¨¦n porque ellos siempre pensaron en volver a su pa¨ªs y quer¨ªan que yo aprendiera ¨¢rabe desde peque?o. Me pasaba el d¨ªa aporreando el teclado, as¨ª que decidieron apuntarme a piano con una monja que daba clases en una escuela jesuita; mi familia es cristiana. El piano no me gust¨®, eso era una pelea continua. Ten¨ªa una vocaci¨®n musical, pero me faltaba el instrumento para canalizarla¡±, recuerda en su casa de Sevilla.
La familia nunca volvi¨® a vivir a Siria y el peque?o regres¨® con sus padres a Sevilla a los 10 a?os. ¡°Mi madre ten¨ªa una guitarra espa?ola colgada en casa, un regalo de mi padre cuando ambos estudiaban en Granada. La cog¨ª con 13 a?os, recuerdo que le faltaba alguna cuerda, y esa guitarra me llev¨® a la el¨¦ctrica, derecho al mundo del heavy. Montamos una banda, 666, que dur¨® cuatro a?os, d¨¢bamos conciertos e incluso grabamos una maqueta¡±, explica. Fue uno de sus colegas de 666 quien le anim¨® a ir al conservatorio. ¡°Yo quer¨ªa matricularme en guitarra el¨¦ctrica, pero el jefe de estudios me dijo: ¡®Aqu¨ª no se estudia nada que se enchufe¡¯, y ya me iba con el rabo entre las piernas cuando vi un cartel que anunciaba el primer a?o de viola da gamba que impart¨ªa Ventura Rico y me apunt¨¦¡±, rememora el artista, que habla cuatro idiomas, es aficionado a cocinar y tiene buena mano para el dibujo.
A pesar de vivir rodeado de partituras de m¨²sica hist¨®rica, Alqhai no olvida los caminos que le llevaron hasta los sonidos del Renacimiento y del Barroco. ¡°Bach es mi vadem¨¦cum de la m¨²sica¡±, afirma el artista, que ha transcrito para la viola Chacona en re menor para viol¨ªn del alem¨¢n, adem¨¢s de otras piezas para flauta y violonchelo, pero siempre vuelve al flamenco y a los ritmos met¨¢licos.
La mejor prueba de que el mestizaje funciona son sus colaboraciones con cantaores como Carmen Linares, Arc¨¢ngel, Roc¨ªo M¨¢rquez, o con la bailaora Patricia Guerrero, y las versiones de Joe Satriani y Jimi Hendrix que introduce en sus recitales con un instrumento que rein¨® en las cortes europeas desde el siglo XV pero que se arrumb¨® a finales del siglo XVIII. Un instrumento tan vers¨¢til como la voz que ¨¦l consigue acercar a los o¨ªdos del siglo XXI. Alqhai se prepara ahora para iniciar una gira europea que incluye 30 ciudades, en las que ofrecer¨¢ seis programas distintos al frente de Accademia del Piacere ¡ªun ensemble que cre¨® en 2002 y del que tambi¨¦n forman parte su esposa, Johanna Rose, y su hermano Rami, ambos violagambistas¡ª y varios recitales en solitario como el que re¨²ne sus transcripciones de Bach.
El flamenco ocupa un lugar importante en su partitura vital porque lo transporta a su infancia, le recuerda los ritmos ¨¢rabes. Cercan¨ªa que ha propiciado varias colaboraciones con la Bienal de Flamenco de Sevilla con espect¨¢culos como Las idas y las vueltas junto a Arc¨¢ngel (Giraldillo a la mejor m¨²sica en 2012) o Di¨¢logos de viejos y nuevos sones con Roc¨ªo M¨¢rquez (Giraldillo a la innovaci¨®n en 2016), con los que contin¨²a haciendo giras por escenarios internacionales, empe?ado en liberar a la viola del sambenito de segundona.
Adem¨¢s de los dos montajes premiados por la Bienal, este a?o presentar¨¢, entre otros, Gugurumb¨¦, las ra¨ªces negras, en el que junto al core¨®grafo y bailar¨ªn Antonio Ruz rememora el viaje de los sones africanos hasta la Europa del Barroco a trav¨¦s de los esclavos, o su colabo?raci¨®n con la soprano Nuria Rial en Muera Cupido, en la que rescatan compositores espa?oles del Barroco y con el que tiene previsto debutar en la Filarm¨®nica de Berl¨ªn en febrero de 2022. Programas que ha grabado con varios sellos musicales, entre ellos el que ha creado junto a su hermano Rami, Alqhai & Alqhai.
¡°El trabajo de recuperaci¨®n del patrimonio musical en Espa?a empez¨® a dar sus frutos hace unos 20 a?os. Hasta entonces, la m¨²sica antigua que se programaba se limitaba a autores alemanes, ingleses o italianos. Las primeras formaciones fueron Orph¨¦nica Lyra, de Jos¨¦ Miguel Moreno, con los que yo empec¨¦ a tocar, o Al Ayre Espa?ol, de Eduardo L¨®pez Banzo. Pero en la m¨²sica antigua ha habido mucha gente que ol¨ªa a alcanfor. Lo importante es que hoy sabemos que los int¨¦rpretes en los siglos pret¨¦ritos no se limitaban a una lectura plana de la partitura, sino que adaptaban lo escrito a sus capacidades y sus instrumentos¡±, explica el violagambista, empe?ado en ampliar el reducido repertorio de su instrumento con composiciones de Antonio de Cabez¨®n, Gaspar Sanz o Jos¨¦ de Nebra.
Con su viola barroca italiana entre las piernas, una copia de las que constru¨ªan los Amati en el siglo XVII, Alqhai pasa horas intentando hacer suyas notas escritas hace cientos de a?os, insufl¨¢ndoles vida para que transmitan toda la emoci¨®n que ¨¦l siente al tocarlas. ¡°El instrumento es solo el ve?h¨ªcu?lo con el que el artista canaliza su arte. Llevo 20 a?os intentando domar mi viola. Todav¨ªa me cuesta, pero me siento muy bien con ella, no la cambiar¨ªa¡±, afirma el m¨²sico, quien utiliza tambi¨¦n una viola quint¨®n, la m¨¢s aguda de la familia de cord¨®fonos de arco. ¡°Echo todo el coraz¨®n en lo que hago y muchas veces cojo las curvas demasiado cerradas, sin importarme lo que digan los dem¨¢s. Afortunadamente, hago lo que me gusta. Soy un disfrut¨®n¡±.
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