El miedo del PSOE a perder la votaci¨®n forz¨® un arriesgado pacto con Bildu
La Moncloa dio luz verde al acuerdo con el partido de Otegi. El presidente llam¨® este jueves a los agentes sociales para intentar calmar la situaci¨®n
Ahora casi todos en el PSOE ¡ªno as¨ª en Unidas Podemos ni mucho menos en EH Bildu¡ª ven claro que fue un error grave. Y en La Moncloa est¨¢n esforz¨¢ndose con m¨²ltiples contactos a todos los niveles para sacar los pies del charco. El presidente, Pedro S¨¢nchez, llam¨® este jueves por la ma?ana a los m¨¢ximos responsables de la patronal y de los sindicatos para intentar reconducir la situaci¨®n. Pero mientras se estaba fraguando el pacto con la izquierda abertzale, sus protagonistas lo ve¨ªan de manera muy diferente.
Para ellos, sobre todo los socialistas, encabezados por la portavoz, Adriana Lastra, apoyada desde La Moncloa por la vicepresidenta Carmen Calvo y con respaldo del presidente ¡ªla primera es una de sus colaboradoras m¨¢s cercanas¡ª lo ¨²nico que contaba era evitar una derrota parlamentaria en la pr¨®rroga del decreto de alarma de consecuencias jur¨ªdicas y pol¨ªticas imprevisibles. ¡°Ahora todos se preguntan por qu¨¦ arriesgamos tanto si los cinco votos de Bildu no eran necesarios [la votaci¨®n acab¨® con 177 s¨ªes, 162 noes y 11 abstenciones]. Pero no se puede juzgar una votaci¨®n por c¨®mo acaba. Tienes que estar ah¨ª para entenderlo. Y hasta el ¨²ltimo minuto temimos que pod¨ªamos perder. Hab¨ªa que asegurar como fuera todos los votos y evitar que subieran los noes. Ahora que ganamos c¨®modamente parece f¨¢cil. ?Pero alguien se imagina qu¨¦ hubiera pasado si perdemos?¡±, se?ala una persona al tanto de las negociaciones.
Con el PP y Vox apretando en el no, si EH Bildu se iba tambi¨¦n a esa posici¨®n, todo quedaba en manos de Ciudadanos, explican en el PSOE. Un riesgo demasiado alto que los socialistas no quisieron correr. Y eso les llev¨® a meterse en un problema pol¨ªtico importante.
Para entender qu¨¦ pas¨® hay que ir un poco m¨¢s atr¨¢s. Justo despu¨¦s de la ag¨®nica pr¨®rroga anterior, S¨¢nchez orden¨® a la vicepresidenta Calvo que esta vez hiciera una negociaci¨®n con tiempo para evitar sustos. Ella habl¨® con casi todos los l¨ªderes, incluidos Pablo Casado e In¨¦s Arrimadas. Solo dej¨® fuera de la ronda a Santiago Abascal. De forma paralela, S¨¢nchez hab¨ªa apostado fuerte por repescar a ERC y orden¨® recuperar de forma absolutamente secreta el equipo negociador de la investidura. Se vieron varias veces.
El Gobierno jugaba a todas las bandas. Sab¨ªa que el PP ir¨ªa al no y necesitaba garantizar la votaci¨®n. Incluso Pablo Iglesias, l¨ªder de Unidas Podemos, reforz¨® la pinza con contactos con ERC. Algunos ministros se volcaron en atraer a grupos peque?os como M¨¢s Pa¨ªs, Comprom¨ªs, Coalici¨®n Canaria, BNG, Teruel Existe, PRC y Nueva Canarias. F¨¦lix Bola?os, secretario general de Presidencia, y Carlos Cuadrado, vicesecretario general de Ciudadanos y hombre de confianza de Arrimadas, abr¨ªan paso al segundo acuerdo en dos semanas.
Pero las cosas empezaron a torcerse r¨¢pido. Nadie quer¨ªa la pr¨®rroga de un mes que propon¨ªa Calvo. Y ERC se pon¨ªa cada vez m¨¢s dif¨ªcil. La tensi¨®n interna en los republicanos catalanes entre el sector moderado de Gabriel Rufi¨¢n y Pere Aragon¨¨s frente al m¨¢s duro de Marta Rovira y Marta Vilalta complicaba todo. Para el fin de semana la alerta era m¨¢xima. El Gobierno tem¨ªa que Cs no entrara al ¡°s¨ª¡±. Ve¨ªa la tensi¨®n con su diputado Marcos de Quinto como una prueba de las dificultades internas de Arrimadas. Comprom¨ªs tambi¨¦n se ca¨ªa. El BNG no acababa de entrar. En ese contexto se termina de fraguar el pacto con EH Bildu, que ya se ven¨ªa trabajando entre Lastra, Pablo Echenique (por Unidas Podemos) y la portavoz abertzale, Mertxe Aizpurua.
Ahora varios ministros se llevan las manos a la cabeza. Ninguno de ellos lo sab¨ªa. Es el estilo del n¨²cleo duro de S¨¢nchez, siempre criticado en privado como origen de muchos de los errores y rectificaciones del Gobierno. Las decisiones se toman entre poqu¨ªsimas personas con un secretismo que suele jugar malas pasadas. Ni siquiera se consult¨® a la ministra de Trabajo, Yolanda D¨ªaz, de Unidas Podemos, que lleva el di¨¢logo social y prepara la contrarreforma laboral. Tampoco a la de Econom¨ªa, Nadia Calvi?o, que mont¨® en c¨®lera en cuanto conoci¨® el acuerdo y presion¨® exigiendo una rectificaci¨®n que finalmente lleg¨® al filo de la medianoche.
El acuerdo se arm¨® el lunes y se termin¨® de cerrar pr¨¢cticamente el martes. Pero ese mismo d¨ªa, S¨¢nchez no dijo nada sobre EH Bildu a los ministros. Y el d¨ªa anterior tampoco solt¨® ni palabra a los barones auton¨®micos del PSOE. Es m¨¢s, en el Consejo de Ministros S¨¢nchez solo dijo que deseaba mucha suerte a Calvo con la negociaci¨®n. Uno de los problemas que se?alan varios miembros del Gobierno es que pr¨¢cticamente no se habla de pol¨ªtica en los Consejos de Ministros. De hecho, ese d¨ªa los miembros del Ejecutivo se enteraron por la rueda de prensa de que se hab¨ªa pactado con Cs una pr¨®rroga de dos semanas. En el Consejo solo se hab¨ªa hablado de una pr¨®rroga de un mes, hasta el 27 de junio.
El pacto con Cs el martes dio un gran respiro al Ejecutivo. Pero Lastra y Echenique segu¨ªan adelante con la alternativa Bildu como una especie de seguro, una vez constatado que ERC se encaminaba al no. La socialista informaba a S¨¢nchez y Echenique a Iglesias, m¨¢s que satisfecho porque siempre apost¨® por acercarse a la formaci¨®n dirigida por Arnaldo Otegi, y sobre todo con un acuerdo que sancionaba su posici¨®n tradicional: derogaci¨®n ¡°¨ªntegra¡± de la reforma laboral. Unidas Podemos no logr¨® colocar esa palabra en el pacto con el PSOE en diciembre. Se qued¨® en ¡°derogaci¨®n¡±, sin apellidos. Pero la ansiedad de los socialistas por evitar una derrota hizo que esta vez no se detuvieran mucho en ese t¨¦rmino antes de firmar.
El texto fue consultado con La Moncloa, y el presidente estaba informado, pero lo vio muy poca gente. Se acept¨® la propuesta de Bildu sin muchos problemas. S¨¢nchez quer¨ªa garantizarse todos los apoyos posibles. A¨²n hizo alg¨²n ¨²ltimo intento con una llamada a Pere Aragon¨¨s, hombre fuerte de ERC, que estaba en contacto permanente con Calvo. El presidente quer¨ªa salir del mi¨¦rcoles con su mayor¨ªa reforzada. Cs le exig¨ªa que eligiera entre ERC y ellos, y los republicanos al rev¨¦s, pero ¨¦l negociaba con los dos para evitar sorpresas.
El acuerdo con EH Bildu se cerr¨® el martes por la tarde, aunque se firm¨® el mi¨¦rcoles. Pero hab¨ªa un riesgo: que Cs se echara atr¨¢s si se daba a conocer. Lastra, Echenique y Aizpurua pactaron a ¨²ltima hora del martes que solo se har¨ªa p¨²blico despu¨¦s de la votaci¨®n, algo totalmente inusual.
Por si hab¨ªa dudas de que el presidente estaba al tanto de todo, fue ¨¦l quien revel¨® la negociaci¨®n en el pleno. En su r¨¦plica a la portavoz de Bildu, sobre las 14.30, agradeci¨® ¡°su tono y su abstenci¨®n¡± y le dijo que ¡°el compromiso de investidura de derogar la reforma laboral permanece indeleble¡±. Descolocada ante tanta transparencia, Aizpurua hizo notar al presidente que ella a¨²n no hab¨ªa anunciado su postura en la votaci¨®n. ¡°Supongo que entonces es porque han aceptado derogar ¨ªntegramente la reforma laboral¡±, le coment¨® reforzando la palabra ¡°¨ªntegramente¡±. Pero nadie parec¨ªa estar muy atento a este cruce. Ciudadanos no dio la voz de alarma y mantuvo su posici¨®n en el ¡°s¨ª¡±. ¡°Muy poca gente est¨¢ atenta cuando habla Bildu. Solo estaban pendientes los negociadores¡±, recuerda un diputado.
La pr¨®rroga se vot¨® sobre las seis de la tarde. A las 20.16, EH Bildu lanz¨® su comunicado con las firmas de Lastra, Aizpurua y Echenique. El esc¨¢ndalo crec¨ªa cada minuto. La Moncloa transmiti¨® a todos, incluido Cs, que habr¨ªa una rectificaci¨®n. Lleg¨® a las 23.41. Con ella se trataba de cerrar la brecha interna en el PSOE y el incendio desatado con la patronal. Pero se abr¨ªa otro con Podemos, que reivindica el acuerdo. Ahora en La Moncloa hay ambiente de crisis importante. Esperan que todo cambie en la pr¨®xima votaci¨®n. Pero nadie sabe muy bien c¨®mo.
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