El Ej¨¦rcito expulsa al cabo que lidera la asociaci¨®n contra los despidos a los 45 a?os
El expediente tacha su actitud de "antidisciplinaria" y contraria "a la regla moral de la instituci¨®n militar"
El Bolet¨ªn Oficial de Defensa (BOD) public¨® el pasado jueves la expulsi¨®n del Ej¨¦rcito de Tierra del cabo Jenner L¨®pez Escudero. Hasta ese d¨ªa, era el presidente de 45sindespidos, una asociaci¨®n profesional de militares que lucha por la permanencia en las Fuerzas Armadas de quienes deben abandonarlas por cumplir 45 a?os.
?l mismo ten¨ªa un contrato de larga duraci¨®n, que le garantizaba seguir en filas hasta 2024. Sin embargo, ya ha recibido la orden de pasar por la Delegaci¨®n de Defensa en Madrid a devolver la tarjeta de identificaci¨®n militar (TIM) y recoger los papeles del paro, a pesar de que la ministra Margarita Robles a¨²n debe resolver el recurso de alzada contra su expulsi¨®n.
El cabo Jenner ha sido considerado culpable de una falta disciplinaria muy grave, consistente en ¡°la negativa injustificada a someterse a reconocimiento m¨¦dico a fin de constatar la capacidad psicof¨ªsica para prestar servicio¡±. El instructor del expediente asegura que hasta en dos ocasiones se le notific¨® por burofax la orden de acudir al hospital G¨®mez Ulla de Madrid y no se present¨®. El cabo alega que solo una vez recibi¨® la citaci¨®n y que le lleg¨® cuando ya se hab¨ªa pasado la fecha.
Aunque la ley exige que exista una ¡°negativa¡± expresa a someterse al reconocimiento m¨¦dico, el instructor asegura que esta ¡°se deduce con toda l¨®gica de su falta de presentaci¨®n en el lugar, d¨ªa y hora indicados¡± y de ¡°las pueriles excusas [¡] que intent¨® hacer valer en descargo de sus responsabilidades¡±.
Los problemas del cabo Jener empezaron hace dos a?os cuando intervino, en nombre de su asociaci¨®n, en un acto p¨²blico. Aquel discurso le cost¨® 12 d¨ªas de multa pero, sobre todo, le supuso la p¨¦rdida de su destino militar, que ya no volvi¨® a recuperar: altern¨® una baja psicol¨®gica y una suspensi¨®n de empleo hasta que se le abri¨® expediente para echarlo por p¨¦rdida de condiciones psicof¨ªsicas. Al final, se le ha despedido por la v¨ªa disciplinaria, mucho m¨¢s expeditiva.
El expediente disciplinario deja claro que su incomparecencia en el hospital militar no es la ¨²nica causa de su despido. De hecho, el instructor reconoce que la falta muy grave que se le atribuye podr¨ªa ser castigada con arresto de hasta 60 d¨ªas o con suspensi¨®n de empleo.
Sin embargo, propone la sanci¨®n m¨¢s dura bas¨¢ndose en que ya fue castigado con 12 d¨ªas de multa y en que tiene otros cuatro procedimientos disciplinarios abiertos, la mayor¨ªa por art¨ªculos de prensa como presidente de la asociaci¨®n profesional. Estos expedientes, que a¨²n no han sido resueltos y podr¨ªan archivarse o resolverse a su favor, son considerados, pese a ello, como agravante y prueba de su ¡°actitud clara y reiteradamente antidisciplinaria y desacorde con la m¨¢s elemental regla moral de la instituci¨®n militar¡±, en palabras del instructor.
Como lo es tambi¨¦n que tenga en cuenta las ¡°mediocres¡± calificaciones que le dan sus jefes m¨¢s recientes (su rendimiento era, dicen de ¨¦l, ¡°normal, ni especialmente bueno ni especialmente malo¡±), unas notas que est¨¢n previstas para evaluar una pr¨®rroga de contrato, un destino o un ascenso, pero no para un despido disciplinario.
El expediente asegura que, con su actitud, el cabo L¨®pez Escudero pretend¨ªa ¡°prolongar indefinidamente¡± su situaci¨®n de baja, sin hacerla definitiva ni reincorporarse al servicio. El Ej¨¦rcito, sin embargo, solo esper¨® un d¨ªa para expulsarlo: la propuesta del instructor est¨¢ fechada el 22 de junio y la resoluci¨®n sancionadora, el 23.
Se acaba as¨ª una carrera militar de un cuarto de siglo que incluye la limpieza del chapapote en 2002 o el despliegue en Bosnia en 2003. Tampoco puede seguir como presidente de 45sindespidos, pues la legislaci¨®n exige que las asociaciones profesionales sean dirigidas por militares en activo.
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