Heridos tres guardias civiles al ser recibidos a tiros en una plantaci¨®n de marihuana en la sierra de C¨¢diz
M¨¢s de 200 agentes buscan a dos narcos huidos por los bosques de la sierra de C¨¢diz
Al filo del atardecer, Ciri y Cabrera se tiraron al monte, escopetas al ristre. Tras de s¨ª dejaban a tres guardias civiles heridos de diversa consideraci¨®n, despu¨¦s de que les descubrieran en la plantaci¨®n de marihuana que los tres supuestos narcos ten¨ªan en mitad del campo en Bornos, un pueblecito de la sierra de C¨¢diz. Ocurri¨® la tarde de este pasado mi¨¦rcoles y, como si fuesen bandoleros contempor¨¢neos con poco de romanticismo y mucho de peligrosidad, uno de los sospechosos acab¨® detenido horas despu¨¦s en mitad de la sierra y otro a¨²n sigue oculto entre zonas de bosque, tras protagonizar este suceso en una zona donde los cultivos de mar¨ªa se hacen cada vez m¨¢s comunes e incontrolables.
M¨¢s de 200 agentes de los Grupos de Acci¨®n R¨¢pida de la Guardia Civil buscan al atacante por tierra y aire. El despliegue es amplio, pero se topan con un delincuente habitual que ¡°se conoce la sierra como la palma de su mano¡±, asegura un agente conocedor del caso. ¡°No va a ser f¨¢cil encontrarle¡±, a?ade. ¡°Son unos artistas del toreo, viejos conocidos para la Guardia Civil¡±, asegura un vecino de Bornos, donde residen los dos supuestos autores del ataque. J. C. B. y J. S. C., conocidos como Ciri y Cabrera. Los sospechosos acumulan a?os de antecedentes policiales por delitos menores, hasta que hace un tiempo se pasaron a los cultivos de marihuana en la Sierra de C¨¢diz que tan bien conocen, seg¨²n explica un investigador conocedor del caso.
Pero este mi¨¦rcoles por la tarde rebasaron la l¨ªnea del narcotr¨¢fico a las afueras del pueblo de Bornos (7.800 habitantes), en una zona rural cercana a la antigua Venta de Bornos. Tres guardias civiles de la compa?¨ªa de Villamart¨ªn acudieron hasta la zona para realizar labores de inspecci¨®n en torno a las seis de la tarde, sabedores de que ¡°ahora es cuando los cultivos de marihuana est¨¢n floreciendo y es cuando los narcos comienzan a recogerla¡±, como apunta un investigador. ¡°Fue bajarse del coche y los sospechosos abrieron fuego con sus escopetas. Los conoc¨ªan y sab¨ªan que eran guardias¡±, explica la misma fuente. Horas despu¨¦s del suceso acab¨® detenido uno de los sospechosos, aunque no ha trascendido cu¨¢l de los dos supuestos narcos es.
Los atacantes llevaban las armas cargadas con cartuchos de caza con perdigones duros. Sus disparos hirieron de gravedad en la pierna a uno de los tres guardias civiles que ha tenido que ser trasladado al hospital de Villamart¨ªn. Los otros dos compa?eros sufren heridas menores en torso y brazos. ¡°Les cay¨® una lluvia de perdigones¡±, a?ade otro agente que ha estado en contacto con los siniestrados. Aunque no se teme por la vida de ninguno de los heridos, s¨ª preocupa el estado del m¨¢s grave. ¡°Le han destrozado el tobillo¡±, valora con indignaci¨®n la misma fuente.
Aunque a¨²n no ha trascendido la extensi¨®n y n¨²mero de plantas de marihuana que los dos supuestos narcos intentaban ocultar en plena ribera del pantano de Bornos, las primeras valoraciones apuntan a que se trata de un importante cultivo. De hecho, forma parte del modus operandi habitual de Ciri y Cabrera, que se han hecho un nombre entre los guardias civiles de la sierra por expandir su negocio ilegal por diversos pueblos de la zona. Conocedores de un terreno escarpado, plagado de caminos, carreteras sinuosas y casas aisladas; los supuestos narcos aprovechan la orograf¨ªa para buscar antiguos campos de cultivo para plantar mar¨ªa en fincas que pasan desapercibidas. ¡°Tienen toda la sierra plantada¡±, apunta el guardia civil.
Este incremento de plantaciones de marihuana en entornos rurales preocupa especialmente en la sierra de C¨¢diz, una zona habitualmente tranquila que sol¨ªa quedar al margen del inter¨¦s de los grandes narcos. Aunque no es la primera vez, tampoco es habitual que un delincuente de la zona se atreva a abrir fuego contra unos agentes, una forma de proceder que lleg¨® a convertirse en com¨²n entre las mafias del hach¨ªs del Estrecho, antes de que se crease el Plan Especial de Seguridad. Este tiroteo incrementa la preocupaci¨®n de los vecinos de esta zona rural de C¨¢diz. ¡°Necesitamos m¨¢s presi¨®n, m¨¢s agentes. No todo es el Estrecho¡±, apunta una autoridad de la zona con tono preocupado.
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