El control de fronteras encona la negociaci¨®n de Exteriores con el Reino Unido sobre Gibraltar
La posible presencia de polic¨ªas espa?oles en el Pe?¨®n para ejercer los chequeos de Schengen agita la discusi¨®n
La negociaci¨®n entre Espa?a y el Reino Unido para definir el encaje europeo de Gibraltar tras el Brexit ha encallado. Pese a las buenas perspectivas con las que arranc¨® este di¨¢logo antes del verano, la incorporaci¨®n del Pe?¨®n al espacio Schengen de libre circulaci¨®n y la posibilidad de que sean agentes espa?oles quienes ejerzan el control fronterizo han empantanado la discusi¨®n. A los problemas particulares del proceso se suma el malestar general que...
La negociaci¨®n entre Espa?a y el Reino Unido para definir el encaje europeo de Gibraltar tras el Brexit ha encallado. Pese a las buenas perspectivas con las que arranc¨® este di¨¢logo antes del verano, la incorporaci¨®n del Pe?¨®n al espacio Schengen de libre circulaci¨®n y la posibilidad de que sean agentes espa?oles quienes ejerzan el control fronterizo han empantanado la discusi¨®n. A los problemas particulares del proceso se suma el malestar general que planea sobre toda la discusi¨®n europea del Brexit. Representantes de Espa?a y del Reino Unido (con el Gobierno de Gibraltar incluido en esta delegaci¨®n) tratan esta semana de explorar si a¨²n es posible el pacto.
La salida brit¨¢nica de la Uni¨®n Europea ha brindado una oportunidad ¨²nica para repensar la relaci¨®n del Pe?¨®n con Espa?a y con el resto del club comunitario. En un territorio donde el voto contrario al Brexit alcanz¨® el 96%, el Gobierno gibraltare?o ha defendido ¡ªincluso m¨¢s all¨¢ de lo que desea el Reino Unido de Boris Johnson¡ª una soluci¨®n ad hoc que permita mantener a la colonia vinculada a la UE. Pero las condiciones cruzadas que exigen ambas partes han llevado al enconamiento la mesa abierta en junio. La libre circulaci¨®n de personas y mercanc¨ªas que rige ahora, con algunas particularidades, est¨¢ en juego.
La clave de la confrontaci¨®n es el tr¨¢nsito sin controles en la Verja que separa La L¨ªnea de la Concepci¨®n (C¨¢diz) de Gibraltar. Las autoridades del Pe?¨®n quieren adherirse al espacio europeo libre de pasaportes, un ¨¢rea a la que nunca perteneci¨® el Reino Unido, y a la uni¨®n aduanera. Schengen est¨¢ compuesto por 26 Estados, no por territorios aislados. Integrar a Gibraltar, por tanto, exigir¨ªa alguna soluci¨®n singular. Sin alterar ning¨²n aspecto de la soberan¨ªa, Espa?a ha puesto sobre la mesa asumir esa responsabilidad como Estado, lo que supondr¨ªa que polic¨ªas espa?oles participaran, de alguna manera, en el control fronterizo que ahora ejercen en exclusiva las autoridades gibraltare?as, seg¨²n explican fuentes de la negociaci¨®n. Gibraltar lo considera inaceptable, mientras que el Ejecutivo de Pedro S¨¢nchez, reacio a dar detalles del proceso para evitar que se frustre, considera que un acontecimiento tan disruptivo como el Brexit obliga a todas las partes a modificar sus posiciones de partida.
Como alternativa a la propuesta espa?ola, las autoridades del Pe?¨®n reclaman lo que consideran soluciones neutrales. Entre ellas destaca la idea de atribuir el control fronterizo a agentes de Frontex, la agencia de fronteras de la UE. En esa labor podr¨ªa haber incluso polic¨ªas espa?oles, pero bajo el paraguas comunitario. Tambi¨¦n est¨¢ sobre la mesa aplicar remedios tecnol¨®gicos, entre ellos la instalaci¨®n de m¨¢quinas autom¨¢ticas de lectura de pasaportes como las que ya existen en muchos aeropuertos.
Las trabas del proceso se ven agravadas por el ¨²ltimo se¨ªsmo del Brexit. A tres meses de que venza el periodo de transici¨®n que mantiene pr¨¢cticamente intactas las condiciones de pertenencia del Reino Unido a la UE, Boris Johnson trata de desvincularse de lo pactado en un aspecto muy sensible de la salida, el relativo a Irlanda del Norte. Este clima de desconfianza enrarece tambi¨¦n la mesa sobre Gibraltar. ¡°Este acuerdo tiene que basarse en la confianza, un elemento que hoy echamos un poco en falta. Teniendo en cuenta que el Reino Unido tiene la intenci¨®n de renunciar al pacto de salida ya acordado con la UE, eso pone un poco en duda la buena fe a la hora de negociar con Espa?a en lo relativo a Gibraltar¡±, se?al¨® el pasado jueves la ministra de Exteriores, Arancha Gonz¨¢lez Laya, a EL PA?S antes de participar en el Foro Tendencias organizado por el diario.
La ministra, pese a todo, abog¨® por el acuerdo, un objetivo que recalcan tambi¨¦n Londres y el Gobierno de Gibraltar. ¡°El Reino Unido y Gibraltar est¨¢n manteniendo unas conversaciones constructivas con Espa?a en las cuestiones relacionadas con la salida del Reino Unido de la UE relativas a Gibraltar. Nuestra prioridad compartida es el bienestar y la prosperidad continuada de los habitantes de Gibraltar y del Campo. Las conversaciones contin¨²an y esperamos volver a reunirnos pronto¡±, asegura una portavoz de la embajada brit¨¢nica en Madrid.
Pese a esos buenos deseos, la secuencia de los hechos en los ¨²ltimos d¨ªas revela dificultades. Tras varios meses ensalzando el buen clima de la negociaci¨®n, el Gobierno de Gibraltar emiti¨® una nota el pasado jueves alertando a empresas y ciudadanos de posibles controles sistem¨¢ticos de personas a partir de enero. Y el viernes por la tarde, el primer ministro brit¨¢nico y el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, hablaron por tel¨¦fono sobre ¡°la importancia de proteger la soberan¨ªa, la jurisdicci¨®n y el control¡±, seg¨²n un comunicado divulgado al final de la llamada. Son t¨¦rminos de alto voltaje que indican que la negociaci¨®n ha llegado a un punto de bloqueo.
Fuentes cercanas al Ejecutivo del Pe?¨®n insisten en que Gibraltar ¡°sigue teniendo mucho inter¨¦s en que se llegue a un acuerdo que cree una prosperidad compartida basada en garant¨ªas y respeto mutuos, sin que ninguna de las partes tenga que cruzar sus l¨ªneas rojas¡±. Aun as¨ª, a?aden: ¡°Desgraciadamente, si Espa?a pretende ganar la cuesti¨®n de la soberan¨ªa por la puerta delantera o la trasera, no habr¨¢ acuerdo. Eso ser¨¢ malo para todos, pero no ser¨¢ culpa de Gibraltar. Las soluciones neutrales pueden dar resultados positivos. Las propuestas partidistas no llevar¨¢n a ninguna parte¡±. En pocos d¨ªas se sabr¨¢ si los desencuentros son salvables o arruinan toda la discusi¨®n.