Los Franco logran sentar en el banquillo a nueve activistas por una protesta contra su expolio
La familia los acusa de coacciones por manifestarse en la Casa Cornide de A Coru?a, el nuevo palacete que la Administraci¨®n reclamar¨¢ por la v¨ªa judicial
El hist¨®rico movimiento iniciado en Galicia por colectivos culturales, investigadores, Administraciones y partidos pol¨ªticos contra el expolio de patrimonio p¨²blico de la familia Franco tiene su siguiente parada en la Ciudad Vieja de A Coru?a. All¨ª se levanta la Casa Cornide, un palacete del siglo XVIII del que disfrutan los herederos del dictador pese a que, seg¨²n un reciente informe del Ayuntamiento, se hicieron con ¨¦l ¡°de forma fraudulenta¡±. Mientras el Gobierno municipal de la ciudad prepara acciones legales para reclamar la devoluci¨®n del edificio en los tribunales, nueve militantes del BNG, entre ellos su responsable de Organizaci¨®n, Bieito Lobeira, se sentar¨¢n el 14 de octubre en el banquillo por una protesta celebrada en septiembre de 2017 en la que, tras subir al balc¨®n de la casa por una escalera, colgaron una pancarta con el lema ¡°Que nos devuelvan lo robado. Franquismo nunca m¨¢s¡±. Los Franco los acusan de un delito leve de coacciones, despu¨¦s de que la Audiencia de A Coru?a tumbara su petici¨®n inicial de 81 a?os de c¨¢rcel por delitos de odio y allanamiento de morada.
¡°El hecho de que por esta acci¨®n simb¨®lica y pac¨ªfica nueve activistas tengamos que sentarnos delante de un juez, dice mucho de c¨®mo est¨¢n las cosas. ?Qu¨¦ Estado, qu¨¦ Gobierno, puede permitir la persecuci¨®n de activistas y luchadores por la democracia en Galicia, mientras la familia de un dictador que dej¨® miles de muertos en nuestro pa¨ªs campa impunemente y disfruta del Patrimonio expoliado? Es el mundo al rev¨¦s¡±, se queja Elvira Branco, una de las encausadas. Branco considera que ¡°al igual que pasa con Meir¨¢s, rescatar del expolio la Casa Cornide es una exigencia democr¨¢tica y una manera de dignificar y hacer justicia a las v¨ªctimas del franquismo¡±. La defensa de los activistas sostiene que la protesta fue un ¡°acto reivindicativo y un ejercicio de libertad de expresi¨®n" en el que no hubo ¡°ning¨²n tipo de violencia¡± y que est¨¢ respaldado por un movimiento social que reclama la devoluci¨®n de bienes p¨²blicos expoliados por los denunciantes durante la dictadura.
La Casa Cornide era de propiedad p¨²blica hasta 1962 y en ella se iba a instalar un conservatorio municipal. Sin embargo, de forma repentina la Administraci¨®n decidi¨® sacar el edificio a subasta. Un informe realizado recientemente por el historiador Emilio Grand¨ªo para el Ayuntamiento de A Coru?a revela que ¡°el proceso que tramaron los Franco para hacerse con un bien de la ciudad¡±, seg¨²n palabras de la alcaldesa, la socialista In¨¦s Rey. En esa sospechosa puja se qued¨® con el inmueble el empresario coru?¨¦s Pedro Barri¨¦ de la Maza, fundador del Banco Pastor y de la el¨¦ctrica Fenosa y principal impulsor de la colecta forzosa entre los vecinos de la comarca para regalarle el pazo de Meir¨¢s al dictador. Barri¨¦ de la Maza pag¨® 305.000 pesetas por la Casa Cornide y tres d¨ªas despu¨¦s se la vendi¨® a Carmen Polo por 25.000 pesetas. Pese a estar el palacete en manos de los Franco, el Ayuntamiento pag¨® obras de reforma en el inmueble hasta 1976.
Los nueve manifestantes por la recuperaci¨®n de la Casa Cornide no son los ¨²nicos militantes del BNG a los que los Franco quieren sentar en el banquillo. Est¨¢n encausados tambi¨¦n otros 19 activistas que por las mismas fechas de 2017 colgaron de la torre del pazo de Meir¨¢s una pancarta reivindicativa contra el expolio de la familia del dictador. Uno de ellos es el diputado en el Congreso, N¨¦stor Rego, cuyo aforamiento ha provocado que la causa haya sido enviada al Tribunal Supremo, un movimiento contra el que han recurrido los Franco. La familia los acusa de delitos de odio, da?os, vulneraci¨®n de morada y contra el honor y pide para cada uno de ellos penas que oscilan entre los 3 y los 13 a?os de c¨¢rcel y multas que rondan los 500.000 euros.
Las protestas ante Meir¨¢s y la Casa Cornide se celebraron hace tres a?os, cuando las Administraciones empezaron a dar los primeros pasos en la lucha por recuperar unos bienes reclamados desde hace d¨¦cadas por organizaciones pol¨ªticas y vecinales. El Ayuntamiento de Santiago, gobernado por Compostela Aberta, emprend¨ªa entonces su batalla judicial para recuperar las estatuas de Abraham e Isaac que formaban parte del P¨®rtico de la Gloria, y la Diputaci¨®n de A Coru?a, dirigida por PSOE y BNG, impulsaba estudios para armar una demanda por el Pazo de Meir¨¢s. Esta ¨²ltima, interpuesta finalmente por el Estado, ha sido estimada en primera instancia. El pleito por las figuras de los profetas no ha corrido igual suerte y est¨¢ pendiente de que el Tribunal Supremo acepte el recurso de casaci¨®n presentado por el Ayuntamiento compostelano. El gobierno local de A Coru?a espera emprender su lucha judicial por el palacete de la Ciudad Vieja dentro de unos meses, cuando tenga en sus manos otro informe hist¨®rico-art¨ªstico que ya est¨¢ en elaboraci¨®n y que busca que la Casa Cornide sea declarada Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC), una protecci¨®n que no recibi¨® mientras ha estado en manos de los Franco pese a su incuestionable valor arquitect¨®nico.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.