Johnson se compromete ante los conservadores rebeldes a suavizar la ley que burla el Brexit
Bruselas insiste en su exigencia de que el Reino Unido retire los art¨ªculos conflictivos respecto a Irlanda del Norte
Boris Johnson parece m¨¢s interesado en ganarse a la opini¨®n p¨²blica brit¨¢nica que en aplacar la ira de Bruselas. El primer ministro ha ofrecido una rama de olivo a los 20 diputados conservadores que se negaron a respaldar la Ley del Mercado Interno del Reino Unido, que viola unilateralmente aspectos clave del Acuerdo de Retirada firmado con la UE. Pero lo que a primera vista resultar¨ªa una suavizaci¨®n del texto y una concesi¨®n en respuesta a las fuertes cr¨ªticas desatadas en su propio partido no convence a las instituciones comunitarias.
Downing Street public¨® un comunicado oficial a ¨²ltima hora del mi¨¦rcoles en el que aceptaba la enmienda propuesta por dos de los principales detractores del texto legal. Su soluci¨®n intermedia traslada al Parlamento la decisi¨®n ¨²ltima de ejecutar las nuevas medidas aprobadas. Seg¨²n el proyecto de ley, quedaba en manos de los ministros la decisi¨®n de exigir declaraci¨®n de aduanas a los bienes enviados desde Irlanda del Norte al resto del Reino Unido. Asimismo, tambi¨¦n ser¨ªa decisi¨®n suya informar o no a Bruselas sobre cualquier subvenci¨®n p¨²blica (ayudas de Estado) que recibiera una empresa radicada en territorio norirland¨¦s. Bajo lo dispuesto en el Protocolo de Irlanda del Norte, un documento anexo al acuerdo de retirada -y por tanto con la misma fuerza legal-, esta regi¨®n brit¨¢nica quedar¨¢ sometida al Mercado Interior de la UE a partir del 31 de diciembre, cuando termina el periodo de transici¨®n y se ejecuta el Brexit, se haya acordado una nueva relaci¨®n comercial entre los dos bloques o finalmente se produzca un Brexit duro. Ambas decisiones alteran el escenario acordado por Londres y Bruselas, que establecieron que el territorio norirland¨¦s seguir¨ªa dentro del mercado de la UE y se someter¨ªa a sus reglas del juego. Bruselas insiste en que el protocolo firmado es ya ley internacional, y las nuevas disposiciones impulsadas por Johnson entran en abierta contradicci¨®n con lo que establece.
Downing Street cree que, aceptando la propuesta de estos dos diputados, Bob Neil y Damian Green, la nueva ley pasa a ser m¨¢s ¡°un colch¨®n de seguridad¡± que una ruptura efectiva de los compromisos internacionales del Reino Unido. ¡°Se ha acordado que este procedimiento parlamentario sugerido por dos colegas supone un mandato democr¨¢tico m¨¢s claro y expl¨ªcito para usar los nuevos poderes, adem¨¢s de aportar mayor certidumbre legal¡±, asegura el comunicado de la oficina del primer ministro.
Fuentes comunitarias aseguran, sin embargo, que nada ha cambiado. A Bruselas le resulta irrelevante que la nueva ley llegue a ser aplicada directamente por el Gobierno brit¨¢nico o por el Parlamento. Sigue consider¨¢ndola una quiebra de las obligaciones internacionales, y mantiene la exigencia, a modo de ultim¨¢tum, expresada a Londres esta semana: los art¨ªculos conflictivos del documento deben retirarse antes de finales de septiembre o se responder¨¢ con medidas legales.
Johnson persigue aplacar la rebeli¨®n interna mientras sostiene, e incluso eleva en el tono, su duelo con Bruselas. ¡°No creo que la UE est¨¦ negociando de buena fe¡±, ha llegado a afirmar el primer ministro en su comparecencia ante la comisi¨®n parlamentaria especial que re¨²ne a los presidentes de las distintas comisiones sectoriales de la C¨¢mara de los Comunes. La maniobra tiene m¨¢s de nueva estratagema pol¨ªtica que de soluci¨®n jur¨ªdica al enredo, como ha demostrado el hecho de que este mismo mi¨¦rcoles renunciara a su puesto, como protesta por la quiebra de la legalidad llevada a cabo, el abogado general de Escocia, Richard Keen. Es el segundo asesor jur¨ªdico de alto rango que abandona el barco despu¨¦s de que la semana pasada lo hiciera por el mismo motivo Jonathan Jones, el jefe del Departamento Legal del Gobierno. En el comunicado de su renuncia, Keen admite que Johnson se enfrenta a muchos desaf¨ªos, pero advierte de que el nuevo proyecto de ley que burla el acuerdo del Brexit ¡°no pondr¨¢ las cosas mucho m¨¢s f¨¢ciles¡±.
El principal negociador de Bruselas, Michel Barnier, asegura sin embargo que seguir¨¢n adelante las conversaciones para intentar alcanzar un acuerdo en materia comercial entre el Reino Unido y la UE a pesar del desaf¨ªo legal de Johnson. Los negociadores comunitarios se han impuesto como norma fundamental en este pulso evitar a toda costa ser vistos como los que tiran la toalla y se levantan de la mesa. Bruselas ya cuenta con la posibilidad cada vez menos remota de que el pr¨®ximo 31 de diciembre se produzca finalmente un Brexit a las bravas, pero sabe que este desenlace no es beneficioso para ninguna de las partes. Y que, tarde o temprano, las dos partes deber¨¢n recomponer los platos rotos y volver a sentarse a negociar una relaci¨®n comercial futura imprescindible entre dos bloques que mantienen relaciones comerciales y econ¨®micas tan intensas.
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