El viaje de 33.000 kil¨®metros de un sicario brit¨¢nico
La polic¨ªa captura a un brit¨¢nico que, tras matar a un compatriota en Mijas, trat¨® de esconderse en varios pa¨ªses
Ba?os y Mendigo es una peque?a pedan¨ªa de Murcia con medio millar de habitantes y larga tradici¨®n agr¨ªcola. Es tambi¨¦n sede de una gran urbanizaci¨®n con chal¨¦s de lujo, vigilantes de seguridad y una mayor¨ªa de residentes extranjeros. Presenta, en definitiva, las condiciones ideales para que se esconda un brit¨¢nico que huye de la justicia. Pero no es perfecta. All¨ª fue detenido el 11 de mayo E. P. T., uno de los sicarios que en noviembre pasado mat¨® supuestamente a tiros a un compatriota en la urbanizaci¨®n Riviera del Sol, en Mijas (M¨¢laga, 82.742 habitantes). Desde aquel d¨ªa y hasta su arresto, recorri¨® m¨¢s de 33.000 kil¨®metros durante una huida de cinco meses en los que la Guardia Civil le sigui¨® la pista por medio mundo y mientras, paralelamente, reconstru¨ªa lo sucedido. Hasta que, en pleno confinamiento, supo que hab¨ªa vuelto a Espa?a y lo atraparon.
El viaje del asesino empieza realmente a mediados de noviembre, junto a un c¨®mplice, en el aeropuerto de M¨¢nchester. Ambos toman un avi¨®n desde la ciudad inglesa a Barcelona. All¨ª alquilan un coche para emprender viaje al sur. Hacen noche en Alicante, donde son cobijados por compa?eros de su organizaci¨®n, y recalan finalmente en M¨¢laga.
Ya en la Costa del Sol, alguien les recibe y da indicaciones. Y comienzan entonces una minuciosa labor de reconocimiento de su objetivo. ¡°El trabajo que hicieron es de aut¨¦nticos profesionales¡±, explican fuentes de la Guardia Civil, donde siempre trabajaron con la hip¨®tesis de un ajuste de cuentas entre formaciones rivales. Tanto la v¨ªctima ¡ªPeter A. W.¡ª como los presuntos asesinos proceden de M¨¢nchester, donde tiempo atr¨¢s trabajaron en la misma banda criminal. El fallecido, que contaba con antecedentes policiales, se hab¨ªa escindido despu¨¦s para montar su propio grupo. Quer¨ªa ir por su cuenta.
Durante una semana, los sicarios siguieron sus pasos permanentemente. Tuvieron suerte, Peter era muy met¨®dico. Tomaba caf¨¦ cada d¨ªa en el mismo sitio y a la misma hora. Luego iba al gimnasio y realizaba la misma ruta a la ida que a la vuelta, cuando emprend¨ªa camino a su casa. Llegaba siempre pasado el mediod¨ªa y no guardaba su Audi de alta gama en el garaje, como s¨ª hac¨ªa cada noche. Fue el momento y el lugar elegido.
Pasadas las dos de la tarde del 21 de noviembre, los dos sicarios se subieron a una motocicleta, esperaron a que pasara el coche de su v¨ªctima, cruzaron la mediana y le siguieron de cerca hasta su destino en la urbanizaci¨®n Riviera del Sol. Frente a su casa, uno de ellos se baj¨® del veh¨ªculo con la capucha puesta y la cabeza agachada ¡ªsab¨ªan que hab¨ªa c¨¢maras de seguridad¡ª y dispar¨® cuatro veces. Llov¨ªa a mares. Peter A. W. muri¨® all¨ª mismo.
Los asesinos escaparon r¨¢pidamente en la moto. Cuando la Guardia Civil lleg¨®, apenas hab¨ªa pistas de donde tirar porque el aguacero las hab¨ªa borrado. Pero un ingente trabajo les ha permitido conocer qu¨¦ sucedi¨® despu¨¦s. Seg¨²n su reato, los autores del crimen se subieron de inmediato al coche de alquiler. Uno de ellos se qued¨® en M¨¢laga, donde pas¨® la noche en un hotel para tomar un vuelo a la ma?ana siguiente hacia M¨¢nchester con la misma ropa con la que hab¨ªa ejecutado a su compatriota. El otro sigui¨® su camino hasta Barcelona y all¨ª devolvi¨® el veh¨ªculo. Ese mismo d¨ªa, 22 de noviembre, las autoridades inglesas detuvieron nada m¨¢s aterrizar al asesino que volv¨ªa a casa: ten¨ªa en vigor una pena de arresto domiciliario y, al salt¨¢rsela para viajar a Espa?a, hab¨ªa sonado la alarma. Desde entonces est¨¢ en prisi¨®n.
Su compa?ero, sin embargo, ten¨ªa muchos kil¨®metros por delante. Desde el aeropuerto de Barcelona viaj¨® hasta Estambul. M¨¢s tarde, sigui¨® su camino hacia Sudam¨¦rica con estancias en tres pa¨ªses. Primero Brasil, luego M¨¦xico y, finalmente, Colombia. ¡°Esta gente cuenta con mucho poder econ¨®mico y se mov¨ªa con facilidad¡±, explican fuentes de la Guardia Civil. Le siguieron el rastro y, ya en primavera de 2020, decidi¨® volver a Europa. Su primer destino fue Alemania y, despu¨¦s, ya a mediados de abril, volvi¨® a Espa?a. El pa¨ªs estaba confinado, pero se las arregl¨® para viajar hasta Ba?os y Mendigo, donde se asienta parte de la organizaci¨®n de narcotraficantes a la que supuestamente pertenece. Hab¨ªa vuelto para seguir con su rutina diaria: enviar marihuana a toda Europa. ¡°Es sicario, pero no a tiempo completo¡±, cuentan las mismas fuentes.
Kilos de marihuana
Para entonces, la Guardia Civil contaba ya con todos los informes que acreditaban que era uno de los autores del asesinato de Mijas gracias a, entre otras pruebas, los an¨¢lisis de ADN. Tocaba arrestarlo, para lo que desarrollaron una operaci¨®n silenciosa que buscaba tambi¨¦n evitar a los vigilantes de seguridad de la urbanizaci¨®n murciana, quienes podr¨ªan avisar de su presencia en cualquier momento. Contaron con el apoyo de los agentes de la Unidad Especial de Intervenci¨®n por la complejidad del caso. Cuando dieron con el fugitivo, acababa de volver de comprar cajas para embalar. En el interior de la vivienda encontraron una envasadora al vac¨ªo y m¨¢s de 20 kilos de marihuana. ¡°Todas las organizaciones de narcotraficantes tienen este tipo de perfil, gente extremadamente peligrosa a la que le da igual todo¡±, subrayan fuentes de la Guardia Civil.
El arrestado ya est¨¢ en prisi¨®n en Espa?a. Su compa?ero cumple una pena de cuatro a?os y medio por delitos anteriores en un centro penitenciario brit¨¢nico. Tiene en vigor una Orden Europea de Detenci¨®n y Entrega para que, cuando se celebre la vista oral, la justicia espa?ola lo pueda juzgar tambi¨¦n por el asesinato cometido en Mijas. Hace unas semanas estuvo a punto de morir. La organizaci¨®n a la que pertenec¨ªa la v¨ªctima intent¨® devolver el golpe y casi acaba con su vida en el interior de la prisi¨®n. ¡°Sali¨® vivo de milagro¡±, dicen fuentes policiales. ¡°El narcotr¨¢fico da mucho dinero y hay mucho en juego¡±, concluyen fuentes del instituto armado. La vida, eso s¨ª, vale m¨¢s bien poco.
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