Im¨¢genes pol¨ªticas de ayer y hoy
Puig y Oltra siguen al frente de la segunda edici¨®n del Pacto del Bot¨¢nico, renovado tras las elecciones de 2019, pero ya no hay sonrisas, ni abrazos


En la retina permanece retenida una imagen, ya ic¨®nica, que est¨¢ a punto de cumplir un lustro de antig¨¹edad. Se aprecia en la instant¨¢nea c¨®mo la voluptuosidad primaveral del Jard¨ªn Bot¨¢nico de Valencia envuelve a los protagonistas del momento. Ellos son Ximo Puig (PSPV-PSOE), M¨®nica Oltra (Comprom¨ªs) y Antonio Montiel (Podemos). Caminan sonrientes los tres, entre verdes arbustos, protegidos del sol por la sombra que proyectan los ¨¢rboles centenarios. Acaban de firmar el Pacto del Bot¨¢nico -11 de junio de 2015- que finiquita m¨¢s de dos d¨¦cadas de hegemon¨ªa pol¨ªtica e institucional del PP en la Comunidad Valenciana. Se ofrecen exultantes ante los objetivos de las c¨¢maras.
Los resultados de las elecciones celebradas unos d¨ªas antes, el 24 de mayo, hab¨ªan sancionado el cambio de ciclo pol¨ªtico. Aunque el PP valenciano revalid¨® el estatus de fuerza pol¨ªtica m¨¢s votada - pese a registrar la mitad de votos que en 2011- la suma de las izquierdas propici¨® el relevo.
Hoy, domingo, se cumplen cinco a?os de aquellas elecciones y las sonrisas han mutado. Tambi¨¦n alguno de los protagonistas. Antonio Montiel abandon¨® el escenario pol¨ªtico y sald¨® algunas cuentas en un libro ¨C¡°Acord del Bot¨¢nic¡±. Balandra Edicions- de lectura entretenida para conocer la tortuosa gestaci¨®n del pacto que le da t¨ªtulo y apreciar el tono vengativo que suele acompa?ar a los revisionismos.
Puig y Oltra siguen al frente de la segunda edici¨®n de aquel acuerdo hist¨®rico, renovado tras las elecciones de 2019, pero ya no hay sonrisas, ni abrazos, ni gestos de complicidad entre ellos. El buen humor lo pone el sustituto de Montiel y vicepresidente segundo del Consell, el podemita Rub¨¦n Mart¨ªnez Dalmau. Ni la crisis pand¨¦mica ha borrado de su rostro el gesto de satisfacci¨®n por formar parte de un Gobierno tripartito con v¨ªas de agua que reclaman calafateado a la orden de ya.
Romano Prodi, ex primer ministro italiano y ex presidente de la Comisi¨®n Europea, reflexionaba as¨ª d¨ªas atr¨¢s en una entrevista concedida al diario La Vanguardia: ¡°Conciliar las almas de los componentes de la coalici¨®n causa siempre problemas¡ pero un Gobierno cae cuando hay alternativas y en este momento no las veo¡±. Se refiere, obviamente, al gobierno de coalici¨®n de centro izquierda que rige los destinos de Italia, pero tanto vale para el caso valenciano.
En ausencia de mayor¨ªas absolutas y una vez descartada la repetici¨®n electoral, las opciones de gobierno se reducen a dos: precario ejecutivo en solitario del partido m¨¢s votado si logra el apoyo para investir a su candidato presidencial, o gobierno de coalici¨®n entre dos o m¨¢s fuerzas pol¨ªticas. La primera opci¨®n promete legislaturas acortadas y tortuosas por la necesidad de consensuar y buscar apoyos parlamentarios para cada iniciativa con aspiraciones de salir adelante. La experiencia demuestra que la segunda opci¨®n tampoco es un camino expedito de dificultades: los gobiernos de coalici¨®n, con frecuencia, acaban convertidos en una mixtura de partidos y dirigentes que se disputan herm¨¦ticos espacios de poder a cara de perro. Aqu¨ª bautizaron esa f¨®rmula como ¡°mestizaje¡±.
?Resistir¨¢ el Gobierno del Bot¨¢nico II hasta el final de la legislatura? Esa pregunta se plante¨® en ¨¢mbitos pol¨ªticos y medi¨¢ticos al minuto siguiente de la renovaci¨®n del pacto. Todos ¨¦ramos conscientes, los firmantes tambi¨¦n, del g¨¦lido clima que reinaba entre los dos principales socios -PSPV-PSOE y Comprom¨ªsen comparaci¨®n con el ambiente c¨¢lido y cordial que presidi¨® la primera entrega.
La cuesti¨®n recobra vigor ahora, en un contexto de angustia y tensi¨®n social como consecuencia de la pandemia, el largo confinamiento y la pr¨¢ctica paralizaci¨®n de la econom¨ªa. Desde Comprom¨ªs acusan a Ximo Puig y su equipo de haber dise?ado un modelo presidencialista de gesti¨®n de la crisis v¨ªrica, ajeno al supuesto mestizaje del Consell. Desde las filas socialistas achacan a los altos cargos de la coalici¨®n nacionalista hacer mutis por el foro y ponerse a cubierto durante la crisis. En Podemos, tercer socio del Consell, sonr¨ªen y apoyan a Puig, mientras afilan las navajas para gestionar entre ellos quien se hace con el control de la organizaci¨®n que acaba de ratificar a Pablo Iglesias como l¨ªder nacional indiscutible e indiscutido.
La decisi¨®n del diputado Joan Baldov¨ª -¨²nico parlamentario de Comprom¨ªs en el Congreso- de votar en contra de la renovaci¨®n del estado de alarma, ha abierto una nueva v¨ªa de agua. Pero, volvamos a Prodi: un gobierno no cae cuando no hay alternativa. ?Le gustar¨ªa a Ximo Puig estar al frente de un Consell sin Comprom¨ªs? Sin duda. Ma?ana mismo firmar¨ªa. ?Est¨¢ en disposici¨®n de hacerlo? Tendr¨ªa que triangular al PSPV con Podemos y con el C¡¯s de Toni Cant¨®, y tener la convicci¨®n de que tal decisi¨®n ser¨ªa entendida por su electorado llegado el momento de las urnas. In¨¦s Arrimadas ya ha abierto un canal de entendimiento en Madrid con el gobierno de PSOE y Podemos cuyo alcance, a fecha de hoy, se antoja insospechado.
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