¡°Hubo un pacto de silencio en el Ej¨¦rcito¡± sobre la matanza de los jesuitas de 1989 en El Salvador
Declaran los primeros testigos en el juicio contra el excoronel Montano, acusado del crimen m¨²ltiple
En 1981, con El Salvador sumido en la violencia de una guerra civil, el jesuita Ignacio Ellacur¨ªa se preguntaba en las p¨¢ginas de EL PA?S: ¡°?D¨®nde est¨¢s, Espa?a?¡±. ¡°?D¨®nde est¨¢s en esto de Am¨¦rica Latina y, m¨¢s singularmente, en esto de Guatemala y El Salvador? En estos dos pa¨ªses que destilan muerte d¨ªa a d¨ªa¡±. Ahora, casi 40 a?os despu¨¦s de que aquellas palabras resonaran pidiendo ayuda para ¡°iniciar un camino¡± a la paz y m¨¢s de 31 a?os despu¨¦s de que el sacerdote se dejara la vida defendiendo ese di¨¢logo, la patria natal de Ellacur¨ªa juzga a uno de los supuestos autores intelectuales de la matanza de 1989 que acab¨® con el entonces rector de la Universidad Centroamericana (UCA), con cinco de sus compa?eros y con otras dos personas. Una oportunidad, seg¨²n los amigos y familiares de las v¨ªctimas, para arrojar luz. Porque en El Salvador, ¡°hubo un pacto de silencio¡±, como ha asegurado uno de los testigos que ha desfilado ante el tribunal.
La Audiencia Nacional ha celebrado este jueves la tercera sesi¨®n de una vista oral que sienta en el banquillo al excoronel Inocente Orlando Montano, exviceministro de Seguridad P¨²blica de El Salvador. La Fiscal¨ªa, que pide una condena de 150 a?os de c¨¢rcel, lo considera uno de los miembros de la c¨²pula militar ultraderechista del pa¨ªs americano que dise?¨® y ordeno la masacre de la UCA, donde un grupo de soldados del batall¨®n Atlacatl irrumpi¨® en la madrugada del 16 de noviembre de 1989 y acribill¨® a tiros a seis sacerdotes jesuitas ¡ªcinco espa?oles, entre ellos Ellacur¨ªa, y un salvadore?o¡ª y a la mujer e hija del guardi¨¢n de la universidad. Montano neg¨® el mi¨¦rcoles su implicaci¨®n durante su declaraci¨®n e, incluso, asegur¨® que colabor¨® tras el crimen para tratar de dilucidar qui¨¦n estaba detr¨¢s, pero los primeros testigos que han comparecido han negado esa tesis.
Jos¨¦ Luis Navarro y Enrique Arnaldo, letrados de las Cortes que acompa?aron y redactaron los informes sobre las dos delegaciones parlamentarias espa?olas que se desplazaron a El Salvador tras la matanza ¡ªuna en 1990 para apoyar el proceso de paz y la investigaci¨®n de los asesinatos, y otra en 1991 para asistir al juicio como observadores internacionales¡ª han descrito este jueves a los magistrados las ¡°complicaciones¡±, ¡°presiones¡± y lo ¡°parcial¡± que fue la instrucci¨®n y el juicio que se celebr¨® en el pa¨ªs americano a principios de los noventa, cuando se conden¨® a dos de los autores materiales y nunca se trat¨® de perseguir a los intelectuales. ¡°Hubo un pacto de silencio en el Ej¨¦rcito¡± para no ir m¨¢s all¨¢, ha subrayado Arnaldo, que ha descrito una farsa de juicio donde ¡°no se preguntaba a nadie nada¡±.
¡°Consisti¨® m¨¢s bien en la lectura de documentos, nadie contrast¨® nada, ning¨²n informe¡±, ha dicho, antes de explicar que tampoco se supo c¨®mo se conform¨® el jurado que conden¨® a dos de los acusados, pero absolvi¨® a otros siete. Un informe de la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concluir¨ªa, en 1999, que todo fue un proceso judicial ¡°manipulado¡±. ¡°A veces, los abogados de la defensa se acercaban tanto al jurado que murmuraban con ¨¦l¡±, ha apostillado Arnaldo.
Ellacur¨ªa y sus compa?eros jesuitas se hab¨ªan convertido en un grupo inc¨®modo para el r¨¦gimen y el Ej¨¦rcito, dominado por la extrema derecha. Con el objetivo de alcanzar la paz, el antiguo rector de la UCA apostaba por el di¨¢logo entre el Gobierno ultraconservador del presidente Alfredo Cristiani y la guerrilla revolucionaria del Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional (FMLN). Sus compa?eros esperan que este juicio en Espa?a ayude a reimpulsar el proceso abierto en El Salvador contra otros cinco supuestos autores intelectuales de la matanza. La vista se adentra ahora en un par¨®n y continuar¨¢ en julio.
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