¡®ApartaAyuso¡¯ y el aguirrismo 3.0

El apartaAyuso, por lo que se sabe, no es ilegal, ni irregular, pero no es nada ejemplar. Est¨¢ totalmente bajo sospecha, no puede ser m¨¢s inoportuno, resalta la insolvencia de la presidenta madrile?a y ha estimulado las indisimuladas ganas de enfrentamiento entre la propia D¨ªaz Ayuso, la direcci¨®n nacional del PP que la respalda y la oposici¨®n, que ha ca¨ªdo en las garras del aguirrismo 3.0.

En Ejemplaridad p¨²blica (2009), una obra que ha sido utilizada hasta para discursos del Rey, el fil¨®sofo vasco Javier Gom¨¢ llega a dos conclusiones ¨¦ticas: ¡°En una sociedad justa cumplir la ley es condici¨®n necesaria pero no suficiente¡± y ya desde una perspectiva m¨¢s privada: ¡°Que tu ejemplo produzca en los dem¨¢s una influencia civilizadora¡±.

Isabel D¨ªaz Ayuso no ha le¨ªdo a Gom¨¢ ni le importa. Su equipo, plagado de colaboradores del Aznar que lleg¨® en 1996 a La Moncloa con ansias de revancha, quer¨ªa convertirla en una versi¨®n actualizada de Esperanza Aguirre y lo han logrado. Se echa en falta el Caiga qui¨¦n Caiga y a Pablo Carbonell, pero todo llegar¨¢. Si la pandemia se cobra a Pedro S¨¢nchez y a Pablo Casado le toca La Moncloa, Ayuso estar¨¢ en el bombo para presidir el Senado o el Ministerio de Cultura. Al tiempo, ¡°Sara Mago¡±.

Con una crisis que ha fulminado miles de muertos, empresas y empleos como nunca se imagin¨®, Ayuso y sus ocurrencias abren m¨¢s informativos, peri¨®dicos y webs que el presidente del Gobierno o que Trump. No puede ser bueno, ni proporcional.

La presidenta madrile?a est¨¢ encantada con su proyecci¨®n nacional y sus asesores, m¨¢s. En sus planes ese viaje iba a requerir m¨¢s tiempo. Hace apenas a?o y medio era una diputada regional de base destinada a la ¨²ltima fila del banquillo en la Asamblea ubicada en la plaza payaso Fof¨® de Vallecas. Nadie reparaba en ella. Cuando estuvo de asesora colocada en el gabinete de la presidenta Cristina Cifuentes le revisaban las notas que tomaba y redactaba porque estaban incompletas, eran muy imprecisas o conten¨ªan datos err¨®neos. Su ahora consejero de Transportes, el anterior expresidente popular madrile?o pasado a Ciudadanos, ?ngel Garrido, la aguant¨® como viceconsejera de Presidencia apenas seis meses, su ¨²nica experiencia de gesti¨®n. Y los cargos de viceconsejeros pueden ser absolutamente eficaces o perfectamente prescindibles.

Pero la Comunidad de Madrid es una plataforma fabulosa y con una idiosincrasia muy especial, sin arraigos hist¨®ricos pero con mucho poder. Todos los presidentes madrile?os han adquirido, en cuanto pisaban las estancias del Palacio de Correos en la Puerta del Sol, carisma por valor de 23.000 millones de presupuestos anuales (el tercero de las autonom¨ªas tras Andaluc¨ªa y Catalu?a) y una proyecci¨®n medi¨¢tica y pol¨ªtica inmediata, sin igual en otros territorios, que muchos luego no supieron digerir.

Ayuso, este jueves en la Asamblea, se volvi¨® a crecer dial¨¦cticamente y reparti¨® contra todo, pero especialmente contra el Gobierno central de Pedro S¨¢nchez y los comunistas de Podemos, a los que situ¨® lindando con una dictadura. Es casi una obsesi¨®n. Dijo que van contra ella, porque le quieren romper su relato. Justific¨® su estancia en un apartahotel de lujo de un amigo en la milla de oro de Madrid, con dos plantas y garaje por apenas 80 euros al d¨ªa, porque no puede trabajar d¨®nde cena y se compar¨® con los dem¨¢s presidentes auton¨®micos con residencias oficiales. Ese no es el problema. Tampoco ahora. Ya lo dej¨® sentado Crist¨®bal Col¨®n antes de descubrir Am¨¦rica: ¡°Nunca se llega tan lejos como cuando no sabes hacia donde te diriges¡±.

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