Act¨²en, act¨²en ya
El Consejo de Ministros se debate entre quienes creen que la crisis no es para tanto y varios ministros alarmados por el desplome global de la demanda
La Gran Recesi¨®n es uno de los mayores gatos por liebre de la historia. En 2008 el problema no era el d¨¦ficit p¨²blico, sino la fragilidad de un sistema financiero sobreendeudado que depend¨ªa de la financiaci¨®n a corto plazo y que estaba estallando en pedazos. La noche del 10 de mayo de 2010 un pu?ado de l¨ªderes, capitaneados por Angela Merkel en Europa, decidieron que el problema eran las cuentas p¨²blicas (algo que solo era cierto para Grecia) y causaron, con las pol¨ªticas equivocadas, perjuicios sociales y econ¨®micos que alargaron la crisis m¨¢s de la cuenta y la hicieron innecesariamente m¨¢s profunda.
Espa?a fue uno de los grandes perdedores del empacho de ideolog¨ªa que aboc¨® a los Ejecutivos europeos a una austeridad excesiva. Estamos ante otro 10 de mayo. Esta vez no hay debate, o no deber¨ªa haberlo: hasta los m¨¢s liberales son conscientes de que viene un desplome del PIB en el segundo trimestre, y de que hay que estimular de inmediato la econom¨ªa para limitar los da?os. En Estados Unidos se calcula que la ca¨ªda de la econom¨ªa se ir¨¢ hasta el 5% el pr¨®ximo trimestre. En Europa, el consenso est¨¢ probablemente equivocado y limita la destrucci¨®n del PIB al 1%. El objetivo del Gobierno espa?ol debe ser evitar lo que los economistas llaman hist¨¦resis: para entender ese t¨¦rmino solo hay que pasar por un supermercado de Madrid y ver las baldas del papel higi¨¦nico. Hay que evitar esos fen¨®menos tanto en el sector empresarial como en el mercado de trabajo: de momento los empresarios apenas han despedido, pero sin medidas inmediatas y tajantes el lunes habr¨¢ miles de despidos en Espa?a. A pesar de que la situaci¨®n est¨¢ muy clara, desde hace unos d¨ªas hay un debate interno en el Consejo de Ministros, entre los titulares de las carteras econ¨®micas ¨Cencabezados por Nadia Calvi?o¡ª, partidarios de tom¨¢rselo con calma, y otra facci¨®n que defiende la necesidad de actuar r¨¢pido y actuar ya, que encabezan el vicepresidente Pablo Iglesias y el ministro Jos¨¦ Luis ?balos. ¡°Yo no quiero hacer un plan E [el est¨ªmulo aplicado por Zapatero en 2008]¡±, resum¨ªa uno de los ministros hace unos d¨ªas ante las presiones para aprobar est¨ªmulos. Quiz¨¢ no haya que hacer un plan E, pero s¨ª hay que aplicar incentivos econ¨®micos a toda velocidad. En tres direcciones. Una: garant¨ªas ilimitadas (como han hecho Alemania o Jap¨®n) y pr¨¦stamos sin inter¨¦s para evitar que las pymes se queden estranguladas por la falta de liquidez. Dos: facilidades para que los empresarios apliquen expedientes temporales de reducci¨®n de empleo, de manera que no despidan a los trabajadores sino que solo los env¨ªen transitoriamente a casa. Y tres: un paquete de inversiones p¨²blicas para limitar el destrozo y que la salida de la crisis no sea en forma de L, sino en forma de V.
Es muy l¨ªcita la discusi¨®n dentro del Consejo de Ministros. Porque Espa?a tiene una posici¨®n de partida muy mala para encarar esta crisis: una deuda p¨²blica del 100% del PIB, un paro del 14% y un d¨¦ficit del 2,5%, que se va a disparar inmediatamente por la ca¨ªda de ingresos y la necesidad de gastar para apoyar la demanda. Cuando baje la marea se ver¨¢ qui¨¦n estaba nadando en cueros: un d¨ªa de estos los mercados volver¨¢n a mirar las primas de riesgo y Espa?a sufrir¨¢. Pero esto no es un ¡°no es para tanto¡±: hay una ca¨ªda global de la demanda que exige actuar de inmediato. Puede que todo sea parte del p¨¢nico, pero las consecuencias de ese p¨¢nico son ya muy reales, y m¨¢s que van a serlo. Un tecn¨®crata se preocupar¨¢ por la situaci¨®n fiscal de dentro de un a?o. Pero un l¨ªder deber¨ªa darse cuenta de que el momento de actuar es ahora. Ya. R¨¢pido. H¨¢ganlo.
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