El eterno dilema de EH Bildu
Los socialistas vascos defienden el pacto pero censuran la resistencia de la izquierda ¡®abertzale¡¯ a romper con su pasado
¡°La izquierda abertzale contaba con que el muro que hab¨ªa levantado la crisis del coronavirus facilitar¨ªa pasar p¨¢gina para olvidar el pasado, para evitar hacer autocr¨ªtica de su pasada complicidad con ETA. Pero no ha sido as¨ª. Los problemas pendientes siempre vuelven¡±, se?ala un portavoz del Gobierno vasco a EL PA?S. As¨ª, poco antes de que Bildu acaparara la atenci¨®n medi¨¢tica espa?ola con un pacto in¨¦dito con el PSOE y Podemos para derogar la reforma laboral a cambio de su abstenci¨®n en la votaci¨®n de la pr¨®rroga del estado de alarma, unos radicales actuaban. Escribieron ¡°asesina¡± en la entrada del domicilio de la secretaria general del PSE, Idoia Mendia; pintaron batzokis (sedes pol¨ªticas y sociales) del PNV, un local de Podemos y otro de la propia Sortu, partido integrado en EH Bildu.
Las acciones proced¨ªan del Movimiento Proamnistia y Contra la Represi¨®n, un grupo juvenil escindido de la izquierda abertzale, que reivindica a Patxi Ruiz, preso en huelga de hambre en la c¨¢rcel de Murcia, y contrario al fin de la violencia y la disoluci¨®n de la banda terrorista ETA.
La respuesta de Bildu a estas acciones le pone en entredicho. Sortu, el principal partido de la coalici¨®n, ha reclamado ¡°responsabilidad¡± a los autores de los ataques, pero los ha justificado al expresar que son ¡°consecuencia de la pol¨ªtica de excepci¨®n vigente con los presos¡±. En el Parlamento vasco, el jueves, lleg¨® a expresar su ¡°en¨¦rgico rechazo¡± a esas acciones, pero no suscribi¨® la ¡°condena¡± que rubricaron los dem¨¢s partidos. ¡°Nunca hemos utilizado el t¨¦rmino condena por sus connotaciones religiosas. Pero est¨¢ claro que rechazamos los ataques¡±, se?alan fuentes de Bildu, que atribuyen a los atacantes una influencia reducida. ¡°Solo hay cinco presos en esa corriente y su capacidad de arrastre es limitada¡±, dicen.
Fuentes del Gobierno vasco ofrecen otra explicaci¨®n: ¡°Es dif¨ªcil de entender que Bildu no condene estos actos cuando, adem¨¢s, ha sido atacada. Les preocupa este movimiento, al que atribuyen mayor eco del que calculaban, y evitan la condena para atraerlos¡±. ¡°Les cuesta romper del todo con radicales a los que no controlan. Siguen diciendo que evitan la condena porque quieren atraerles. Pero deben condenar y romper con quienes atacan¡±, se?ala por su parte Jos¨¦ Antonio Pastor, portavoz del Partido Socialista de Euskadi (PSE).
EH Bildu se mueve en la contradicci¨®n de tratar de ser uno m¨¢s en pol¨ªtica pero sin terminar de ajustar cuentas con su pasado. ¡°Es verdad que Bildu, un partido legal que en sus estatutos rechaza la violencia, ha avanzado en la convivencia. Hemos normalizado la situaci¨®n con ellos en el Parlamento [vasco] y pactamos temas sectoriales. Quieren ser un partido institucional. Pero esa relaci¨®n tiene un l¨ªmite. Nunca haremos alta pol¨ªtica con ellos, como formar Gobierno, mientras no hagan autocr¨ªtica de su pasada complicidad con ETA¡±, dice Pastor.
El PNV mantiene una posici¨®n similar: ¡°Sin autocr¨ªtica no es posible gobernar con Bildu. Les exigimos cumplir un suelo ¨¦tico¡±, apunta un dirigente. Una amplia mayor¨ªa de vascos respalda esa exigencia: el euskobar¨®metro de la Universidad del Pa¨ªs Vasco realizado tras la disoluci¨®n de ETA se?alaba que el 76% de los vascos reclamaba a la izquierda abertzale una autocr¨ªtica por su pasada complicidad con ETA.
En Euskadi, en todo caso, se ve de forma distinta al resto de Espa?a el in¨¦dito pacto de EH Bildu con el Gobierno de S¨¢nchez. PNV y PSE estiman que se mueve en la normalidad, en las mismas coordenadas que las relaciones entre partidos en el Parlamento vasco. Por vez primera, Bildu rentabiliz¨® el mi¨¦rcoles su presencia parlamentaria en Madrid al lograr del Gobierno compromisos sociales y de pol¨ªtica laboral a cambio de abstenerse en la prolongaci¨®n del estado de alarma. ¡°No nos ha sorprendido. En Euskadi son normales estos pactos. Por ejemplo, PP y UPyD llegaron a pactar con Bildu en temas sectoriales. No tendr¨¢n repercusi¨®n electoral¡±, opina Pastor.
Pero tampoco es un pacto neutro, pues afecta a las relaciones entre el PNV y Bildu. ¡°La izquierda abertzale ha pasado muchos a?os rechazando acudir a Madrid. El PNV lleva haci¨¦ndolo 40 a?os y antes nos acusaba de vendernos por un plato de lentejas cuando consegu¨ªamos logros para Euskadi¡±, se?alaba el viernes el l¨ªder peneuvista, Andoni Ortuzar. ¡°Bildu quiere competir con el PNV en su terreno: el logro de mejoras en las Cortes que rentabiliza en Euskadi. Es buena noticia que Bildu sea ¨²til, acepte al Gobierno de Espa?a, se comprometa crecientemente en el juego democr¨¢tico y plantee asuntos sociales en vez de reivindicaciones nacionalistas¡±, abunda Pastor.
Otra cuesti¨®n es en qu¨¦ medida puede afectar en las pr¨®ximas elecciones vascas el pacto con Bildu. Al PNV no le ha incomodado que el Gobierno pacte esa formaci¨®n, sino el hecho de verse desplazado. Por eso su l¨ªder ha optado por un perfil bajo de cr¨ªtica al se?alar que su confianza en el Gobierno est¨¢ ¡°en el nivel de reserva¡±. El PSE cree que ¡°fuera de Euskadi falta pedagog¨ªa sobre los pactos con Bildu¡± y lamenta la utilizaci¨®n que el PP de Pablo Casado y su candidato vasco, Carlos Iturgaiz, hacen de dicho acuerdo. ¡°Casado no puede acusar al PSOE de connivencia con los terroristas. Sabe que Bildu no es ETA y conoce los l¨ªmites que le ponemos. Es a¨²n m¨¢s lamentable cuando gobierna en varias comunidades con Vox, un partido que roza lo antidemocr¨¢tico. Su discurso da alas a Vox y va a perjudicar mucho al PP en Euskadi¡±, sostiene el portavoz socialista.
Tambi¨¦n en clave electoral, el PNV resalta la actitud contradictoria de EH Bildu con el Gobierno de S¨¢nchez y la que mantiene con el de I?igo Urkullu. ¡°Con S¨¢nchez es blando y con Urkullu muy duro, hasta caer en contradicciones. En el Congreso facilita el estado de alarma a S¨¢nchez con su abstenci¨®n y en Euskadi se opone a todas nuestras iniciativas. En alg¨²n modo, Bildu hace con Urkullu lo mismo que el PP con S¨¢nchez: oponerse a todo¡±.
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