Capit¨¢n Valero: El ni?o del Alc¨¢zar
En todas las dictaduras los periodistas se ven obligados a usar los recursos m¨¢s inveros¨ªmiles para informar a sus lectores. Lu¨ªs Apostua, del diario YA, tuvo que recurrir a una rese?a de Le Monde para hacer p¨²blicos los nombres de los oficiales detenidos en julio de 1975 por su pertenencia a la Uni¨®n Militar Democr¨¢tica (UMD). Figuraba en ¨²ltimo lugar Restituto Alc¨¢zar Valero, muy conocido porque vio la luz durante la gesta del Alc¨¢zar de Toledo, hecho que conmovi¨® al mundo.
Sin embargo, lo que sublev¨® a los ultras fue la rese?a fotogr¨¢fica de S¨¢bado Gr¨¢fico en la que pod¨ªa verse en las ruinas del Alc¨¢zar, finalizada la guerra, a un Restituto de uniforme con tres a?itos, en brazos del conde Ciano, ministro del Duce. Si un militar nacido en el Alc¨¢zar durante el asedio se hab¨ªa afiliado a la UMD algo grave estaba pasando en las Fuerzas Armadas .
En la UMD nos hab¨ªamos ido aglutinando oficiales desencantados del R¨¦gimen y seducidos por la ideolog¨ªa democr¨¢tica que nosotros resum¨ªamos en dos palabras: Europa y libertades. La UMD recorri¨® como un escalofr¨ªo y lleg¨® a paralizar la cadena de mando. Cuando quisieron dar un golpe de tim¨®n, con el esperpento del 23-F, era ya demasiado tarde.
Nos conocimos en la Academia General de Zaragoza e intimamos en la Academia de Infanter¨ªa de Toledo. Como cabo de gastadores fue instructor del futuro rey Juan Carlos I. Y en los a?os siguientes hizo todos los cursos habidos y por haber, culminados con el de Estado Mayor. Por su nacimiento, su juventud, su formaci¨®n y su val¨ªa profesional, iba embalado hacia el generalato, pero en su camino se cruz¨® con el ideario democr¨¢tico, que trunc¨® su carrera pero dar¨ªa sentido a su vida.
Durante el a?o de prisi¨®n compartimos ratos de ocio y de negro pesimismo. Compartimos tambi¨¦n solidaridades. Mi mujer y mis hijos nunca olvidar¨¢n las navidades de 1975, convertidas en un calvario al prohibir las visitas. Las pasaron en su casa de Madrid, en Altamirano 34 ¨Cque dar¨ªa t¨ªtulo al primer libro de poemas de su hija Julieta- en la atm¨®sfera entra?able que siempre crean los ni?os, diez en aquella ocasi¨®n.
Resti era el m¨¢s preparado militarmente de todos nosotros y s¨®lo aquel ej¨¦rcito, medio milicia del movimiento, pod¨ªa prescindir de un profesional de su talla.
Reci¨¦n salidos de prisi¨®n escribimos mano a mano para La Gaya Ciencia, de Rosa Reg¨¢s: ?Que son las Fuerzas Armadas?, un libro secuestrado por la autoridad competente, militar por supuesto. Luego vinieron diez largos a?os en que hubo que buscarse la vida, alguno de los cuales se los pas¨® como freelance en Sudam¨¦rica.
Los recuerdos son ingobernables. Al evocar el a?o de prisi¨®n que compartimos, me viene a la memoria la pipa que me regal¨® cuando nos dispersaron por diversos castillos militares. Cada vez que la encend¨ªa en El Hacho afloraban los recuerdos. Hoy estos recuerdos se entrecruzan en mi mente con escenas del Consejo de Guerra, que vino a ser para todos nosotros lo que la Carga de la Brigada Ligera para los militares ingleses: nuestra batalla de Balaklava.
Descansa en paz, viejo amigo.
Xos¨¦ Fortes es coronel de infanter¨ªa y fue miembro fundador de la UMD.
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