Movimientos en el ecosistema pol¨ªtico valenciano
El acercamiento de Puig y Cant¨® no seduce nada a los socios nacionalistas del Bot¨¢nico y sus principales figuras refuerzan el tono reivindicativo frente al Gobierno central
Hace ahora un cuarto de siglo, Joan Lerma (PSPV-PSOE), a la saz¨®n presidente en funciones del Consell, le dijo a Vicente Gonz¨¢lez Lizondo, a la saz¨®n presidente de Uni¨®n Valenciana (UV): ¡°Contra el PP, crecer¨¢s; junto al PP, desaparecer¨¢s¡±. Acababan de celebrarse las elecciones auton¨®micas de 1995. De los cinco esca?os obtenidos por los valencianistas depend¨ªa la continuidad de un gobierno socialista al frente de la Generalitat o su relevo por un PP sobre el que ya ejerc¨ªa su liderazgo Eduardo Zaplana. Un chalet propiedad de Lizondo, localizado en el municipio valenciano de Torrent, fue el escenario del encuentro que concluy¨® sin posibilidad de acuerdo.
Protagonistas pol¨ªticos de la ¨¦poca reconocen que el l¨ªder valencianista entendi¨® perfectamente la certeza que encerraba el mensaje lanzado por Lerma; los apremios empresariales y medi¨¢ticos, unidos a las importantes deudas econ¨®micas que arrastraban el propio Lizondo y la organizaci¨®n que presid¨ªa, inclinaron la balanza en sentido contrario a la recomendaci¨®n del socialista. El resultado fue la firma del conocido como ¡°Pacto del pollo¡± entre el PP valenciano (PPCV) y UV. El partido regionalista inici¨® a partir de ese momento su decadencia y descomposici¨®n, hasta su disoluci¨®n definitiva en 2014. Lerma no se equivoc¨®.
Cuando el pasado jueves escuch¨¦ en el Pleno de las Cortes Valencianas al portavoz de C¡¯s, Toni Cant¨®, ofrecer su ayuda al presidente del Consell, Ximo Puig, para afrontar las consecuencias sanitarias, sociales y econ¨®micas de la pandemia v¨ªrica, me vino a la cabeza el episodio que acabo de relatar.
El nuevo rumbo de C¡¯s marcado por In¨¦s Arrimadas, en la tentativa, veremos si vana, de recuperar posiciones centristas en el tablero pol¨ªtico, est¨¢ teniendo su reflejo en la Comunidad Valenciana. La mano tendida de Cant¨® a Puig -a cambio de que este se desprenda de sus socios actuales, Comprom¨ªs y Unidas Podemos contrasta vivamente con el tono agresivo, insultante por momentos, al que el dirigente de C¡¯s nos ten¨ªa acostumbrados.
Hace menos de un a?o, para referirse al PSPV-PSOE, Cant¨® hablaba del PSC valenciano, buscando subrayar el ¡°catalanismo¡± -a su entender- de los socialistas locales, y lograba enfadar a Puig al utilizar la figura del poeta Miguel Hern¨¢ndez para criticar la pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica del Consell: ¡°Miguel Hern¨¢ndez -afirm¨®- no hubiera podido publicar en la Comunidad Valenciana por escribir en espa?ol¡±.
Tal parece que alguien haya susurrado en los o¨ªdos de los dirigentes de C¡¯s palabras muy similares a las que Lerma dedic¨® a Lizondo, con ligeras variaciones: ¡°Frente al PP y Vox, crecer¨¦is; junto al PP y Vox, desaparecer¨¦is¡±. Las cifras avalan la tesis: en las elecciones generales de abril de 2019, C¡¯s obtuvo en la Comunidad Valenciana 498.680 votos. La repetici¨®n de la convocatoria electoral en noviembre de ese mismo a?o -con Albert Rivera enroscado en su ¡°no es no¡± a Pedro S¨¢nchez- provoc¨® el desplome total del partido naranja en Espa?a. En tierras valencianas C¡¯s perdi¨® casi 287.000 votos. En seis meses. No hac¨ªa falta la perspectiva del tiempo para saber que el giro conservadurista impuesto por Rivera -escenificado en la famosa foto junto a Pablo Casado y Santiago Abascal en la madrile?a plaza de Col¨®n- no era el m¨¢s adecuado; no para una formaci¨®n cuyo marchamo centrista y condici¨®n de partido bisagra eran su principal atractivo en un pa¨ªs de vecindarios hastiados de tanta polarizaci¨®n pol¨ªtica. El consultor electoral Narciso Michavila viene advirti¨¦ndolo desde hace semanas: ¡°El que siga con el manual tradicional de polarizar saldr¨¢ perdiendo¡±.
Es leg¨ªtimo que la in¨¦dita direcci¨®n de C¡¯s intente encontrar su espacio en el complejo ¨¢mbito pol¨ªtico espa?ol, mientras en el PP hacen lo propio, desconcertados por la nueva estrategia de C¡¯s y con la vista puesta en los movimientos de Vox. Dif¨ªciles equilibrios para tres partidos que son aliados en importantes gobiernos tripartitos auton¨®micos y municipales.
La reubicaci¨®n en el centro del tablero pol¨ªtico de C¡¯s lleva velocidad de crucero en la Comunidad Valenciana; es decir, constante y uniforme. Ah¨ª est¨¢ el pacto recientemente sellado con el PSPV-PSOE en el ayuntamiento de Torrent -para cabreo de Comprom¨ªs-, la entrada de representantes naranjas en la Mesa de la comisi¨®n de reconstrucci¨®n de les Corts, y sus continuos desmarques del PP y Vox en diversas iniciativas parlamentarias.
Ximo Puig defiende la viabilidad del Pacto del Bot¨¢nico, alaba a sus socios y agradece la ayuda de Cant¨®. Lo que viene a ser sin¨®nimo de nadar y guardar la ropa.
En Comprom¨ªs han saltado las alarmas y suspiran por conocer las encuestas que con celo custodia Alfred Boix en la sede de la Presidencia de la Generalitat. Falta tiempo formalmente para las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas, pero conocer las tendencias de voto en mitad de la crisis pand¨¦mica permite redefinir alianzas y estrategias.
El acercamiento de Puig y Cant¨® no seduce nada a los socios nacionalistas del Bot¨¢nico y sus principales figuras refuerzan el tono reivindicativo frente al Gobierno central, sometido a la sordina institucional desde hace cinco a?os. Ah¨ª est¨¢n el diputado Baldov¨ª votando en contra de la pr¨®rroga del decreto de alarma o la vicepresidenta M¨®nica Oltra reclamando la misma bilateralidad que permitir¨¢ al ejecutivo vasco gestionar el ingreso m¨ªnimo vital aprobado por el gobierno de PSOE-Unidas Podemos el pasado viernes. Las denuncias de los agravios comparativos con otras autonom¨ªas refuerzan el relato de Comprom¨ªs e incomodan a sus socios del Consell. Las actitudes del gobierno central, como la del ministro de Inclusi¨®n, Seguridad Social y Migraciones, Jos¨¦ Luis Escriv¨¢, denegando al resto de autonom¨ªas lo que s¨ª concede al Pa¨ªs Vasco y Navarra, contribuyen a la radicalizaci¨®n del discurso en tierras valencianas.
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