Aqu¨ª no pasa nada, circulen
Con el viento de las encuestas en las velas del PP, parec¨ªa que el debate se reducir¨ªa a qui¨¦n quedar¨¢ segundo, pero pasaron dos cosas: el partido alfa dio muestras de debilidad y se confirmaron los temores de un brote del virus
Se le atribuye a Clemenceau aquello de que gobernar en un r¨¦gimen democr¨¢tico ser¨ªa mucho m¨¢s f¨¢cil si no hubiera que ganar constantemente elecciones. En caso del pol¨ªtico franc¨¦s posiblemente fue una boutade, pero para los presidentes gallegos es una realidad como la catedral de Santiago. Fraga apreciaba las campa?as como un galgo al que le dejan campo libre: as¨ª pod¨ªa dar rienda suelta a su hiperactividad, pero su soberbia intelectual no casaba mucho con la misi¨®n de un candidato de convertirse en un meg¨¢fono humano repetidor de consignas.
Feij¨®o, despu¨¦s de la blitzkrieg dudosamente ¨¦tica con la que gan¨® a PSdeG y BNG en 2009, ¡ªy quiz¨¢ para evitar que se la aplicasen a ¨¦l¡ª se pas¨® a la doctrina del perfil bajo, empezando por dejar al lehendakari la responsabilidad de convocar los comicios de ambas comunidades. Los lemas de campa?a han ido desde el lenguaje de agencia de viajes (Galicia ¨¦ moito) hasta la invocaci¨®n futbolera (Galicia, Galicia, Galicia); a su lado el del PSdeG (A hora do cambio) parece un verso de A las barricadas. Feij¨®o jibariz¨® hasta lo indistinguible el nombre del partido, mientras agigantaba su propia imagen (foto y nombre) y la televisi¨®n p¨²blica conced¨ªa a los debates en su parrilla una importancia similar a la misa. A las 10 de la ma?ana en las anteriores elecciones y el cuarto d¨ªa de campa?a en estas. El objetivo es que cuanto menos se discuta, mejor.
En estas elecciones, convocadas para abril, anuladas y de nuevo anunciadas (todo por Urkullu) para este domingo, el estado de alarma le supuso a Feij¨®o un plus de discreci¨®n (de los dem¨¢s): omnipresencia en televisi¨®n en prime time (40 horas, le calcul¨® la oposici¨®n) para criticar al Gobierno central, mientras la oposici¨®n ¡ªPSdeG, Galicia en Com¨²n y BNG¡ª se ve¨ªa obligada a defenderlo por unas razones o por otras. Con el viento de las encuestas en las velas del PP, parec¨ªa que el debate se reducir¨ªa de nuevo al habitual de qui¨¦n quedar¨¢ segundo. Pero pasaron dos cosas.
Una, el partido alfa dio muestras de debilidad, o de nervios. No se sabe si porque sus cuentas no arrojan los resultados abrumadores que los sondeos vaticinan, por la posibilidad de un posible rebrote de la covid-19 o porque Feij¨®o no solo estuvo regulero en el debate, sino que adem¨¢s fue consciente de ello. O porque nervios hay hasta en las v¨ªsperas de las bodas. Pero ning¨²n l¨ªder puede dejar que los dem¨¢s olfateen su miedo. O sea, que los medios amigos ¡ªen Galicia unos son m¨¢s amigos que otros, pero muy pocos son reticentes¡ª relegaron la campa?a a las p¨¢ginas interiores.
La otra es que se confirm¨® la intuici¨®n ¨Co la informaci¨®n¨C de Feij¨®o, y sus peores temores. Un brote del virus en A Mari?a, la zona m¨¢s poblada de la provincia de Lugo. Los medios p¨²blicos y concertados aplicaron el viejo m¨¦todo: del ¡°no pasa nada¡± a ¡°pasa algo, pero sea lo que sea, est¨¢ controlado¡±. Por ejemplo, es seguro votar, incluso para los ancianos. ¡°Es cosa de 15 minutos¡±, dice Feij¨®o, mientras Pablo Casado rebaja el tr¨¢mite a cuatro o diez. Una campa?a pol¨ªtica reducida a la vieja enga?ifa infantil: es solo un pinchacito, no duele.
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